Un día de compras (4) La fiesta Benetton
Hoy he estado dando un breve paseo por Bilbao y he podido vivir el ambiente comercial en un día en el que había mucho turista aprovechando el puente que hay en ciertas comunidades. Quizás este motivo, y el hecho de encontrarnos en el último día para hacer las compras del Día de la Madre, sea el que haya motivado la acción comercial que me he encontrado.
Al acercarme a la tienda Benetton, en plena Gran Vía de Bilbao, he oído música más alta de lo normal y me ha costado un rato ubicarla dentro de la tienda. Dentro de la tienda, un DJ ponía música de baile y unos azafatos repartían una bebida refrescante de color verde (el color corporativo de Benetton). La disposición del producto y parte de la ambientación se habían adaptado al ambiente festivo.
Pero lo más curioso estaba en los escaparates. En dos de ellos, dos modelos, bailaban al ritmo de la música ante la mirada sorprendida de los transeúntes. Las modelos interactuaban, dentro de lo posible, con su público: saludaban, se giraban hacia uno u otro o posaban si les hacían fotos.
También había otras dos modelos en la calle, con el mismo vestuario, llamando la atención y creando corrillos frente a la tienda.
En fin, una acción diferente y llamativa, que el público ha recibido bien. En estos casos, hay un resultado importante a tener en cuenta: más allá de un aumento de ventas, es tan importante como intangible y, por tanto, difícil de medir, la mejora en la imagen de marca, sobre todo en el público al que va destinado esta acción, que entiendo que es el más joven.
Y es que, posiblemente, para una nueva generación, Benetton no es esa marca transgresora que muchos recordamos de los 80 y parte de los 90.
Bien por Benetton.
Marketing mezquino (2) Venta agresiva
Hace unas cuantas semanas me vi envuelto en una situación que me hizo pensar en crear la serie “Marketing mezquino”. Me costó encontrar este nombre un par de días, pero la fotografía para ilustrar la serie estuvo clara desde el primer minuto: una bandada de buitres acechando a su presa.
Aquel día había terminado de hacer las visitas de la mañana al lado de un centro comercial y recordé que tenía que hacer unas compras en IKEA, así que dejé el coche en el parking y aproveché el pequeño trayecto hasta la tienda para hacer una llamada de teléfono. Ese detalle fue el que me salvó del ataque de la “bandada de buitres”, aunque en ese momento no fui consciente de ello. Sin embargo, al salir de IKEA con mi pequeña bolsa en la mano, pude ver a la bandada en acción.
Se trataba de un grupo de cinco o seis personas muy jóvenes, que se arremolinaban esperando a una presa cerca del paso de peatones que por fuerza hay que cruzar para ir desde IKEA hasta el parking. Una vez determinado si la persona en cuestión cumplía el perfil buscado, le asaltaban, literalmente, mientras le preguntaban con gran desfachatez si tenía un trabajo, si este era fijo, o si le gustaba ahorrar.
Faltando de nuevo a mi máxima, creo que justificadamente, diré que estos asaltadores trabajan para Citibank y tratan de vender una tarjeta de crédito. No hay que esforzarse mucho para imaginar lo violento, grosero, irresponsable y repugnante de esta manera de actuar.
¿Quién va a firmar un contrato y entregar datos personales muy sensibles en un parking? Si no fuera tan grave, sería cómico.
¿Qué imagen se está trasladando de un banco? ¿Cómo me puedo fiar de un banco que promueve, permite o no supervisa este tipo de actuación?
¿Es legal esta actividad en un lugar público?, porque está claro que ético no lo es.
He visto en acción a otros vendedores de esta empresa, hace unas semanas en un cruce de calles en pleno Casco Viejo bilbaíno o en el interior de algún centro comercial, y no me parece positivo para el cliente ni para la empresa esta situación.
El intento de venta indiscriminado, o puerta fría, no es algo sostenible en el plazo medio porque la compleja segmentación del público objetivo de cualquier producto de hoy en día, hace que el porcentaje de venta sea muy bajo. Esto lleva a utilizar mano de obra muy barata, en cuya formación no se invierte demasiado, por lo que estos vendedores se queman rápido, originando una alta rotación en los equipos de venta, que, combinados con la inexperiencia, hacen un cóctel peligroso.
