El cliente siempre tiene la razón, pero...
Hoy nos cuestionamos la conocida frase que dice que el cliente siempre tiene la razón. Además de conocer el origen de esta frase, veremos cómo interpretarla y cómo utilizarla en un negocio.
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Algo no va bien
Cuando has visto cientos de procesos de compra, enseguida se te encienden las alarmas cuando algo no va bien, y aquella venta, definitivamente, estaba yendo fatal.
Entonces era agente comercial de varias marcas de relojería y mi trabajo consistía en visitar joyerías para vender mis productos. A menudo, la persona que se encargaba de estas compras era la misma que atendía a los clientes. Esto suponía que cuando entraba un cliente, interrumpíamos lo que estuviésemos haciendo para facilitar la atención a ese cliente. En ese momento, me retiraba al fondo de la joyería y, como si fuese el espectador de una obra de teatro, asistía a un nuevo proceso de venta.
En aquella ocasión, no habían pasado más que unos minutos para saber que algo no iba bien con aquella clienta. Aparentemente no había nada en ella que la hiciera destacar sobre el resto de las clientas de aquella lujosa joyería, pero no parecía saber qué quería.
Primero quiso ver pulseras de oro, pero no quiso darle indicaciones al vendedor, que quería tener un punto de partida. Así que, sin saber si eran para ella o para un regalo o si prefería un estilo o un acabado concreto, el dueño de la joyería le mostró una selección de pulseras. Sin darle al vendedor ninguna pista de si le gustaban las pulseras, y sin probarse ninguna, pidió ver sortijas. De nuevo, sin indicaciones que sirvieran de punto de partida.
Para entonces, el joyero y yo llevábamos ya unos minutos intercambiando miradas y sospechando.
¿A qué ha venido esta clienta?
Tristemente, una joyería es un negocio al que, de vez en cuando, alguien entra con intenciones de robar. Sin embargo, los ladrones no suelen tener un comportamiento tan errático. Al revés, hacen creer al joyero que están interesados en una o varias piezas de precio alto, y suelen contar una historia más o menos convincente.
Los ingredientes de la historia no son casuales. Al contrario, están diseñados para desmontar la desconfianza del vendedor. Algunas de las historias más habituales parten de una persona que está en un viaje de trabajo y quiere llevar un buen regalo a algún familiar cercano para una ocasión especial. Generalmente, además, dispondrá de poco tiempo porque tiene que tomar un vuelo de vuelta.
Esto forzará al joyero a atender con rapidez al cliente para no perder la venta, lo que facilitará que cometa un error, que este aprovechará para llevarse alguna joya al bolsillo. Después, el ladrón saldrá de manera precipitada con alguna excusa y, minutos después, el joyero descubrirá el engaño y la desaparición de las joyas.
¿El cliente siempre tiene la razón?
Pero este no era el caso. No había historia ni prisa. De hecho, la clienta ni siquiera había querido probarse nada.
Pasaban los minutos y pasaban los productos. Después de las sortijas fueron las gargantillas. Pero cuando, vistas las gargantillas, la clienta pidió ver relojes, el joyero tomó una decisión.
Con calma, recogió las gargantillas y, una vez guardadas, puso su mejor cara y con el tono más amable que pudo, le dijo a la clienta:
- Señora, creo que usted se ha equivocado de tienda y yo me he equivocado de clienta. Buenas tardes.
En ese momento, el joyero abandonó el mostrador. Tras unos segundos, la clienta llegó a la conclusión de que su tiempo de atención había terminado y salió por la puerta sin decir una palabra.
Todavía con el eco de la puerta sonando en la tienda, el joyero me dijo que creía que aquella clienta solo había venido a pasar el rato. Que, por educación y por profesionalidad, podía dedicarle un tiempo razonable y ver si se equivocaba. Pero, en el fondo, viniese a lo que viniese, lo que le había quedado claro es que no iba a ser una clienta, así que no podía regalarle más tiempo ni más energía.
Esta vez, parecía que el cliente no tenía la razón.

El mantra de Mr. Selfridges
Hace unos días volví a escuchar esa frase que dice que el cliente siempre tiene la razón. Esta cita mítica se atribuye a Harry Gordon Selfridge, que fundó los grandes almacenes Selfridges en Londres a principios del siglo pasado.
En aquel tiempo se utilizaba este mantra como una manera de garantizar el buen servicio que prometían a sus clientes. También era una forma de recordar a sus empleados el compromiso con la excelencia en el servicio, y es que entrar a Selfridges era un auténtico espectáculo para los sentidos, como puedes ver en la serie de televisión Mr. Selfridges.
Como vemos, es muy probable que esta frase tenga más de cien años, así que parece razonable que nos cuestionemos su validez.
¿Estás seguro de que el cliente siempre tiene la razón?
Sin clientes, no hay negocio.
El negocio existe cuando un cliente hace una compra y, con este acto, valida el modelo de negocio de un comercio. Y es que, aunque lo demos por hecho, cuando un cliente escoge hacer su compra en un negocio determinado, está eligiendo la propuesta de valor de ese negocio frente a la de sus competidores.
Es decir, está reconociendo que le parece más valioso lo que obtiene en la compra, y en el proceso de compra en sí, que el dinero del que se tiene que desprender.
Temiendo esto en cuenta y sabiendo que el cliente es soberano, que elige comprar o no comprar y dónde y cómo hacerlo, podríamos decir que el cliente tiene la razón.
Pero un cliente no solo compra productos. También los prueba. Y pide información. Recomienda productos, tiendas y restaurantes a otros clientes. Se queja. Compra otra vez, y deja de comprar, pide productos que no tienes y te cuenta cómo utiliza lo que compra. Y ahora está encantado y te deja una reseña, pero luego no lo vuelves a ver en meses.
Incluso hay clientes que se comportan mal en un comercio y tratan de engañar al comerciante, así que ahora no tenemos tan claro que el cliente tenga la razón.
Menudo lío, ¿no?
Por un lado, el cliente es fundamental para que el negocio funcione, pero a veces, parece empeñado en hacer que esto sea imposible.
¿Significa esto que la frase está equivocada y que el cliente no tiene la razón?

¿Qué significa darle la razón al cliente?
Vamos a marcar, como punto de partida, que el enfoque que me gustaría darle a este análisis va más allá del servicio al cliente. Aquí hay unos mínimos que hay que cumplir y, a partir de ahí, cada negocio debería tomar unas decisiones u otras en función de su modelo de negocio y la experiencia de cliente que haya diseñado.
Encontrarás algunas peticiones de los clientes en el episodio 33 en el que hablaba de lo que quieren los clientes para volver al comercio local y muchas eran tan simples como que se les reembolsara el dinero cuando hacían una devolución.
Más allá de lo que es obligatorio y lo que podemos considerar correcto, no hay una decisión mejor que otra si no tenemos en cuenta el modelo de negocio y la experiencia diseñada a partir de él. Por ejemplo, no podemos decir que es mejor la venta asistida que el autoservicio sin tener esto en cuenta.
Cuando hablo de darle la razón al cliente pienso más en los temas que ya traté en el episodio 23 en el que hablaba de cómo escuchar al cliente en el comercio local. Se trata de saber a quién escuchar, pero también de decidir a quién dedicar energías y a quien no.
Me parece importante este punto porque el mercado es cada vez más complejo y diverso y un negocio debería tener muy claro que sus recursos son limitados y que debe administrarlos con un criterio claro. En las últimas semanas he visto a muchos negocios desorientados y a varias áreas comerciales urbanas buscando inspiración para intentar atender las necesidades de grupos de consumidores que muy difícilmente se convertirán en clientes.
Así que puede que unos clientes tengan razón y otros no...
Puede que el cliente tenga la razón...
Es muy probable que la confusión comience porque le llamamos cliente a todas las personas que entran en un comercio, así que vamos a distinguir varios tipos de cliente. Antes de hacerlo, vamos a volver por un momento al episodio 13 en el que hablábamos de la importancia de hacer una buena definición del mercado objetivo.
Decíamos en este episodio que el mercado objetivo es el segmento del mercado al que se dirige un negocio. Quizás has oído hablar alguna vez del cliente objetivo, que sería una representación de ese marcado objetivo al que se dirige el negocio. A veces, el segmento del mercado al que se dirige un negocio tiene varios clientes objetivos. Por ejemplo, una tienda de bicicletas puede tener clientes objetivos que utilicen las bicicletas como medio de transporte, para pasear o para competir.
Ahora que ya sabemos que el mercado objetivo está compuesto por clientes objetivos, quizás nos sorprenda conocer que la clientela está compuesta por el conjunto de compradores. En un negocio bien planteado, la mayoría de los compradores encajarán en el perfil de los clientes objetivos. Pero una pequeña parte quedará fuera, y si el negocio no está muy bien planteado, puede que muchos compradores queden fuera de estos perfiles.
Imaginemos que la tienda de bicicletas de la que hablaba antes está especializada en bicicletas de competición. Sus clientes objetivos serían deportistas que compiten en carreras ciclistas. Pero cualquiera podría comprar una bicicleta de competición y utilizarla para pasear, ¿no?
En ambos casos estaríamos hablando de compradores, pero solo los deportistas serían clientes objetivos de la tienda especializada en bicicletas de competición. Pero ¿por qué es importante esta diferencia?
Vamos a verlo...

