Difícil.
Esta es la palabra que siempre aparece cuando hablo con mis clientes de algunos de los temas que trato aquí, en el blog.
No es fácil asimilar los cambios que se han producido en la sociedad, en el mercado, en nuestro sector, en nuestro cliente y en nosotros mismos. Tampoco es fácil adaptar tu negocio a estos cambios y hacerlo a la velocidad que marca el mercado, sobre todo con el tiempo que, ya de por sí, requiere una tienda.
Sin embargo, si echas la vista atrás, nunca ha sido fácil. Y, si miras a tu alrededor, y piensas en las cosas que has hecho a lo largo de los años y las que haces a diario, te sorprenderás de la variedad de habilidades que manejas. Y, si analizas, las cosas que sabes que deberías mejorar en tu negocio, una por una, ninguna es de difícil ejecución. Se trata de elegir la primera y comenzar. La segunda será más fácil. Y la tercera aún más.
Nadie tiene soluciones mágicas, todos nos estamos intentando adaptar sobre la marcha a una nueva situación que cambia a diario y que lo seguirá haciendo.
Sería demasiado fácil prescribirte la “receta universal”: El Cambio. La solución no es sólo cambiar. La solución pasa por estar preparado para el cambio continuo, porque el mundo gira cada vez más rápido y hay días que te despiertas y parece que ha dado veinte vueltas mientras dormías.
No te sigas engañando. Mi abuela decía aquello de que “siempre que ha llovido ha escampado”, pero, en ocasiones, la lluvia ha sido tan persistente y tan fuerte que se ha llevado casas, personas y sueños, así que no puedes quedarte quieto y esperar “a que mejore la cosa”.
Es fácil buscar culpables. Siempre habrá alguien a quien culpar de lo que sea: a tus clientes, a los bancos, al Gobierno… Pero la cruda realidad es que no importa quién sea el culpable porque sólo tú puedes ayudarte a ti mismo.
El destino de tu negocio está, fundamentalmente, en tus manos.
Todos nos hemos equivocado antes y, seguramente, lo seguiremos haciendo. Y eso significa que estás en el camino, porque los que nunca se equivocan son los que no hacen nada. Es una historia muy conocida, y un poco gastada, pero Edison necesitó más de 1.000 intentos antes de hacer funcionar la primera bombilla. Y tú, sin ir más lejos, te caíste una media de 300 veces antes de comenzar a andar.
Como decía Henry Ford: deja ya de “dedicar más tiempo y energía a hablar de tus problemas que a solucionarlos”. Es hora de dejarse de excusas, establecer un nuevo rumbo y trabajar para no desviarnos de él.
Así que, mañana, cuando te levantes, despréndete de todo lo que te transmita negatividad, recuerda porqué decidiste dedicarte a esto, vuelve a disfrutar con tu trabajo, compra una libreta y escribe en la primera página:
No es tan difícil.
El resto de la historia la decides tú.
Buenas tardes Celestino, en primer lugar queria agradecerte el esfuerzo que estas realizando en tu blog, ya que a mi me esta ayudando hasta tal punto que no se si habria sido capaz de sacar mi negocio adelante sin tu ayuda. Te cuento por que: Para mi, nunca » ha sido» dificil, ya que he sido uno de los ultimos en llegar a este negocio (desde el 17 de Diciembre de 2010), pero esta siendo dificil, y muy dificil. Vengo de otro negocio en el que llevaba 10 años, empezo siendo un negocio sin cambios, pero poco a poco los cambios en el mercado y los clientes se venian sucediendo al mes. Solo quedaba una opcion, o te adaptas al cambio o cierras la persiana. En este negocio, me estoy encontrando con un mercado que no ha cambiado en los ultimos años, pero los clientes si que lo han hecho. Yo en este corto periodo de tiempo y siguiendo tus consejos, me he preocupado del cliente, de la limpieza, de la presentacion del producto, y como no, de intentar realizar cambios desde mi inexperiencia en este negocio para intentar aportar cosas nuevas y llegar de una manera diferente a mis clientes. En la mayoria de los casos, no he aumentado mis ventas de manera notable, pero en otros si. Cuando me equivoco, pruebo otra cosa, asi ya se lo que NO debo hacer la proxima vez. Entiendo que para una persona «nueva» en el sector sea mas facil dejarse giuar por otra con mas experiencia que los empresarios de toda la vida, pero mi consejo es que hay que ponerse las pilas y no esperar a «que escampe». Muchas gracias Celestino.
Hola Jose.
Creo que la mayoría de los que comenzamos a escribir un blog lo hacemos casi como terapia. A mí, además, me sirve para poner en orden las ideas que me rondan la cabeza, así que me gusta saber que a alguien le sirve de ayuda.