Sin embargo, este tipo de venta aún tiene defensores en ciertas visiones, en mi opinión trasnochadas, a pesar de tener tasas de conversión muy bajas (30 a 1, 50 a 1, es decir: una venta por cada treinta o cincuenta intentos). La mayoría de estos defensores no tiene en cuenta el coste en perjuicio de imagen de marca originado en las 29, 39 ó 49 personas que dicen que no. Asimismo, dudo que la fidelidad de este tipo de contratos sea muy profunda.
Como suele suceder, estos análisis se basan una visión desde la óptica del producto o de la empresa, pero en ningún momento tomando como referencia al cliente ni valorando los efectos negativos que para este cliente tenga este tipo de actuación agresiva.
En última instancia, no serán estas empresas o yo las que digamos lo que está bien y lo que no, lo harán los propios clientes, que, más que nunca, “siempre tienen la razón”.
Libro recomendado: Richard Wiseman "59 segundos"
“59 segundos (Piensa un poco para cambiar mucho)”, de Richard Wiseman, podría considerarse como “El Cazador de Mitos” de los libros de autoayuda y de gestión. Sin embargo, no se queda ahí. El punto de partida de este libro es la comprobación, a través de la revisión de cientos de estudios psicológicos, de muchos de los tópicos de este tipo de libros que han ido calando en el inconsciente popular en los últimos años.
Desmontando los libros de autoayuda
El libro, además, tiene su parte práctica, al estructurar las respuestas a muchas de las preguntas que plantea el libro a modo de manual. Algunas de estas respuestas surgen de responder preguntas como estas:
- ¿Funcionan las autogratificaciones como motivadores?
- ¿Realmente nos ayuda a conseguir un objetivo la visualización de nosotros mismos consiguiéndolo?
- ¿Sonreímos porque somos felices o somos felices porque sonreímos?
- ¿Influye en nuestra creatividad la posición de nuestro cuerpo?
- ¿Nos beneficia o nos perjudica la complejidad de nuestro vocabulario?
- ¿Qué efecto tienen nuestras “meteduras de pata” ante los demás?
- ¿Nos puede ayudar un poco de humor a vender?
Muchas de las respuestas quedan bastante alejadas de las pautas que, en los últimos años, han marcado muchos de los bestsellers de la autoayuda y se transforman en sorprendentes y sencillos consejos. Aquí cito unos ejemplos:
- Ten cerca una planta si quieres reducir el estrés, mejorar el humor y aumentar la creatividad.
- Es más efectivo imaginarse haciendo algo que lográndolo.
- Para generar ideas interesantes es mejor trabajar solo que en grupo.
Autoayuda con rigor
Richard Wiseman es investigador y profesor de psicología y, en la actualidad, dirige un departamento de investigación en la Universidad de Hertfordshire. Es autor de varios libros, y “59 segundos” es el tercero editado en España, después de “Nadie nace con suerte” y “Rarología”.
“59 segundos” es, entonces, un libro de autoayuda con rigor científico y también un manual de usos prácticos de psicología, pero, sobre todo, es un libro con el que aprenderemos mucho del comportamiento de los demás y del nuestro propio de manera sencilla y amena. Y este es su gran atractivo.
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Otros libros recomendados
Foto: Celestino Martínez
Ejemplos inspiradores: Mikel y Mentxu (Walk On Project)
La inspiración se encuentra donde menos la esperas.
Cuando escribí la primera entrada de Ejemplos inspiradores, dedicada a Bere Casillas , mi idea era continuar narrando historias de otros comerciantes que, a través de su historia, nos mostrasen un camino a seguir, que nos transmitiesen esperanza y motivación.
Hace algo más de una semana estaba en una cafetería escribiendo en mi libreta el post “Difícil, difícil…Nunca ha sido fácil”, en el que intentaba provocar una reflexión a todos aquellos que, ante la adversidad, permanecen quietos alegando que la solución a sus problemas es difícil. Pocos minutos después, cosas del destino, cobrarían para mí un nuevo sentido palabras como difícil, adversidad, tenacidad y muchas más, después de conocer la extraordinaria historia de la familia que forman Mikel, Mentxu y sus tres hijos.
Mikel y Mentxu son una encantadora y joven pareja con tres hijos: Andoni, Jon y María. Como otras parejas, tenían un proyecto vital que parecía encarrilado y perfecto hasta que un fatídico 13 de Octubre de 2008, la vida les enfrenta a una prueba terrible: a Jontxu, con 6 años y medio, le es diagnosticada una enfermedad poco común llamada Adrenoleucodistrofia.