El comprador no siempre tiene la razón
Parece difícil que alguien que quiera una bicicleta para pasear vaya a comprar una bicicleta de competición. Como poco, le resultará más incómoda y cara. Pero, además, la experiencia de comprarla en una tienda especializada en bicicletas de competición no será demasiado satisfactoria. Esto es así porque la experiencia estará diseñada para otro cliente objetivo, que tendrá otros intereses, que partirá de otro conocimiento y que valora aspectos diferentes.
En estas situaciones es bastante habitual que se produzcan fricciones en el proceso de venta ya que el visitante no va a apreciar lo que le están ofreciendo, ya que parte de un punto inicial distinto. Será entonces cuando se queje del precio o de que no entiende la información y le van a parecer absurdos algunos de los argumentos de venta.
Como decía el joyero de la historia de la introducción, “usted se ha equivocado de tienda”.
Así que solo deberíamos llamar cliente objetivo, o cliente a secas, a aquellos visitantes o compradores que encajan en los perfiles que componen nuestro mercado objetivo. Es decir, solo deberíamos llamar clientes a aquellos perfiles a los que dirigimos el negocio. El resto, serán visitantes o compradores y lo importante es que, más allá de si tienen razón o no, no deberíamos tener en cuenta la mayoría de sus observaciones e impresiones.
Parece bastante lógico pensar que el gestor de un comercio especializado en bicicletas de competición no debería tomar decisiones en su negocio que vengan de un comprador que va a utilizar la bicicleta para pasear, ¿no? De hecho, este tipo de visita y de compra deberían ser anecdóticos si la tienda está bien planteada.
Sólo puede tener razón si...
Ahora ya sabemos que cliente objetivo, o cliente a secas, son los visitantes o compradores que encajan en los perfiles de nuestro mercado objetivo.
Son los que tenemos en mente cuando elegimos los productos y los rangos de precios con los que trabajamos en el negocio. Pero, sobre todo, son los que mejor van a valorar nuestra propuesta comercial porque los productos, los servicios y los intangibles que se llevan a cambio de su dinero forman una parte importante de su vida.
La observación, el estudio y la conversación con estos clientes, incluso sus quejas y sugerencias, serán la base de la mejora del negocio.
Así que con estos clientes sí podemos decir aquello de que siempre tienen la razón, porque van a ser decisivos para el rumbo de nuestro negocio. Pero, claro, esto solo es posible en negocios en los que se hayan definido estos perfiles y, de manera más clara, en los negocios hiperespecializados.
Aunque espero dedicar un episodio próximamente a la hiperespecialización, vas a entender mucho mejor este punto si repasas el episodio 22 en el que hablaba de la importancia de la estrategia para un comercio. Y con el episodio 23, en el que hablaba de cómo escuchar a los clientes en el comercio local, vas a entender mejor el ejemplo que voy a poner a continuación.

Si no tienes claro quién es cliente y quién no...
En este episodio ponía un ejemplo, basado en un caso real, que ilustra muy bien qué pasa en un negocio cuando no diferencias claramente entre comprador y cliente. Porque, claro, el ejemplo de la tienda de bicicletas está bien para explicar el concepto, pero es difícil encontrarlo en el mundo real. Pero ¿qué me dirías de una frutería en la que vendes distintas líneas de producto?
En este caso, tenemos a una frutería que busca diferenciarse ofreciendo fruta y verdura de calidad y que complementa su surtido con una pequeña selección de productos de conveniencia. Al principio son unas pocas conservas y, poco después, empiezan a añadir refrescos, bollería industrial y productos que es fácil encontrar en un supermercado.
Estos productos, además de diluir la propuesta de valor inicial, basada en productos orgánicos de calidad y proximidad, tienen poco margen comercial y comienzan a provocar fricciones con algunos compradores. Estas fricciones tienen que ver con el precio y con lo escaso de las opciones, por lo que el comerciante decide ampliar la oferta de estos productos y ajustar los márgenes.
El resultado es que estos nuevos productos conquistan visualmente el espacio de la tienda con sus expositores y sus envases coloridos, y arrinconan a los productos que realmente marcaban la diferencia en el negocio. Además, los nuevos productos atraen a un tipo de comprador que no valora la calidad de las frutas y las verduras que eran las protagonistas del negocio.
No hace falta que te cuente mucho más para que decidas quién es el cliente y quién no y quién tendría la razón. Escuchar a los dos por igual había llevado al comerciante, en este caso, a tomar decisiones equivocadas y a generar inconsistencias en su negocio.
¿Quién tiene la razón en un área comercial urbana?
En el caso de un área comercial urbana es más complejo de abordar porque, en una u otra medida, casi todos los vecinos y turistas de una localidad son clientes de ciertos sectores. Por ejemplo, la hostelería y la restauración suelen tener más aceptación que otros como la electrónica de consumo o la moda.
Así que lo primero sería identificar a los diferentes segmentos de clientes que, en este caso, tendrán relación con su estilo de vida. Por ejemplo, los jóvenes con hijos pequeños suelen consumir más en las ciudades y los barrios donde viven que los jóvenes que no son padres.
Cada uno de estos grupos será cliente de algunos sectores, de pocos o de ninguno, y el reto será hacer que aumenten el número de sectores en los que compran. Para ello, habrá que averiguar qué necesitarían estos clientes para modificar sus pautas de compra y qué recursos se necesitarían para facilitar estos cambios.
Será entonces cuando comprobemos que muchas de esas peticiones son inviables. Entonces habrá que diseñar una estrategia para conseguir que, empleando recursos razonables, recuperemos a una buena cantidad de estos clientes. Y, dentro de las posibilidades que haya, en esta estrategia se debería tener en cuenta el trabajo de fondo para ir acercando a aquellos que, a pesar de los cambios, sigan lejos.
Resumiendo:
Empezamos aclarando que hablamos de tener la razón desde un punto de vista de negocio y damos por supuesto que no hay porqué soportar la mala actitud de nadie. Es decir, descartamos desde un inicio esa versión de esta frase que implica que el cliente marca las reglas del juego y el comerciante las acepta.
A partir de aquí, podríamos decir que el cliente siempre tiene la razón cuando es el cliente objetivo. Si no lo es, aunque compre, no deberíamos malgastar energía y recursos en atender ciertas demandas que pueden desdibujar la propuesta de valor del negocio.
Y cuando estamos delante del cliente objetivo, tener la razón significa entender que la compra es una validación de la propuesta de valor y que el resto de los comportamientos del cliente son oportunidades de mejora. Sus recomendaciones y sus quejas, los productos que prueba y los que descarta, sus dudas y sus silencios.
Todo ello, bien observado y analizado, nos ayudará a tomar decisiones y a emprender acciones de mejora. Acciones que harán que los clientes sigan comprando, quizás más y más a menudo, y garantizando el futuro del negocio.
Porque sin clientes no hay negocio. Así que los clientes, esos clientes, siempre tienen la razón.

