El fin de semana estuve haciendo unas compras y me encontré, como casi siempre, con cosas que me llamaron la atención y que paso a compartir con vosotros. En esta ocasión me encontré “una de cal y una de arena”.
En una tienda de moda juvenil de una conocida multinacional me encontré con uno de esos ambientes oscuros, tan de moda últimamente. Con este tipo de ambientes se pretende transmitir un efecto de intimidad pero conseguirlo no es fácil, se tiene que utilizar (y bien) iluminación puntual para que el artículo no quede en penumbra. Y este era el caso. Tuve prendas en mi mano que fui incapaz de saber de qué color eran, y esto, evidentemente, no es bueno.
Por otra parte, los percheros estaban tan cerca unos de los otros y estrechaban tanto los pasillos que hacían de lo más incómodo el tránsito por la tienda, especialmente en invierno, que vestimos ropas más gruesas y “abultamos” más. Tampoco estaban bien delimitadas las zonas de caballero y señora, ni quedaban claras las prendas que estaban rebajadas o las que eran de nueva temporada.
Completaban este cuadro asfixiante un exceso en la utilización de imágenes y rotulación de vivos colores, hasta en el suelo, que, unidos al colorido de la ropa, producían una desconcertante borrachera cromática sin mucho sentido.
Me sorprendió comprobar que, a falta de poco más de una semana para San Valentín, no hubiese casi tiendas con decoraciones que recordasen la fecha. Sin embargo, las pocas que había eran de gran calidad, como la de Alma de Cacao, cuya foto ilustra esta entrada, donde, además, encontrábamos sugerencias o productos específicamente creados para la ocasión. El cuidado por el detalle, de vital importancia para ofrecer una buena experiencia de compra, llegaba hasta el etiquetado de los productos en el escaparate, rotulado con el lema de la campaña.
Alma de Cacao es una deliciosa, nunca mejor dicha, tienda, que ha dado lugar una franquicia formada por un total de cinco, especializada en productos derivados y relacionados con el chocolate. La decoración es simplemente espectacular, como lo es la presentación y el empaquetado de sus productos, que, como indican en su página web, se venden también en Harrod’s, los famosos grandes almacenes londinenses, conocidos por la excelente calidad de sus productos.
La web de Alma de Cacao es igual de espectacular que el resto de la tienda y una buena fuente de inspiración por la abundancia de fotografías de excelente calidad donde podemos ver la gran variedad de creaciones, como ellos llaman a sus productos, el derroche de buen gusto en la elección del empaquetado, la elegancia de los lemas para diferentes campañas o lo acogedor de la decoración de sus galerías, que es como llaman a sus tiendas.
Desde finales del año pasado tienen un blog y también están presentes en Facebook. Además, ofrecen el envío por mensajería de sus creaciones.
Como podéis comprobar, Alma de Cacao reúne todos los ingredientes para ofrecer a sus clientes una dulce e inolvidable experiencia de compra.
Fotos: Celestino Martínez.