Esta terrible enfermedad, tratada en la película “El aceite de la vida”, ocasiona un irreparable daño neurológico cuya evolución podemos imaginar por las palabras del médico:
“En un plazo de dos años, Jontxu irá desapareciendo. Lo único que podéis hacer es quererle mucho”.
Aquí habría terminado esta historia, de no ser porque el médico dijo a continuación: “…pero, dejadme mirarlo”. Estas tres palabras fueron el pequeño rayo de luz al que Mikel y Mentxu se agarraron con desesperación. Comenzaría entonces una carrera contra reloj, en la que, con la ayuda de familiares, amigos y redes sociales, estudian miles de documentos hasta llegar al especialista de referencia en Europa, al que deben convencer para intentar un transplante de médula, procedente de su hermana María, en París.
Fieles a su promesa de “ser felices en el camino” aprovechan la estancia en París para visitar Eurodisney con los pequeños y, “con el alma rota”, aprovechar cada minuto, y es que Jontxu podía morir en la operación de transplante.
Sin embargo, Jontxu superó la operación y ahora toca esperar hasta que el transplante se estabilice y consiga detener el avance de la enfermedad. Mientras, hay daños irreparables que han afectado gravemente a la movilidad, audición, vista y habla de Jontxu. A pesar de la dureza de la situación y del camino recorrido, Mikel y Mentxu deciden ser felices y guiarse por esta hermosa máxima:
“Amor al presente y Lealtad al pasado”
Mientras, no olvidan a otros afectados por este tipo de enfermedades y crean una ONG, próximamente fundación, a la que dan el nombre de Walk On Project.
Walk On es el nombre de la primera canción que Mikel compuso para dar salida al torrente de emociones que ha experimentado en estos meses. Mikel es un excelente guitarrista pero nunca había cantado ni compuesto una canción. La música le sirve como medio de comunicación con Jontxu, pero, además, ha editado un disco con cuatro temas y está preparando un CD con colaboraciones de importantes músicos. A través de la venta del disco y de la organización de conciertos y otros eventos musicales, recaudan fondos para promover proyectos de investigación de enfermedades poco comunes, mientras dan charlas y entrevistas de todo tipo para difundir el problema de estas enfermedades y tratar de unir personas al proyecto.
Cuando tienes la oportunidad de oír estas canciones y la historia a dos metros de sus protagonistas, es imposible que no se te encoja el corazón y, por otro lado, que no redimensiones lo que hasta ese momento considerabas problemas, dificultades, etc.
Así que agradezco profundamente a Mikel y a Mentxu el ejemplo inspirador que nos brindan, les deseo toda la suerte del mundo y os recomiendo a todos ampliar la información en el vídeo, en la web, haceros amigos en facebook y, si podeis, colaborad en la medida de lo posible.
Foto: Celestino Martínez
[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=-Xelhp1AFlI]
Libro recomendado: Andrés Pérez Ortega "Expertología"
Fue el blog de Andrés Pérez Ortega el primero que comencé a seguir, y no recuerdo ni cuándo ni cómo lo encontré. Me enganchó su discurso directo, provocador y, en ocasiones, caustico. Como cuento en el propósito de mi blog , fue en una inolvidable y motivadora conferencia que ofreció en Bilbao, a la que asistí hace casi un año, donde me decidí a comenzar esta aventura del blog.
Así que pudiera parecer que tuviera debilidad por el cascarrabias de Andrés, como a él le gusta definirse. Pues sí, es verdad, pero si esperas que esta admiración, que no oculto, condicione mi opinión sobre el libro… te equivocas. Con sólo ojear el libro, o leer aquí el primer capítulo, verás que el libro no necesita de ayuda porque, en sus más de 300 páginas, vas a encontrar una enorme cantidad de (in)formación sin adornos: práctica y directa. Pero veamos de qué trata…
Ahora, mucho más desde el comienzo de la crisis, se oye hablar de marca personal en todos lados, pero Andrés lleva haciéndolo seis años, y, cuando comencé a leer su blog, nunca había oído hablar de este término. La idea que hay detrás de la marca personal se puede condensar en la frase de la portada:
“Si eres uno más, serás uno menos”
De igual manera que los productos se diferencian por su marca, los profesionales también deberían hacerlo. Estés dentro o fuera de una empresa, seas un comerciante con una tienda propia, un vendedor que trabaja para terceros, un autónomo o cualquiera que sea la situación por la que vayas a pasar en los próximos 30 ó 40 años que te quedan por trabajar, convertirse en un experto reconocido en tu materia hará que te conozcan, te valoren y te busquen, estés donde estés.