Actualiza Retail con Celestino Martínez
Mi nombre es Celestino Martínez y soy director y consultor en la consultora Actualiza Retail donde trabajo con instituciones y universidades poniendo en marcha proyectos de actualización, dinamización y formación del comercio de ámbito nacional.
Tengo más de 20 años de experiencia en el mundo del retail y soy autor en varios libros, como “Cien comercios vascos con los que aprender” . Dirijo y presento el podcast Actualiza Retail. También soy requerido como conferenciante y divulgador tanto por eventos profesionales como por medios de comunicación de España y Latinoamérica.
¿Quieres poner en marcha un programa de actualización y dinamización del comercio local? ¿Tienes que organizar webinars, cursos y talleres específicos para comercio local, tanto online como presenciales? Contacta conmigo aquí.
Si quieres más contenidos sobre la actualización de tu negocio de retail, puedes encontrar el podcast Actualiza Retail en iVoox, Apple podcasts, Spotify y otras plataformas de podcasting.
Agradecimientos
El episodio del podcast correspondiente a este post está patrocinado por Bolsalea, que es una empresa especializada en confeccionar y personalizar embalaje sostenible. Sus bolsas, guardatrajes y fundas se fabrican en España para empresas de retail de todos los tamaños. Desde pequeñas tiendas de barrio hasta las marcas más grandes y conocidas.
La música y los efectos de sonido utilizados en el episodio son de Epidemic Sound. Las fotografías del post son de Unsplash, excepto la fotografía de Celestino Martínez de la bio, cuyo autor es Iban Montero
Diagnóstico comercial: ¿Qué se vende aquí?
Hoy te hablo de un diagnóstico comercial que estoy haciendo y detallo los aspectos que estamos analizando. Como verás, algunos de estos aspectos no se suelen tener muy en cuenta pero tienen gran importancia para contarle al cliente, desde la distancia, qué se vende en la tienda.
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Diagnóstico comercial: ¿Qué proyecta tu negocio?
En las últimas semanas estoy trabajando en el diagnóstico comercial de una ciudad. El diagnóstico consiste en una investigación en la que analizamos la manera en la que los distintos tipos de negocio lanzan sus propuestas a la calle. En otras palabras, la efectividad de un negocio para contarle a un cliente qué ofrece, qué se vende en su negocio.
Contrastaremos los resultados de este diagnóstico comercial con los de otra investigación sobre los consumidores. Esto nos ayudará a determinar la distancia que hay entre ciertos sectores del comercio y determinados grupos de clientes. A partir de aquí, podremos diseñar las estrategias y acciones más adecuadas para acortar estas distancias.
Para hacer este diagnóstico, analizamos un conjunto de aspectos concretos y utilizamos un sistema de valoración en función de la importancia de cada aspecto. Esta valoración comienza desde cierta distancia, con la mirada de un cliente que no conoce nada del negocio. Y es entonces cuando te das cuenta de que no es fácil contarle a un cliente qué le ofrece un negocio.
Porque detrás de una pregunta tan simple como qué se vende aquí, hay muchas otras preguntas. Qué productos vendes, para qué estilo de vida es tu surtido y qué rangos de precio tiene. Qué servicios o qué elementos de valor añadido te diferencian de otros competidores. Incluso qué compra propones para empezar a probar tus productos y servicios.
Como decía, no es fácil responder a estas preguntas. Pero mientras unos negocios lo consiguen, otros fracasan con mayor o menor estrépito.
Los elementos del mensaje comercial
En unas ocasiones depende directamente de ellos y, en otras, de su entorno.
Estar en una ubicación determinada puede sumar o restar. Estar rodeado de otros negocios, de locales vacíos o de locales de uso no comercial puede amplificar, debilitar o hacer más confuso el mensaje.
Ya con el cliente frente a la fachada, los recursos con los que cuenta cada negocio dependen de él, y no son pocos. La propia fachada, el escaparate y la parte de tienda que se ve desde el exterior cuentan muchas cosas del negocio. La sensorialidad, la comunicación y el tratamiento del producto son elementos clave para atraer al cliente al interior, para incrementar su interés y el deseo por los productos que se ofrecen.
Todos estos aspectos son fundamentales para responder a la gran pregunta. Para contarle al cliente qué se vende aquí y darle las respuestas que necesita para llegar a la puerta. Para comprar.
Por eso he decidido dedicar el episodio de hoy a explicar brevemente los aspectos principales que, ya desde la distancia, ayudan a responder a un cliente qué se vende aquí.

¿Vender es resolver dudas?
Uno de los principales retos de un comercio es el de responder a las numerosas preguntas que un cliente puede plantearse dentro y fuera de sus instalaciones. Independientemente de dónde se produzcan, todas ellas son importantes porque ningún proceso de compra termina bien si quedan dudas sin resolver.
Muchos comerciantes con los que he hablado creen que dejar algunas dudas sin resolver, como los precios de sus productos, hará que los clientes entren al negocio. Otros creen que lo principal es llamar la atención, aun a costa de lanzar mensajes confusos a los viandantes.
Como hemos comprobado en el diagnóstico comercial que estamos llevando a cabo, la realidad les demuestra a unos y a otros que se equivocan. Los negocios que mejor funcionan son aquellos que, por sí mismos, proyectan los mensajes más claros y evitan que surjan dudas.
Y los negocios que más clientes nuevos atraen son aquellos que responden desde una mayor distancia y con mayor claridad a una pregunta clave. ¿Qué se vende aquí?
¿Me ayuda o me perjudica el entorno?
En mi experiencia en programas de emprendedores de comercio, he comprobado que, como era de esperar, una de sus principales preocupaciones es encontrar un buen local.
Para determinar qué es un buen local, los emprendedores suelen manejar un grupo más o menos grande de criterios. Algunos de estos son el precio, la ubicación, la superficie, el estado de sus instalaciones y cómo se adaptan a su idea de negocio. Sin embargo, pocos se ocupan del entorno, y vamos a ver en qué se diferencia de la ubicación.
Cuando hablamos de buena ubicación, nos solemos referir a un local que esté situado en una calle comercial, con mucho tráfico de personas. Según el nivel de especialización del negocio, estaremos hablando de mucho tráfico de personas interesadas en satisfacer las necesidades que el negocio soluciona. Por ejemplo, tiendas situadas cerca de colegios o de polideportivos, o establecimientos de hostelería situados en zonas de bares de copas o cerca de una estación de tren.
Pero si hablamos de entorno, podemos encontrarnos con un negocio que tiene una buena ubicación y un mal entorno. Uno de los mejores ejemplos para entenderlo es el de una tienda situada entre dos bares con terraza. Aunque esta tienda esté situada en una calle comercial, las terrazas de los bares suponen una barrera visual para encontrar la tienda desde la distancia. Esto hará que sea casi invisible para un peatón hasta que no esté casi frente a ella y completamente invisible para quien busque la tienda desde un coche.
También puede ser que la calle sea buena pero que este flanqueado por negocios cerrados o por locales destinados a otras actividades. Por ejemplo, tener una entrada a un garaje al lado de una tienda genera cierta intranquilidad, además de un espacio visual poco atractivo.

Simbolismo: una de las claves de la anticipación
Otro de los aspectos que hemos tenido en cuenta en el diagnóstico comercial es la utilización de elementos simbólicos que ayuden a identificar el negocio. Quizás el ejemplo más inmediato para explicar este aspecto es la cruz verde que identifica a una farmacia. Es un elemento que todos asociamos a este tipo de negocio y que nos ayuda a localizarlo desde la distancia, vayamos a pie o en coche.
Hay otros elementos más sutiles, como los rótulos o los materiales y la construcción de la fachada, que anticipan el tipo de negocio que vamos a encontrar. Los colores y la iluminación también ayudan a hacer esta anticipación. Por ejemplo, los negocios de comida rápida suelen utilizar el color rojo en grandes cantidades.
En esta investigación hemos encontrado un ejemplo curioso de cómo condicionan la percepción estos elementos simbólicos. Desde la distancia identificamos un negocio como una sucursal bancaria y, al acercarnos, comprobamos que, en realidad, era una frutería. De hecho, era una frutería que ocupaba el local de una antigua sucursal bancaria pero no había hecho grandes cambios en la fachada. No había rótulo ni vinilos en los cristales que anticiparan el negocio que íbamos a encontrar. Como el sol reflejaba en los cristales, hasta que no estuvimos cerca de la entrada no entendimos qué se vendía allí.
Comunicación: ¿Qué me cuenta tu negocio?
A menudo, cuando se habla de comunicación para el comercio, hay quien piensa en redes sociales, campañas de email marketing y hasta publicidad. Sin embargo, cuando hablamos de comunicación en un negocio, esta empieza con el rótulo y continúa con la información que recibimos del escaparate y el resto de elementos de la fachada.
Por supuesto, también incluye la información que nos da la propia tienda en el interior. Esta información es, sobre todo, señalética y cartelería, y nos ayudará a entender cómo funciona la tienda y a valorar lo que nos ofrece. Pero hoy solo hablaremos de la comunicación que recibimos en el exterior.
Como decía, el rótulo y toda la información que se ofrezca al exterior nos permitirá aclarar las dudas suficientes para poder entrar a la tienda y comenzar un proceso de compra. Aquí entra en juego información básica como los precios de los productos, los servicios que se ofrecen, el horario y otras.
No es necesario contarlo todo desde el exterior, también se puede contar con la información que da la parte del interior de la tienda que es visible desde fuera. Y aquí es curioso como muchas tiendas no tienen en cuenta esta parte visible desde el exterior y la infrautilizan. O, directamente, la olvidan, y exponen visiones que la perjudican y hasta información sensible, como facturas o documentos oficiales.
También quiero señalar un tipo de comunicación que se ha puesto de moda en los últimos años, que consiste en utilizar vinilos de gran formato que casi ocultan el interior por completo. Es frecuente verlos mal utilizados, con diseños poco cuidados y generalistas, que no dicen mucho del negocio que ocultan. Esto último hace poco probable que un cliente nuevo se aventure a entrar en un bunker con tan mala tarjeta de presentación.