De todas formas, creo que exageras en el nivel de ayuda: los que te conocemos sabemos que eres un tipo inquieto y con recursos, así que no tengo duda de que lo hubieras hecho igual.
Me interesa esa idea de que el mercado no ha cambiado pero los clientes sí. Por desgracia, pasa en más sectores de los que nos gustaría. He tenido yo hoy una experiencia en una de las principales cadenas de ópticas de España que me da para escribir unas cuantas líneas… y las escribiré.
Como digo en el post, no sólo se trata de hacer cambios, se trata de crear una estructura que esté en contínuo proceso de cambio, igual que lo está el mercado.
Los resultados de hacer las cosas bien no siempre se ven en el corto plazo, pero es seguro que, a la larga, los resultados llegan. Hay que tener en cuenta que el tiempo corre de manera diferente para un cliente que para un comerciante. Tú mismo nos estás hablando de cosas que te funcionan o no y llevas con la tienda abierta… ¡4 meses!. Hay gente que, dentro de otros 4 meses aún no sepa que has cambiado de negocio.Las costumbres de consumo no se cambian tan rápido, analízate tú mismo…
Me gusta ese espíritu de probar cosas y admitir que unas funcionan y otras no, más en este país donde «todos somos infalibles».
Un saludo y gracias a tí por comentar,
Celestino Martínez.
Buenos días, aunque te escribo siendo las 2:10 de la madrugada, seguramente ya estás en el sobre. Felices sueño 🙂
Gracias de nuevo por compartir con nosotr@s tus palabras que bien transmiten tu estilo, tu experiencia y tu personalidad.
Un empresario de éxito no tiene un perfil fijo, pero los que han conseguido grandes logros en el mundo empresarial suelen tener ciertos rasgos en común, ciertos conocimientos y competencias.
En tu post haces mención a algunas de ellas: flexibilidad, tolerancia al riesgo, aceptación de los fracasos,… Nadie nace aprendido, nadie entra en un sector aprendido, nadie aprende si no se equivoca y trabaja duro para mejorar.
La cultura del esfuerzo, del trabajo con determinación es otra faceta de los empresarios de éxito. Si no recuerdo mal, Edison dijo algo así como: »La genialidad se compone de un 1% de inspiración y un 99% de trabajo duro».
Para hacer frente a la competencia y los cambios que se dan en el mercado, usar la creatividad para encontrar soluciones alternativas se torna necesario, pero además aplicar esas soluciones, corriendo el riesgo de que salgan mal.
Analizarlo y planificar es muy recomendable (investigación de mercado, business plan), sin embargo, y a pesar que los defensores de la teoría del caos te dirán que todo está encadenado, es necesario dejarse llevar un poco y entender que no podemos controlarlo todo, que las cosas a veces suceden con explicaciones que parece no tienen lógica.
Somos humanos, y tras una marca hay personas. Humanizar la marca es necesario para acercarse a un público cada vez más exigente. Además, es necesario reciclarse y cambiar los moldes tradicionales (estructura y modelo de negocio, organización, orientación,…) Hay aún muchas empresas que siguien siendo rígidas en su relación con el entorno, frías, poco personales… No basta con la calidad, también la calidez y demostrar que tras una marca existen seres humanos dispuestos a luchar por ofrecer lo que más acorde sea para el cliente.
Un saludo,
@jordimkt
Hola Jordi.
Efectivamente estaba frito a esas horas y lo he leído esta mañana pero hasta ahora no he podido contestarte.
A pesar de que este blog está dirigido a comerciantes, la mayoría de los conceptos de empresa son aplicables, aunque a otra escala porque, como dicen en un anuncio de radio, el pequeño empresario es el director general, de marketing, de contabilidad, de compras… de todo.
Estoy de acuerdo en que nadie nace enseñado pero es que, ahora, cada viernes cambia todo, así que de nada te valen las cosas que sabías hace 10 años si no las actualizas. Hasta conocimientos relativamente recientes, como el marketing, evolucionan a una velocidad endiablada, obligándonos a movernos entre incertidumbres. Y esto, como dice una frase que me encanta, «ni es bueno, ni es malo: es lo que hay».
Lo cierto es que hay mucha gente que sabe que tiene que cambiar, que hacer cosas, pero no pasa a la acción y eso es lo que me cuesta aceptar porque la mayoría de las cosas que pueden marcar la diferencia en un negocio no requieren de dinero ni de habilidades sobrehumanas: sólo se trata de trabajar la empatía, el sentido común, ponerle ganas, mirar más allá del corto plazo… y ser humildes.
Me gusta esa frase que tuya de «no basta con la calidad, también se necesita la calidez». Y es que si sólo hay calidad sin calidez, ¿porque voy a ir a tu tienda si puedo comprar en Internet? Así que, como bien dices, humanicemos nuestros negocios.
Muchas gracias por tu aportación y un saludo,
Celestino Martínez.