“Expertología” es un exhaustivo manual con un enfoque eminentemente práctico que puedes utilizar como hoja de ruta para construir tu marca personal y convertirte, no sin esfuerzo, en el experto de referencia en tu especialidad.
Esto no será un camino de rosas, y el libro te enfrentará a incómodas y dolorosas, aunque necesarias, preguntas y advertencias que te serán de vital ayuda en tu camino. Incluso en el caso de que no fueras a aplicar todas y cada una de las tareas que se proponen en el libro, que no estuvieras interesado en convertirte en el experto de referencia, o que, finalmente, no puedas conseguirlo, la lectura de los siete capítulos de "Expertología" te orientará y te motivará para ser un mejor profesional.
Como leí en algún lado: Ponte de objetivo la Luna; aunque no llegues a ella, te quedarás en las estrellas, que tampoco están nada mal" (versión libre)
“Expertología” es ameno y fácil de leer y está acompañado de muchos ejercicios prácticos. Mi consejo, y esto es muy personal, es que hagas dos lecturas. En la primera puedes hacerte una idea general de lo que supondrá construir tu marca personal y en la segunda puedes ir haciendo los ejercicios.
Un factor importante es que todos los ejercicios y el método propuesto son de lo más “terrenal” y pueden hacerse casi a coste cero por cualquier tipo de persona.
Para terminar, os dejo con unas frases del autor:
“Tu valor como profesional ya no te lo va a dar un título ni unos conocimientos teóricos.
Lo que te va a hacer relevante va a ser tu capacidad de satisfacer necesidades y aportar soluciones.”
“Lo importante no es la profesión, si no la profesionalidad”
Y, por último, una cita de Henry Ford, de la presentación del libro:
“La mayoría de la gente
gasta más tiempo y energías
en hablar de los problemas
que en afrontarlos”.
La tienda de los horrores (4): La higiene en el comercio
Hace unos días leía en el excelente blog Revisión Interior un interesante post en el que se hacía referencia a un término en el que llevo pensando hace tiempo pero al que no había puesto nombre: los factores higiénicos.
En este post, originado, a su vez, por un comentario en el también excelente blog Retail Awanzo, definían los factores higiénicos como lo mínimo imprescindible que debe ofrecer hoy un comercio que quiera ser tomado en serio: buen escaparate, puertas abiertas, precios indicados, producto seleccionado, música, calefacción etc.
Pero dejaré para otro día el tema de los factores higiénicos, hoy hablaré estrictamente de la higiene en el comercio.
Desgraciadamente, todavía hay comercios en los que podemos encontrar polvo en los artículos, pelusas o papeles en el suelo, malos olores, pintura de las paredes sucia o cuarteada e, incluso, desconchones.
La lista continúa con suelos desgastados, muebles desvencijados, iluminación defectuosa, ordenadores o cajas registradoras sucios…
A veces son los vendedores los que muestran esta falta de higiene: poco aseo, falta de cuidado personal, uniformes desgastados…
Hay otras faltas de higiene menos evidentes, pero no menos importantes: temperatura inadecuada, sonidos molestos, iluminación inadecuada…
La higiene no es una opción, un comercio que no se respeta a sí mismo lo suficiente como para ofrecer unas condiciones higiénicas adecuadas, tampoco está respetando a sus clientes, y el comercio que no respeta a sus clientes tiene los días contados.
Asi que, como me gusta decir aplicándolo a muchos temas: “Si no hemos leído el capítulo 1, de nada sirve estar hablando del 15”.
Foto: Zsusanna Kilian (Stock Xchng)
Pero, ¿Qué es la experiencia de compra?
En una de las primeras entradas escribí acerca de la (buena) experiencia de compra. Me gustaría retomarlo hoy, y lo haré más veces, para definirlo mejor y avanzar en los elementos que la componen.