Sensorialidad y tratamiento del producto
La sensorialidad es un aspecto transversal, que puede estar implicada en todos los puntos anteriores y en otros muchos que no tocaremos hoy.
Por ejemplo, el uso del color o la iluminación pueden ser una manera de destacar en un entorno determinado. El olor y la música pueden ser elementos simbólicos. No tenemos más que pensar en el olor de una panadería y la música de una tienda de moda. En los dos casos, consiguen anunciar su presencia a través estos estímulos y también un material o una textura pueden ser una parte importante de la comunicación de una tienda.
Combinado con la sensorialidad y la comunicación, la manera de presentar el producto hacia el exterior es otro punto tan importante como descuidado.
El tratamiento del producto da una idea al cliente de qué tipo de producto tiene ante sí. Si está bien hecho, le da pistas sobre el rango de precios desde la distancia y le muestra al cliente si es para él.
Pongamos un ejemplo. Por la manera en la que están expuestos unos zapatos en el escaparate, una clienta podrá saber desde la distancia si los zapatos son de estilo urbano o clásico. Esto tiene que ver con los recursos de escaparatismo que se hayan utilizado, pero seguro que se te ocurren tiendas de un estilo y de otro y eres capaz de reconocer las diferencias.
A menor distancia, incluso sin ver todavía los precios, la forma en la que se disponen los zapatos y el número de ellos que se muestran, ya anticiparán el rango de precios. Las zapaterías con rangos de precios más bajos suelen exponer muchos zapatos en el escaparate y no destacan unos sobre otros. Mientras tanto, las zapaterías con rangos de precios más altos exponen pocos zapatos, les dan bastante espacio a cada uno de ellos y destacan unos sobre otros.
Las fricciones se producen cuando se utiliza un tratamiento de producto inadecuado. Por ejemplo, cuando una clienta entiende que la selección de zapatos que ve desde la distancia es de un rango de precios bajo y no es así. Esto se produce cuando, como hemos visto en un caso real, se presentan en cuarenta centímetros tres pares de zapatos de más de cien euros de precio medio.
Hiperespecialización: Target y propuesta de valor
Otros aspectos importantes que hemos tenido en cuenta para el diagnóstico comercial tienen que ver con la hiperespecialización, y son la propuesta de valor y la segmentación.
Cuanto más clara y diferencial es la propuesta de valor de un negocio, más fuerte es frente a su competencia. A menudo, una propuesta de valor fuerte implica una estrategia de especialización en un segmento determinado del mercado, un estilo de vida o un momento de la vida del cliente.
Mientras tanto, una estrategia generalista producirá una propuesta de valor poco atractiva y dejará al negocio a expensas del precio, donde es casi inevitable salir perdiendo.
Este punto es clave en la actualización de un negocio y suele darse en los negocios que mejor funcionan y que marcan el camino a los demás. Mientras tanto, son los negocios muy generalistas los que tienen dificultades para salir adelante.
Incluso hay negocios que combinan dos líneas de negocio distintas, con públicos objetivos distintos y niveles de especialización diferentes. Esto suele pasar porque la estrategia se dirige desde el producto y no desde el cliente. Como cliente, son negocios difíciles de entender y con riesgos enormes de generar inconsistencias y fricciones de todo tipo.

Posicionamiento local
Cuando hablamos de evaluar las posibilidades de un negocio de captar nuevos clientes, no podemos olvidar el posicionamiento local. Como hablamos extensamente en el capítulo 34, en el que tuvimos ocasión de hablar con Laura Alfonso, el posicionamiento local es fundamental.
Muchos clientes potenciales buscan a diario los establecimientos que tienen a su alrededor para comprar unos u otros productos. Además, exploran cada página de Google My Business valorando las reseñas que han dejado otros clientes, estudiando las fotografías y tomando nota de la información que se muestra.
Como comentábamos con Laura Alfonso, aparecer en una búsqueda local es casi una garantía de venta. Este tipo de búsquedas se producen cuando el comprador ya tiene la información que necesita y está buscando dónde comprar, así que porcentaje de conversión en venta es muy elevado.
Por esta razón, nos sorprende comprobar que todavía hay negocios que no cuentan con una página de Google My Business o la tienen muy descuidada. Sin ir más lejos, hace unos días fui hasta la puerta de un restaurante siguiendo su página de Google My Business y lo encontré cerrado por vacaciones.
Diagnóstico comercial: Actualización
Como decía antes, este diagnóstico comercial es parte de una investigación que nos ayudará a determinar el grado de actualización del comercio de la ciudad. Una vez contrastado con lo que dicen que necesitan los clientes para volver al comercio local, sabremos lo que separa a unos y a otros.
Pero, más importante todavía, también sabremos en qué aspectos de mejora habrá que trabajar para lograr ese acercamiento. Y lo importante es que lo sabremos habiendo estudiado a clientes y negocios, no siguiendo tendencias ni modas más o menos arbitrarias.
Y después, queda otro gran trabajo: aplicar esas claves de mejora y conseguir que el comercio se actualice y se garantice una relación duradera con sus clientes y vecinos.
Pero esa será otra historia, y seguramente, la contaré en otro episodio.

Actualiza Retail con Celestino Martínez
Mi nombre es Celestino Martínez y soy director y consultor en la consultora Actualiza Retail donde trabajo con instituciones y universidades poniendo en marcha proyectos de actualización, dinamización y formación del comercio de ámbito nacional.
Tengo más de 20 años de experiencia en el mundo del retail y soy autor en varios libros, como “Cien comercios vascos con los que aprender” . Dirijo y presento el podcast Actualiza Retail. También soy requerido como conferenciante y divulgador tanto por eventos profesionales como por medios de comunicación de España y Latinoamérica.
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La música y los efectos de sonido utilizados en el episodio son de Epidemic Sound. Las fotografías del post son de Unsplash, excepto la fotografía de Celestino Martínez de la bio, cuyo autor es Iban Montero
Posicionamiento local para comercios locales, con Laura Alfonso
Hoy hablamos con Laura Alfonso de posicionamiento local para el comercio local. Sabremos qué es el posicionamiento local, cuáles son las acciones básicas para un comercio local y cómo gestionarlo desde un área comercial urbana.
¿Quieres escuchar la conversación?
Puedes escuchar la conversación en la que hablamos sobre posicionamiento local clicando en el reproductor.
Posicionamiento local para comercios locales
Como decía, hoy hablamos de posicionamiento local para el comercio local con Laura Alfonso, con la que hemos desarrollado un programa para comercios locales de Extremadura que combinaba formación y consultoría personalizada.
Esto ha supuesto que cada negocio ha recibido asesoramiento personalizado basado en un estudio previo y ha terminado el programa con una hoja de ruta de acciones de mejora que le permitirán optimizar su perfil de Google My Business y mejorar sus posibilidades de conectar con la clientela potencial. En la conversación tocamos algunos de los temas que han surgido en este programa y otros que tienen interés para todos los comercios.
Partimos de la explicación sencilla de lo que es Google My Business y conceptos básicos como los tipos de búsqueda y lo importantes que son para que un cliente pueda preparar su visita a la tienda. Seguimos con lo más básico: dar de alta o reclamar la página de un negocio. Después hablamos de la importancia de rellenar bien la ficha y elegir la categoría correcta y de cómo promover y gestionar las reseñas. No nos olvidamos de los tipos de resultado, especialmente del Local Pack, y de la conversión.
Por supuesto, también hablamos de cómo utilizar el posicionamiento local dentro de la estrategia de un área comercial urbana, para favorecer la mejora de la visibilidad y las ventas de sus negocios.
Laura Alfonso
Laura Alfonso es una gran conocedora de los entornos digitales relacionados con la comunicación y la venta online, experiencia que ha ido adquiriendo durante más de 20 años en Telefónica. Actualmente trabaja en el área de Comunicación de Tiendas Movistar, desarrollando acciones de posicionamiento de las tiendas Movistar en Internet, analítica de escaparates digitales, digitalización de la experiencia del cliente en tienda y desarrollando acciones de fidelización y captación de clientes.
Laura Alfonso también es consultora independiente desde el año 2019. Está especializada en posicionamiento local y su actividad habitual es la de desarrollar programas de consultoría para negocios locales, a los que ayuda a conseguir más clientes mejorando su visibilidad en internet.
En su carrera como consultora independiente se ha especializado en el posicionamiento de los comercios en Internet. A través del podcast Negocios Locales y de la web lauraalfonso.com genera contenidos alrededor de esta temática y ofrece formación online.

