“Un superhéroe es un personaje de ficción cuyas características superan las del héroe clásico, generalmente con poderes sobrehumanos, y entroncando con la ciencia ficción” (Wikipedia)
Quedan lejos los tiempos en los que bastaba tener un local bien situado, buen producto y ser un poco amable para ganarse la vida con un comercio o un pequeño negocio.
En estos días, un pequeño empresario debe competir contra centros comerciales, tiendas online, grupos de compra, clubs de ventas privadas y promociones de bancos o periódicos, entre otros.
Por si esto fuera poco, más allá de los escaparates, la tecnología cambia el mundo a gran velocidad, y los clientes, antes dóciles e influenciables, se han vuelto exigentes, impredecibles e independientes.
A ello hay que añadir las amenazas que se ciernen, como nubarrones negros, en el horizonte: horarios libres, inseguridad, falta de financiación, ausencia de relevo generacional, cambios en la fisonomía de las ciudades…
Así que estos superhéroes, como sus colegas de la ficción, necesitan de una larga lista de superpoderes para hacer frente a los nuevos enemigos a los que cada día presentan batalla:
Profesionalidad, para conocer el producto que vende y, así, poder transmitir al cliente las ventajas que obtendrá en su compra.
Comportamiento del consumidor (Análisis de): conocer lo mejor posible al cliente es vital, ya que el contacto es más personal que en otros formatos de venta.
Interiorismo. La distribución eficiente del espacio de venta, la elección del mobiliario y el equilibrio estético serán determinantes para atraer al perfil de cliente deseado.
Escaparatismo. Una buena técnica en este apartado conseguirá atraer la atención del viandante e invitarle a entrar.
Merchandising. Una correcta presentación del producto y sus apoyos hará que el producto se venda sólo, o que éste propicie el principio de la venta.
Marketing. Diseñar una estrategia que presente productos y marcas adaptadas a las necesidades del cliente, a la demanda del momento y con el precio más adecuado, hará más atractivo el comercio y evitará malgastar recursos.
Branding. La construcción de una marca con un nombre y una identidad corporativa diferenciada puede proporcionar el posicionamiento deseado en el grupo de consumidores elegido.
Experiencia de cliente. Imprescindible valor añadido, capaz de transformar una visita al comercio o una compra, en una experiencia memorable para el cliente. Así se consigue posicionar en la mente del cliente a su negocio como la primera opción de compra, fidelizar al comprador y posibilitar que éste se convierta en prescriptor o embajador de su marca.
Atención al cliente. Una adecuada estrategia de atención al cliente facilitará la relación con éstos, la transmisión de la información, la resolución de reclamaciones e, incluso, la venta de productos adicionales.
Publicidad. Imprescindible para transmitir información, promociones u ofertas a través de los medios de comunicación.
Estrategia digital. Cada vez es más necesario tener una estrategia online y en redes sociales alineada con los objetivos de marketing trazados y que ayude a crear un canal relacional y comercial complementario al tradicional.
Técnicas de venta. El proceso de venta es muy delicado para dejarlo al azar. Una correcta técnica y, especialmente, una adecuación del proceso a las nuevas realidades del mercado, aumentará la eficiencia.
Cool hunting. Estar al día de las últimas tendencias, incluso adelantarse a ellas, es una buena manera de poder ofrecer al cliente lo que busca, habiendo tenido tiempo para hacer una buena estrategia.
Recursos humanos. Muchas veces, el pequeño empresario deberá seleccionar, contratar, supervisar y orientar a los vendedores que habrán de colaborar en la consecución del nivel de ventas necesario.
En muchas ocasiones, estos esforzados superhéroes, como pasa en los cómics capítulo a capítulo, van venciendo a los villanos, aún a costa de renacer varias veces durante sus emocionantes vidas. Sin embargo, en algunos casos, hasta los superpoderes son insuficientes contra algunos supervillanos y, con el paso de los años, sigue creciendo la lista de superhéroes desaparecidos.
Continuará.
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Foto: Esparta (flickr)
¡Pues como a Spiderman le falle el ánimo, no quiero ni imaginarme cómo de decaídas deben de estar las «superwomen» del negocio empresarial que además tiran del carro de las cargas familiares..! Por cierto, ¿alguien sabe si Spiderman tenía casa, esposa e hijos? Quizás sea hora de que alguien ponga al día también ese cuento…
La mayoría de los superhéroes eran solteros y vivían con sus tíos o sus padres. Spiderman, si no me equivoco, vivía con su tía.
La realidad del pequeño empresario se parece más al tipo de superhéroe que describe la película «Los Increíbles» de Pixar: personas con poderes extraordinarios y responsabilidades extraordinarias, con problemas de lo más común.
Un saludo,
Celestino Martínez.
Buenos días Celestino. Yo soy más de la criptonita. Sue efectos no son inmediatos pero te va minando la energía poco a poco. Por suerte la experiencia cotidiana me hace poner los pies en el suelo y me recuerda que no soy un superhéroe. Un saludo y enhorabuena por los post que publicas.
Buena lista de deberes para el pequeño empresario que quiera sobrevivir. Pero el pequeño empresario tiene que valorar también sus puntos fuertes. Siempre he dicho que la pequeña empresa es como una serpiente, que es rápida, ágil, escurridiza, ligera y sabe buscar cualquier recobeco donde esconderse (nichos de mercado); Mientras que la multinacional es como un dinosaurio: lento, poderoso, pesado, pero cuando pisa… arrasa.
Enhorabuena por el contenido del blog.
Adrián Troncoso.
http://www.laventadesdelastrincheras.com
Hola Adrián.
No tengo muy claro que el post fuera una lista de deberes aunque, en el fondo puede interpretarse como tal. Lo que pretendía señalar es lo difícil que es ser un comerciante o pequeño empresario en la actualidad.
Tristemente, esto que comentas de que la pequeña empresa es como una serpiente y la grande como un dinosaurio, se ha convertido ya en un viejo estereotipo. La situación actual es mucho más compleja. Hay empresas grandes con una capacidad de reacción y de «adaptación al medio» envidiables y, por desgracia, muchísimas pequeñas empresas que son como una serpiente… muerta, porque han decidido no decidir, y viven anclados en el pasado, esperando a que acabe la crisis y que las cosas vuelvan a ser como eran.
La esperanza es que hay algunas pequeñas empresas con ganas de pelear, de aprender, de cambiar… Empresas que han asumido que ha habido un cambio de época, que el círculo no se cerrará otra vez, que se ha abierto uno nuevo. Incluso surgen nuevas empresas que no tienen paradigmas, vicios o prejuicios y que nacen en un entorno de crisis, con lo que tiene de gran reto.
Hay esperanza para las empresas, grandes y pequeñas, que tengan una noción real del entorno en el que se tienen que mover y se preparen continuamente para tratar de proporcionar la mejor de las experiencias a las personas que serán sus clientes.
Un saludo y gracias por tu aportación,
Celestino Martínez.