Cuando compras productos, te pasa lo mismo que cuando comes. Todos necesitamos comer. Puedes hacerlo simplemente por cubrir una necesidad vital o, además, para disfrutar haciéndolo. Para “quitar el hambre” no necesitas demasiado: por ejemplo, un plato de arroz hervido calentado en el microondas. Pero si quieres disfrutar comiendo, seguro que preferirías una buena paella de marisco, regada con un buen vino, servida en un buen restaurante por camareros profesionales, disfrutando de vistas al mar, con música agradable de fondo, y el olor del azahar entrando por las ventanas... (y, ¿Quién no?).
Piensa en ti cuando compras algo. Siempre que compras un producto o servicio tienes una experiencia de compra, aunque sea mala. Cuando vives una experiencia que supera tus expectativas es cuando se puede hablar de una experiencia de compra positiva.
Por tanto, lo importante no es lo que compras, sino cómo lo compras. Es conveniente recordar que más del 70% de las decisiones de compra se toman en el punto de venta, de ahí la relevancia de la experiencia de compra.
Los elementos que contribuyen a esta experiencia positiva suelen ser: el escaparate, el diseño general de la tienda, la iluminación, la ambientación musical y olfativa, el tratamiento y la selección del producto, la atención y profesionalidad de los vendedores…
Sin embargo, hay otros elementos que cobran importancia, como el aprovechamiento de la tecnología: uso de página web, blog y redes sociales para informar y comunicarse con el consumidor, uso de pantallas para informar en el punto de venta o disponibilidad de wi-fi para facilitar que el cliente acceda a información, autorización para fotografiar los artículos…
También es muy valorado lo que se percibe como gratuito: degustaciones o muestras, charlas o demostraciones de uso de producto, entrega de regalos promocionales…
Aunque no siempre sea fácil, otro aspecto importante es todo aquello que te facilite la experiencia: aparcamiento fácil, buenos accesos, cercanía o integración de actividades de ocio o turísticas, servicio de guardería…
Y, por la facilidad con la que un cliente puede contactar con otros clientes o encontrar cualquier tipo de información, es vital contar con un adecuado servicio post-venta y una eficaz política de gestión de reclamaciones y quejas.
En definitiva, se trata de crear un parque temático alrededor del producto donde nuestro cliente disfrute comprando y así perciba una mayor relación precio-valor, es decir, que entienda que obtiene por su dinero más valor del que éste tiene.
Como se puede observar, la experiencia de compra será más completa en la medida en la que involucre a mayor número de sentidos: vista, tacto, oído, olfato y gusto.
Y esto es algo contra lo que la tecnología, tal como la conocemos ahora, no puede competir. Sin embargo, sí puede competir, y lo hace victoriosamente, contra el comercio que sólo vende producto (o arroz hervido), que no ofrece ese valor añadido que es la experiencia de compra.
Por último, la buena experiencia de compra asegura la fidelización del cliente y, en muchos casos, la prescripción del cliente en su círculo de allegados, convirtiéndose en “embajador” de nuestro comercio.
Y tú, ¿estás ofreciendo una experiencia de compra positiva a tus clientes? ¿Recuerdas una buena experiencia de compra que hayas vivido como cliente? ¿Cuáles crees que son las claves para que se produjese esa experiencia de compra?
Foto: Allie Hylton (Stock Xchng)
Marketing mezquino (1) Ambientación musical
Una de las definiciones de mezquino es “ruin, falto de nobleza, moralmente despreciable”. En ocasiones, encontramos técnicas de marketing merecedoras de estos adjetivos, y con ejemplos de ello, escribiré una serie de artículos bajo el título “Marketing mezquino”.
Cuando un producto no está a la altura de lo prometido, el consumidor tiende a afirmar que es “un producto de marketing” o que “sólo tiene marketing”. Todos los productos tienen marketing: mejor o peor, acertado o equivocado… Los mejores productos y las mejores Lovemarks también tienen detrás sus campañas de marketing, pero son buenas y orientadas al cliente, de tal manera que se perciben más como una comunicación de igual a igual, en muchos casos ventajosa para el potencial comprador.
El (buen) marketing es como una (buena) banda sonora de película:
sirve para reforzar la historia, sin destacar o echarse en falta.
Y, hablando de bandas sonoras, comenzaré esta serie de “Marketing mezquino” denunciando el uso de la música para alterar el comportamiento del cliente.