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El episodio del podcast correspondiente a este post está patrocinado por Bolsalea, que es una empresa especializada en confeccionar y personalizar embalaje sostenible. Sus bolsas, guardatrajes y fundas se fabrican en España para empresas de retail de todos los tamaños. Desde pequeñas tiendas de barrio hasta las marcas más grandes y conocidas.
La música y los efectos de sonido utilizados en el episodio son de Epidemic Sound. Las fotografías del post son de Unsplash, excepto la fotografía de Celestino Martínez de la bio, cuyo autor es Iban Montero
Qué quieren los clientes para volver al comercio local
Hoy hablamos de qué quieren los clientes para volver al comercio local. Verás claves de mejora extraídas de proyectos reales y entenderás la necesidad de leer entre líneas lo que digan. Porque no siempre coincide lo que los clientes dicen que quieren con lo que quieren en realidad. Y, por supuesto, tendrás acciones de mejora en las que inspirarte. Pero, antes, me gustaría contarte una historia.
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Los grandes también se equivocan
En el último informe Best Global Brands, de Interbrand, que lista las cien marcas con más facturación del mundo, Coca-Cola figura en la sexta posición. A pesar de la pandemia, que ha limitado la actividad de millones de negocios de restauración y hostelería, solo hay cinco marcas que han facturado más que Coca-Cola.
Vale, seguro que no te he impresionado con el dato. Más o menos, ya imaginabas que en un listado de este tipo no iba a faltar Coca-Cola y que estaría en los primeros puestos.
Lo que quizás te sorprenda saber es que, hace no muchos años, Coca-Cola estaba muy preocupada por su posición de liderazgo. Este temor hizo que tomaran una mala decisión, que no solo les costó mucho dinero. Estuvo a punto de costarles mucho más.
Y, si estás pensando qué tienes tú que ver con una marca tan grande y con tantos medios, espera un poco y verás que tiene mucha más relación de lo que piensas.
El patinazo de Coca-Cola
En los años 80, Coca-Cola veía como Pepsi, su gran rival, le pisaba los talones. Con la campaña Generation Next, Pepsi estaba conquistando al cliente juvenil, uno de los más importantes para una empresa de refrescos.
La campaña Generation Next estaba protagonizada por grandes estrellas del pop como Michael Jackson o Spice Girls y sus anuncios no dejaban de aparecer en todos los canales de televisión, especialmente en la MTV.
Preocupados por el ascenso de Pepsi, en Coca-Cola pusieron en marcha una enorme investigación con consumidores. Utilizando sobre todo catas a ciegas, llegaron a la conclusión de que el éxito de Pepsi era su sabor más dulce.
Con el resultado en la mano, la compañía desarrolló una Coca-Cola de sabor más dulce que sustituiría a la tradicional y se embarcó en una gigantesca campaña de publicidad para presentar la New Coke.
A medida que el nuevo refresco iba copando las estanterías de los supermercados, empezaron a pasar cosas que la compañía no esperaba. Mientras les llegaban noticias de cientos de clientes que hacían acopio de las botellas antiguas, comenzaban a recibir, primero cientos, y luego miles de cartas diarias en sus oficinas pidiendo la vuelta a la fórmula original. Incluso algunos fans crearon la Sociedad para la Preservación de la Coca-Cola auténtica.
Definitivamente, algo no estaba yendo bien.
Cuando crees que sabes lo que quieren los clientes
A pesar de haber consultado a los consumidores, la New Coke había sido un fracaso estrepitoso. Pero ¿qué había pasado? Y, más importante para nosotros, ¿qué podemos aprender de ello?
Lo primero es que la investigación no se hizo bien. Para empezar, se centró en el producto y, como sabemos, el producto es solo una parte de la experiencia. En un producto con la tradición y la relevancia de Coca-Cola hay muchos valores intangibles. Estos valores, en forma de recuerdos e historias, forman parte de la vida de sus clientes. Por eso mismo, muchos clientes vivieron la desaparición de su refresco favorito como una pérdida personal.
Nadie preguntó en las investigaciones qué pasaría si desapareciese el sabor clásico. Como preguntaron mal, interpretaron mal lo que querían sus clientes y, como sabemos ahora, tomaron una decisión equivocada.
En menos de tres meses, Coca-Cola se vio obligada a retirar del mercado la New Coke para volver a la fórmula clásica, un sabor que, desde entonces, se conocería como Coca-Cola Classic. Y parece que, desde entonces, la compañía ha aprendido a averiguar lo quieren sus clientes. En 2020, Coca-Cola triplicó la facturación de Pepsi en todo el mundo y nadie discute su posición de líder del mercado.
De la experiencia de Coca-Cola con la New Coke podemos aprender la importancia de investigar lo que quieren los clientes. Y también, que tenemos que saber preguntar y saber leer entre líneas para conocerlo y para poner en marcha acciones adecuadas.
Y de eso hablaremos hoy, basándonos en investigaciones reales con consumidores reales a los que hemos preguntado, escuchado y leído entre líneas, para proponer acciones de respuesta que compartiré contigo.

Qué quieren los clientes para volver al comercio local
En la historia de la introducción ya habrás comprobado el peligro de tomar decisiones sin conocer lo que realmente quieren los clientes de tu marca. También es peligroso tomar decisiones sin haber analizado realmente lo que quieren decir los clientes. Porque, a menudo, cuando tus clientes expresan una opinión, la clave está en la lectura entre líneas que se pueda hacer de ella.
A partir de ese momento es cuando puedes empezar a trabajar en la respuesta que tiene que ofrecer tu negocio. Sin embargo, no es fácil obtener buena información de los clientes, y la lectura entre líneas es compleja cuando estás implicado.
Por eso, en muchos de los proyectos que llevo a cabo incluimos una investigación independiente. Precisamente, en las últimas semanas, he estado en investigando para dos proyectos a consumidores y comerciantes y a muchos de los agentes que trabajan alrededor del comercio.
En estos casos queremos conocer la opinión de diversos perfiles de consumidor y ver cómo de lejos están de ciertos tipos de comercio local y de comercios concretos. Esta información, una vez analizada, nos sirve para elaborar un diagnóstico y diseñar una hoja de ruta de acciones de mejora. Una vez puestas en marcha, estas acciones acortarán las distancias entre clientes y comercios y favorecerán el aumento de la actividad económica del Área Comercial Urbana.
Cómo conectar con lo que quieren los clientes
La idea de este episodio es que puedas aprovechar algunas de las claves más universales que han surgido en estas investigaciones para aplicar mejoras en tu negocio. Estas mejoras podrían potenciar la fidelidad de tus clientes actuales y facilitar la atracción de nuevos clientes.
Claro que esto dependerá del punto de partida de cada negocio, de las particularidades de la localidad en la que esté y de muchos otros factores. En otras ocasiones he dicho que lo complejo del momento actual es que no se pueden dar recetas generales, y sigo pensando lo mismo.
Por ello, presentaré cada clave con un mismo formato. Primero, utilizaré unas pocas frases para ilustrar lo que dicen los clientes. Después haré una breve interpretación o lectura entre líneas, con la idea de entender lo que quieren decir los clientes en realidad. A partir de esa conclusión, plantearé la respuesta que debería dar el comercio a esa expectativa.
Por supuesto, también sabremos qué quieren los clientes en clave de Área Comercial Urbana y, en ese caso, seguiré el mismo patrón.
Como decía antes, no hay recetas generales, así que hay que tomarse estas recomendaciones como un punto de partida sobre el que comenzar a trabajar. Según las particularidades de cada negocio y de cada Área Comercial Urbana, las acciones de respuesta podrán aplicarse de manera literal, necesitarán adaptación o no procederán.
Sin embargo, no es poco tener puntos de partida basados en opiniones reales y anónimas de clientes, así que espero que te ayuden a actualizar tu negocio y tu Área Comercial Urbana.

#01 Surtido de productos y marcas
Qué dicen los clientes: “Nuestra economía va por un lado y muchos comercios por otro”. “No encuentro lo que me gusta“. “Todos apuestan por el mismo tipo de cliente”. “Casi no me dan opciones para elegir”. “Para un apuro, me puede valer. Para más, no”.
Qué quieren los clientes: Que el surtido de marcas y productos esté alineado con lo que buscan. No dicen que un mismo producto esté a un precio más alto, dicen que los rangos de precios de la selección de productos les quedan fuera de lo que están dispuestos a pagar.
También hay referencias a la variedad y al estilo, y suelen ser quejas por tener pocas opciones para elegir o, por ejemplo, por ser demasiado clásicas. Así que los clientes quieren más variedad en productos de su estilo.
Cómo debe responder el comercio local: Para algunos comercios, podría solucionarse replanteando el surtido de marcas y productos. Para una mayoría, la solución más eficaz será la hiperespecialización. Esto implicará centrarse en uno o dos grupos de clientes objetivos y redefinir el surtido tomando como punto de partida su estilo de vida.
En pueblos pequeños no es fácil hiperespecializarse, pero esta nueva orientación permitirá ofrecer nuevas líneas de negocio. Con estos nuevos productos y servicios será posible hacer rentable el negocio con menos clientes. Esto es así porque los clientes de un comercio hiperespecializado compran más productos, más a menudo y de mayor precio.
#02 Descuentos y promociones
Qué dicen los clientes: “Los descuentos y las promociones están bien, pero solo si lo demás funciona”. “Si la tienda no me atrae, paso por delante sin enterarme de los descuentos”. “Todo el mundo tiene descuentos, ya no son suficientes para marcar diferencias, hay que ofrecer algo más”
Qué quieren los clientes: Que los comercios cumplan unos mínimos para que puedan contar con ellos. Estos mínimos pueden ser: el surtido de marcas y productos, las instalaciones, la experiencia de compra, los servicios, las garantías y otros.
Si el comercio no cumple estos mínimos, los descuentos y las promociones serán insuficientes para compensar la poca percepción de valor de la experiencia de compra.
Cómo debe responder el comercio local: Lo primero será tener bien claro quiénes son nuestros clientes y cuáles son esos mínimos. Para esto habrá que hacer una buena definición de nuestro mercado objetivo y después investigar a los grupos de clientes que lo compongan. Según lo lejos que estemos de las expectativas de cada grupo, habrá que hacer mejoras más o menos complejas o, incluso, renunciar a ciertos grupos de clientes.
En los casos en los que las expectativas de los clientes estén muy lejos de las opciones de mejora que puede afrontar el negocio, será conveniente hacer una reflexión estratégica.
#03 Precios
Qué dicen los clientes: “Si puedo, prefiero comprar en el pueblo. No me importa pagar un poco más”. “Estoy dispuesta a pagar hasta un 10% o un 15% más”. “No necesito tener el mejor precio, pero sí el mejor servicio”. “En alguna tienda he encontrado precios que casi duplican el precio que he encontrado en internet. Cuando me encuentro estos casos, dejan de existir para mí”
Qué quieren los clientes: Son muchos los clientes que nos han mostrado su preferencia por comprar en su pueblo o ciudad, incluso en su barrio. La mayoría imaginan que vender en una ciudad pequeña o en pueblo es más difícil que en una gran ciudad y están dispuestos a pagar más. Sin embargo, estos sobreprecios tienen límites.
Depende mucho del sector y el tipo de producto, pero, a partir de cierto porcentaje, aparece la sensación de engaño. Muchos clientes saben diferenciar lo que es un caso puntual de lo que es una política de precios habitual. Pero a veces bastan uno o dos productos mal etiquetados para acabar con la confianza de un cliente. Por tanto, los clientes quieren que la diferencia de precio respecto a otras opciones sea razonable, y ponen el listón en un 15%.
Cómo debe responder el comercio local: Por un lado, hay que tener claro que la mayoría de clientes no esperan encontrar el precio más bajo, pero hay un margen que encontrarán razonable.
Por ello, es fundamental monitorizar los precios de las marcas y productos más conflictivos. Esto evitará tener una fricción con el cliente o perderlo, por ejemplo, si están liquidando ese producto en otros canales o comercios. A partir de esa monitorización, se tendrán que tomar decisiones. Algunas de ellas podrían ser igualar la oferta, acercar el precio o retirar el producto hasta que la oferta desaparezca.
Por último, no debemos olvidar que el precio es una percepción. El cliente pondrá en una balanza lo que tiene que pagar y lo que obtendrá a cambio, en forma de producto y servicio. Esto es lo que llamamos valor añadido, y recorre toda la experiencia de compra.

#04 Digitalización
Qué dicen los clientes: “No espero un ecommerce, ni necesito saber todo lo que tiene la tienda. Me sirve con saber los productos con los que trabaja y un whatsapp para preguntar antes de ir”. “Creo que los clientes estamos mucho más digitalizados que muchos comercios”. “Antes de ir a un comercio suelo echar un vistazo a su instagram y ver qué tiene de nuevo”.
Qué quieren los clientes: Que utilices los recursos digitales más adecuados para darles la información suficiente para anticipar ciertos aspectos de la visita. De la información que obtengan saldrá la decisión de ir o no y, muy probablemente, la de comprar. La información que necesitan anticipar suele ser el surtido de marcas y productos, horarios, servicios y opiniones de clientes.
En cuanto a los canales por los que esperan obtener esta información, una mayoría considera imprescindible WhatsApp, Google My Business e Instagram.
Cómo debe responder el comercio local: A partir del conocimiento de la clientela, no será complejo determinar los recursos digitales más adecuados. WhatsApp y Google My Business son imprescindibles y para la mayoría de comerciantes también lo es Instagram.
El conocimiento de la clientela y la estrategia de la marca señalarán la conveniencia de añadir otros recursos como redes sociales, web o ecommerce. Tampoco hay que olvidar que, además de utilizar estos recursos, hay que hacerlo bien. En ocasiones, la impresión que produce la información de ciertos comercios a la que se puede acceder online, es tan pobre e inadecuada que juega en su contra.
#05 Comunicación
Qué dicen los clientes: “No sabía que en mi pueblo había una tienda que vendiese este tipo de productos”. “Muchas tiendas tienen servicios, pero no informan claramente de ellos. Tienes que ser tú quien pregunte”. “Para ir a la tienda, muchas veces no necesitaría más que hacer una consulta por whatsapp para saber si tienen un producto”
Qué quieren los clientes: Por un lado, las personas estamos expuestas diariamente a cientos de estímulos. Por otro, tenemos poco tiempo y valoramos la inmediatez. Así que da igual si hablamos de internet o de las calles comerciales de nuestra ciudad, cuando buscamos algo, solemos conformarnos con las primeras opciones. Si en esta búsqueda recibimos un mensaje incompleto, no perdemos tiempo ni energía en completarlo.
En el comercio local es más fácil sentirse comprometido, así que el cliente necesitará unos mínimos de información antes de visitar una tienda. Estos mínimos son referencias de precios, horarios y servicios. Además, los clientes también valorarán las reseñas y opiniones de otros clientes, y fotos que les ayuden a saber si lo que buscan lo encontrarán en la tienda.
Cómo debe responder el comercio local: Como, cada vez más, la experiencia de compra comienza en internet, el comercio debe asegurarse de que pone la información necesaria a disposición del cliente. A menudo, la diferencia entre vender y no vender está en que el cliente tenga la información necesaria.
Un básico es una ficha completa de Google My Business, que permite compartir horarios, fotos, reseñas, enlaces a la web y redes sociales y mucha otra información útil para el cliente. Otro básico es ofrecer a los clientes la posibilidad de contactar por WhatsApp, especialmente si es WhatsApp Business, que permite mostrar un catálogo de productos. La presencia en alguna red social también es recomendable y, para algunos negocios, también será necesario tener una página web.
#06 Marca
Qué dicen los clientes: “Es curioso, pero no recuerdo el nombre de la tienda en la que compro”. “Ese logotipo me da impresión de antiguo, de pasado de moda”.
Qué quieren los clientes: Los elementos de identidad de la marca, como el nombre, el logotipo o los colores corporativos, aportan consistencia y credibilidad a la propuesta de una marca.
Como pasa en otras áreas del negocio, como la comunicación o las instalaciones, los compradores tienen unas referencias de su experiencia como clientes de otros negocios. Estas referencias, en forma de códigos, van construyendo un lenguaje que los compradores reconocen o no. Lo curioso es que la respuesta a estos códigos es automática.
Por esta razón, un logotipo poco trabajado puede transmitir la imagen de un negocio poco profesional. O el color inadecuado del rótulo y las paredes pueden transmitir una idea equivocada del tipo de producto que vende el negocio o de su rango de precios. Así que, aunque no sea una petición explícita, los clientes reaccionan mejor cuando estos elementos guardan coherencia y ayudan a proyectar la realidad del negocio.
Cómo debe responder el comercio local: Los aspectos de un negocio relacionados con la gestión de la marca suelen ser los grandes olvidados en el comercio local. Muchas de las decisiones sobre un logotipo o un color corporativo se suelen toman sin tener en cuenta sus implicaciones.
Por eso, el comerciante local debería apoyarse en un profesional para revisar los elementos de identidad de la marca y, en su caso, adaptarlos o rediseñarlos. A partir de este punto, habría que revisar su aplicación, por ejemplo, en el rótulo, las bolsas y los uniformes.
También habría que incluir en la revisión la aplicación a los materiales de comunicación y cartelería y la aplicación de la identidad en el interior de la tienda. Este último punto es muy importante, porque muchos comercios locales que he visitado se olvidan del logotipo más allá del rótulo.