Como he escrito en anteriores entradas, la ambientación musical es una de las herramientas más potentes para definir la imagen de nuestro comercio. Como tal, debe quedar integrada con la decoración, el producto, el momento del año o el día la semana y con nuestro perfil de cliente. El tipo de música, su ritmo y volumen, deben acompañar al cliente y tienen que ayudar a conducir a éste al estado de ánimo más propicio en cada momento: podemos conseguir que se relaje, transportarlo a otros lugares, hacerle recordar sensaciones positivas, etc.
En una entrada del excelente blog Revisión Interior, nos contaban cómo habían conseguido aumentar las ventas en la sección de pescadería de un supermercado mejorando la ambientación olfativa, de la que me ocuparé en otra ocasión, y la ambientación sonora. Por un lado, en lugar de utilizar un ambientador para disfrazar el olor a pescado, habían utilizado una combinación de hierbas aromáticas y, por otro, a través de unos pequeños altavoces integrados en la decoración, reproducían sonidos grabados en la costa (el mar, gaviotas…). Así transportaban a sus clientes a una pequeña localidad costera cada vez que compraban en esta sección del supermercado, que, después de aplicar estas técnicas, aumentó en un 40% sus ventas.
Es normal que para producir un estado de cierta excitación se utilice música con un ritmo algo más acelerado y con los tonos más graves potenciados, ya que está demostrado que nuestro corazón tiende a acompasarse al ritmo que marcan estos. Pero cuando el ritmo es muy rápido, el volumen muy alto y el sonido estridente, se hace con un objetivo claro y mezquino: por un lado producir un estado de excitación, alterando nuestro ritmo cardíaco al potenciar los sonidos graves y acelerar el ritmo de la música, y, por otro, anular nuestra capacidad de concentración y análisis, por medio del volumen alto y el sonido estridente. Si no te crees los efectos que produce esta combinación, recuerda que bajas la música cuando vas a aparcar el coche o cuando estás intentando orientarte, es algo instintivo.
Los consumidores de hoy cada vez tienen más conocimiento, más acceso a la información y más capacidad de relacionarse con otros consumidores así que la marca o comercio que intente manipularlos mediante estas técnicas de marketing mezquino no tendrá mucho futuro.
La confianza se tarda mucho tiempo en ganar y se pierde en segundos.
Un día de compras (3)
El fin de semana estuve haciendo unas compras y me encontré, como casi siempre, con cosas que me llamaron la atención y que paso a compartir con vosotros. En esta ocasión me encontré “una de cal y una de arena”.
En una tienda de moda juvenil de una conocida multinacional me encontré con uno de esos ambientes oscuros, tan de moda últimamente. Con este tipo de ambientes se pretende transmitir un efecto de intimidad pero conseguirlo no es fácil, se tiene que utilizar (y bien) iluminación puntual para que el artículo no quede en penumbra. Y este era el caso. Tuve prendas en mi mano que fui incapaz de saber de qué color eran, y esto, evidentemente, no es bueno.
Por otra parte, los percheros estaban tan cerca unos de los otros y estrechaban tanto los pasillos que hacían de lo más incómodo el tránsito por la tienda, especialmente en invierno, que vestimos ropas más gruesas y “abultamos” más. Tampoco estaban bien delimitadas las zonas de caballero y señora, ni quedaban claras las prendas que estaban rebajadas o las que eran de nueva temporada.
Completaban este cuadro asfixiante un exceso en la utilización de imágenes y rotulación de vivos colores, hasta en el suelo, que, unidos al colorido de la ropa, producían una desconcertante borrachera cromática sin mucho sentido.
Me sorprendió comprobar que, a falta de poco más de una semana para San Valentín, no hubiese casi tiendas con decoraciones que recordasen la fecha. Sin embargo, las pocas que había eran de gran calidad, como la de Alma de Cacao, cuya foto ilustra esta entrada, donde, además, encontrábamos sugerencias o productos específicamente creados para la ocasión. El cuidado por el detalle, de vital importancia para ofrecer una buena experiencia de compra, llegaba hasta el etiquetado de los productos en el escaparate, rotulado con el lema de la campaña.
Alma de Cacao es una deliciosa, nunca mejor dicha, tienda, que ha dado lugar una franquicia formada por un total de cinco, especializada en productos derivados y relacionados con el chocolate. La decoración es simplemente espectacular, como lo es la presentación y el empaquetado de sus productos, que, como indican en su página web, se venden también en Harrod’s, los famosos grandes almacenes londinenses, conocidos por la excelente calidad de sus productos.
La web de Alma de Cacao es igual de espectacular que el resto de la tienda y una buena fuente de inspiración por la abundancia de fotografías de excelente calidad donde podemos ver la gran variedad de creaciones, como ellos llaman a sus productos, el derroche de buen gusto en la elección del empaquetado, la elegancia de los lemas para diferentes campañas o lo acogedor de la decoración de sus galerías, que es como llaman a sus tiendas.
Desde finales del año pasado tienen un blog y también están presentes en Facebook. Además, ofrecen el envío por mensajería de sus creaciones.
Como podéis comprobar, Alma de Cacao reúne todos los ingredientes para ofrecer a sus clientes una dulce e inolvidable experiencia de compra.
Fotos: Celestino Martínez.
Ejemplos inspiradores: Bere Casillas
Hace unos días que comencé a leer el libro “Expertología, La ciencia de convertirse en un profesional de referencia” de Andrés Pérez Ortega . En las primeras páginas del libro encontré una cita que describe a la perfección una situación que vivo a diario en el comercio:
“La mayoría de las personas gastan
más tiempo y energías
en hablar de los problemas que en afrontarlos”
Henry Ford
Y en la minoría de personas que entregan tiempo y energías en afrontar los problemas es donde encontramos a gente como Bere Casillas.
No recuerdo muy bien cuando oí por primera vez hablar de Bere Casillas, pero le conocí, como mucha gente, por su vídeo en Youtube, que han visto ya más de un millón de personas, donde explicaba cómo hacer correctamente el nudo Windsor. Esa misma noche me suscribí a su blog y le añadí a mi Facebook.
Ayer pude conocerle en una muy divertida ponencia, dentro del programa Innova Emprende, que ofreció en Bilbao, organizada por Nabunbu Digital Bussiness y Lan Ekintza (que es una sociedad del Ayuntamiento de Bilbao que se encarga del apoyo al empleo y la promoción empresarial en Bilbao).
Actualmente, Bere Casillas es un referente en el mundo de las redes sociales aplicadas al comercio, su negocio creció el año pasado más de un 30% y su nombre es ya una marca de gran valor. Pero esto era bien diferente hace unos pocos años.
Entonces, Bere trabajaba en la empresa familiar, fabricando trajes para otras firmas que se limitaban a coser su etiqueta y “a llevarse lo gordo”. Pero comenzaron las deslocalizaciones y estas empresas desviaron su producción a otros países, así que Bere decidió montar su propio negocio de sastrería en Ogijares (Granada).
El negocio comenzó a ir muy bien y a crecer a buen ritmo. Eran los años previos a esta crisis y el dinero fluía en una tierra con grandes posibilidades urbanísticas y turísticas. Pero llegó la crisis, el banco se negó a conceder un crédito, y los rollos de tela, comprados un año antes, se apilaban en el almacén esperando vestir a los habitantes de un mundo que acababa de desaparecer.
Bere, desesperado, entra en Tuenti después de ver la foto de un amigo de su hija presumiendo de traje de Bere Casillas. Luego vendrían Youtube, Facebook, Twitter, el programa de Buenafuente y miles de referencias en Google. En unos dos años ha pasado de ser, según él mismo dice, un “analfabeto digital” a ser una referencia en las redes sociales.
Posiblemente no todos los comerciantes puedan solucionar sus problemas de la misma forma que Bere Casillas. De hecho, a no ser que haya un plan serio detrás y un compromiso para trabajar mucho, nadie debería adentrarse en “tierras extrañas”. Sin embargo, lo que quiero transmitir es que poniendo tu tiempo y tus energías a trabajar buscando soluciones, tienes una oportunidad.
El mundo que has conocido hasta hace unos años no existe ya. Este otro mundo en el que estamos viviendo un poco a ciegas no sabremos si será mejor o peor, pero seguro que será diferente. Cada día que dejes pasar sin hacer nada, tu negocio estará un poco más muerto.
¿Que es difícil? Claro que sí, esto del comercio nunca ha sido fácil, pero ¿tienes otra cosa mejor que hacer, o un plan B?