#07 Instalaciones
Qué dicen los clientes: “Algunas tiendas transmiten tristeza, no apetece entrar. Otras no son muy acogedoras”. “Es imposible que me vea bien en un probador pequeño, con pelusas por el suelo y con una cortina que no cierra”. “Hay tiendas que no han cambiado nada en los últimos diez o quince años”.
Qué quieren los clientes: La parte física de la tienda es fundamental para mejorar o empeorar la percepción de valor de los clientes. Un buen producto no resulta atractivo con mala iluminación, y una buena atención al cliente no sirve de mucho en una tienda poco acogedora o que transmita tristeza. Por no hablar de la mala sensación que causan la falta de limpieza o el mobiliario deteriorado.
Los compradores potenciales no hacen un examen tan detallado. Simplemente, dan una oportunidad a los negocios que se parecen a los que están acostumbrados a visitar. Mientras tanto, los negocios que están por debajo de sus expectativas suelen resultarles invisibles. Este es un hecho curioso que hemos podido comprobar en las investigaciones.
Cómo debe responder el comercio local: Además de los mínimos higiénicos, como la limpieza y el buen estado de las instalaciones, hay aspectos fundamentales para que la experiencia de compra sea reseñable.
Algunos podrían ser una iluminación adecuada, una distribución que permita al cliente descubrir los productos y una ambientación musical de cierta calidad, que le ofrezca intimidad. A estos aspectos deberíamos añadir la utilización de mobiliario y decoración adecuados.
#08 Visual merchandising
Qué dicen los clientes: “En muchos escaparates no se indican los precios”. “Me gustaría que cambiasen los escaparates más a menudo y que fueran más atractivos”. “Dentro de la tienda no es fácil entender cómo encontrar los artículos”
Qué quieren los clientes: Cuando un cliente ve un escaparate con productos que le llaman la atención, pero le falta información como su precio o sus características, lo habitual es que los deje pasar. Desde el exterior, los clientes quieren saber si en el interior de la tienda van a encontrar lo que buscan. No necesitan saber todo, necesita llegar a la conclusión de que lo encontrarán.
Ya dentro de la tienda, la información que necesitan es la que les ayude a entender y valorar mejor los productos que se ofrecen en la tienda. Por ejemplo, si el cliente está en una tienda de zapatillas deportivas encontrará, para empezar, una división entre las zapatillas de hombre y de mujer. Dentro de cada dicisión, habrá, por ejemplo, secciones categorizadas de running, baloncesto, fútbol y training. Y dentro de cada una de estas nuevas categorías habrá otras, y los productos tendrán que ser presentados con información sobre su precio, características.
Cómo debe responder el comercio local: Aunque parezca obvio, todavía hay que recordar que el escaparate es la tarjeta de presentación física del comercio. Un escaparate atractivo, con los productos bien expuestos y con información que ayude a valorarlos, es una garantía para que los clientes entren a la tienda.
Una vez dentro de la tienda, el propio espacio, a través de la distribución y la categorización del producto, debe guiar e informar al cliente. El objetivo principal del visual merchandising es que la tienda sea el primer vendedor y que los vendedores no tengan que comenzar la venta desde cero. Para esto es importante que el criterio para categorizar el producto sea entendido por el cliente. Puede ser por marca o por actividad, pero el cliente debe entenderlo.
Potencialmente, la tienda debería poder hacer la venta completa al cliente. No quiero que se me entienda mal: una cosa es que pudiese hacerse y otra es que sea lo deseable. Idealmente, la tienda tiene que poder ayudar al cliente a avanzar en el proceso de compra hasta el punto en el que la interacción con el vendedor sea recomendable. Para ello, la distribución y la presentación del producto se pueden complementar con el uso de cartelería, pantallas o códigos QR.
#09 Modelo de atención
Qué dicen los clientes: “No me gusta comprar en las fruterías de autoservicio porque la gente toquetea la fruta”. “Es inaceptable que devuelva un artículo y me hagan un vale”. “Todavía hay lugares en los que no puedes pagar con tarjetas de crédito”. “Comprendo que todos quieran vender más, pero hay quien se pasa presionando”. “Me gusta mucho comprar en esa tienda, pero no puedo esperar 20 minutos para comprar dos cositas”.
Qué quieren los clientes: El obstáculo que encuentran muchos clientes para comprar en el comercio local es más el cómo que el qué. Es decir, les gustan sus productos, pero no la manera en la que tienen que comprarlos, y no siempre hay acuerdo entre diferentes grupos. Por ejemplo, el autoservicio en alimentación gusta a unos grupos y a otros no. Sin embargo, hay acuerdo en que son inaceptables las devoluciones en las que no se reintegra el dinero y los tiempos de espera mayores de cinco minutos.
También se valoran positivamente opciones como la posibilidad de hacer pedidos vía WhatsApp, la recogida en tienda, la entrega a domicilio y el pago a través de Bizum.
Por tanto, los clientes quieren que el modelo de atención se parezca lo más posible a los modelos de las tiendas en las que están acostumbrados a comprar.
Cómo debe responder el comercio local: Lo primero sería asegurarse de resolver aquellos puntos del modelo de atención que todos consideran inaceptables. Estos serían el pago con tarjeta, la eliminación de los vales en las devoluciones y la gestión de colas.
También habría que tener claro cuáles son las preferencias de nuestro mercado objetivo, para elegir la opción que consideren más interesante, como en el autoservicio.
Además, habría que implantar los servicios que los clientes valoran positivamente, que antes hemos dicho que son la posibilidad de hacer pedidos vía WhatsApp, la recogida en tienda, la entrega a domicilio y el pago a través de Bizum. En aquellas tiendas en las que se vendan productos de alto precio, como las de informática, electrónica u óptica, sería muy recomendable ofrecer financiación.

#10 Área Comercial Urbana
Qué dicen los clientes: “Hay muchos negocios orientados a personas mayores o de gustos clásicos, pero pocos para el resto”. “El fin de semana no me quedo aquí porque el plan es muy repetitivo. Nos faltan opciones de ocio y cultura y más variedad en la hostelería”. “El pueblo está bien para hacer unas compras y tomar unas cañas, pero le falta atractivo para traer a gente de fuera”.
Qué quieren los clientes: Los clientes quieren encontrar variedad de opciones dentro de cada sector, tanto por rango de precios como por estilo. Por lo que hemos visto en los estudios, cuanto más joven sea el cliente o más moderno su estilo de vida, menos son las opciones que suelen encontrar en el comercio local.
El comercio, la hostelería, el ocio y el entretenimiento están directamente relacionados. Sin buenas opciones de ocio, entretenimiento y hostelería, el comercio ve muy reducido su atractivo. Como consumidores nos gusta hacer planes alrededor de las compras y, a veces, nos desplazamos a otras poblaciones por el mayor atractivo del conjunto. Este atractivo generalmente consiste en una combinación de calidad y variedad.
Por otro lado, que la oferta comercial y hostelera de un área comercial urbana sea suficiente para una población, no significa que tenga un atractivo turístico. Esto es así porque los turistas tienen necesidades y expectativas distintas de las de la población local. Además, el número de áreas comerciales urbanas entre las que elegirá un turista serán mucho mayores y estarán en un área geográfica mucho mayor.
Cómo debe responder el área comercial urbana: Uno de los retos principales del comercio local es el de su actualización. Esta actualización pasa por la hiperespecialización, que posibilitaría rentabilizar negocios dirigidos a nichos de mercado más pequeños y especializados en un estilo de vida determinado.
Otro reto es el de acompañarse de una oferta de hostelería, ocio y entretenimiento variada y de calidad, que minimice las fugas de consumo a otras poblaciones cercanas.
En cuanto al atractivo turístico, requerirá de una estrategia adecuada para presentar la oferta global a los visitantes potenciales. Esto requerirá del conocimiento de sus necesidades y expectativas y de la formación adecuada a todos los negocios que vayan a interactuar con los turistas.
Qué quieren los clientes (extra): ser inspiradores
Además de las observaciones que hemos recogido y agrupado en los puntos anteriores, me gustaría destacar otros tres puntos que he encontrado. Estos puntos no tenían cabida en los grupos anteriores, pero no quería dejarlos fuera porque me parecen importantes.
El primero de ellos es una conclusión que he sacado después de asistir a muchas entrevistas con consumidores, y es la necesidad de ser más proactivo. Digo esto porque la visión de muchos comerciantes de la relación con sus clientes es pasiva, por ejemplo, “si me piden algo se lo traigo”.
Ante esto, hay que decir dos cosas. Una es que los consumidores están continuamente recibiendo estímulos de todo tipo. Es decir, continuamente les están proponiendo nuevos productos, nuevos servicios, nuevas actividades de ocio. Por eso, no podemos esperar a que los clientes nos pidan algo, hay que ser propositivos e inspiradores. La falta de variedad y la falta de iniciativa no se solucionan con un “si quieres, te lo pido” desde el otro lado del mostrador.
Hay que inspirar al cliente, proponerle nuevos productos, nuevos servicios, nuevas experiencias. Así tendremos una oportunidad de romper esa dinámica de despacho, de tener que ir tras la demanda del cliente, con todas las dificultades y las fricciones que eso implica.
Qué quieren los clientes (extras): conocer las tendencias
A estas alturas no descubrimos nada si decimos que el cliente actual, generalmente, llega muy informado a la tienda. Conoce las últimas tendencias y los últimos lanzamientos y sabe lo que quiere.
Para poder satisfacer las necesidades de un cliente tan informado es imprescindible que todo el personal de tienda esté al día de las nuevas tendencias. Desde las más generales que puedan afectar al sector como las más particulares, que tendrán más relación con los gustos de su clientela.
Por ejemplo, algunos clientes nos han dicho que pueden entender que un comercio no tenga un producto más o menos conocido. Sin embargo, les genera dudas sobre la profesionalidad del vendedor que este no sepa que existe ese producto.
En el caso de los servicios, han destacado algunas peluquerías para bien o para mal. Mientras unas hacían cursos para estar al día de las últimas técnicas, otras se habían quedado atrás.
Qué quieren los clientes (extras): oportunidades para nuevos negocios
Para terminar con estos puntos extra, me gustaría trasladar una idea que creo que es interesante desde la óptica de un área comercial urbana.
En todas las entrevistas a las que he asistido, los consumidores han identificado oportunidades para nuevos negocios. Estas oportunidades existían porque no había competencia, porque esta era escasa o porque los negocios existentes apuntaban a un mismo tipo de cliente. Sea por lo que fuera, hay espacio para nuevos negocios, especialmente para los que venden sus productos o servicios de manera diferente al resto.
Es cierto que algunas de las carencias que identificaban los consumidores parecían difíciles de amortizar en áreas comerciales urbanas con poca población o con una ciudad importante cerca. Pero muchas otras eran perfectamente viables y nos costaba creer que nadie las hubiese visto.

Cómo utilizar el conocimiento de lo que quieren los clientes
Bien, ya tenemos un buen número de claves de mejora que han surgido de las opiniones de los clientes. Ahora nos toca pensar cómo puedes utilizarlas para actualizar tu negocio o tu área comercial urbana.
En el caso de los comercios, lo primero es tener muy claro quiénes son tus clientes. A partir de este punto, deberás decidir si tu negocio tiene lo que quieren tus clientes dentro de cada apartado. En caso de que no lo tengas, en la parte de “cómo debe responder el comercio local” encontrarás inspiración para plantear las acciones de mejora más adecuada. No olvides que la solución para cada negocio será diferente y que las que he propuesto son solo ejemplos para inspirarte. Y, oye, si tu negocio tiene lo que quieren tus clientes, te doy mi enhorabuena.
Si eres un técnico de un área comercial urbana, el listado de los requerimientos de los clientes te puede servir como base para evaluar la competitividad de los negocios que componen el área. Para ello, podrías ordenar los apartados con el criterio que te parezca más adecuado y asignar una puntuación a cada uno de ellos.
Al final, tendrás una puntuación de cada negocio, una puntuación media por cada sector y otra total. Así, de una manera sencilla podrás determinar qué negocios necesitan ayuda en su actualización y cuáles son los negocios de referencia en cada sector. Seguro que a ti se te ocurren muchas maneras más de aprovechar esta información.
En todo caso, me gustaría recordarte que he seleccionado las respuestas más generales y he compartido las claves de mejora más universales. Sin embargo, en función de las peculiaridades de cada negocio y de cada área comercial urbana podrían no ser las más adecuadas.

Actualiza Retail con Celestino Martínez
Mi nombre es Celestino Martínez y soy director y consultor en la consultora Actualiza Retail donde trabajo con instituciones y universidades poniendo en marcha proyectos de actualización, dinamización y formación del comercio de ámbito nacional.
Cuento con más de 20 años de experiencia en el mundo del retail y soy autor en varios libros, como “Cien comercios vascos con los que aprender” . Dirijo y presento el podcast Actualiza Retail. También soy requerido como conferenciante y divulgador tanto por eventos profesionales como por medios de comunicación de España y Latinoamérica.
Si quieres poner en marcha un programa de actualización y dinamización del comercio local o buscas webinars, cursos y talleres online específicos para comercio local, tanto online como presenciales, puedes contactar conmigo aquí.
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La música y los efectos de sonido utilizados en el episodio son de Epidemic Sound. Las fotografías del post son de Unsplash, excepto la fotografía de Celestino Martínez de la bio, cuyo autor es Iban Montero.
Cómo utilizar el efecto WOW en el comercio local
Hoy hablamos del efecto WOW en el comercio local. Veremos qué es el efecto WOW y cómo se utiliza en otros formatos de retail. También cómo lo podemos utilizar en el comercio local y cómo no deberíamos hacerlo. Pero, sobre todo, quiero empezar por contarte cómo algunas historias sobre el efecto WOW perjudican al comercio local...
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Comercios pequeños y grandes experiencias
Hace unos episodios, en el número 30, pudiste escuchar una recreación de mi charla del TEDx Vitoria sobre el futuro del comercio local. El discurso empieza con una anécdota que me ocurrió “en una diminuta panadería de mi pueblo”.
Cuento en la charla que un día en el que fuimos a comprar, la panadera le regaló a mi hija una brocheta de nubes de azúcar porque era su cumpleaños. Este detalle impactó a mi hija, que me preguntó “si nosotros éramos especiales”.
Este es un buen ejemplo del impacto que se consigue con el efecto WOW, aunque no siempre se utilice este término. Muchas de estas experiencias también se presentan como experiencias de compra memorables.
Precisamente una de estas experiencias memorables era la que te contaba al inicio del episodio 27, en el que hablaba de buenas y malas experiencias de compra. En este caso, recordaba cómo una pequeña tienda de moda para ceremonias nos había solucionado un gran problema.
En aquella ocasión nos habían invitado a una boda casi sin tiempo para encontrar un vestido para mi mujer. En pleno agosto, esta pequeña boutique, nos había adaptado en tiempo récord un vestido para mi mujer. Esta adaptación supuso casi hacer un vestido a medida porque hubo que desmontarlo entero, cortarlo y volverlo a coser. Pero lo hicieron, y muy bien, además, lo que hizo que fuésemos a la boda muy satisfechos.
El peligro del efecto WOW en el comercio local
Como ves, son buenos ejemplos de aplicación del efecto WOW en el comercio local y las he contado en decenas de ocasiones. Esto sucede especialmente cuando hablo con alguien de la necesidad de poner el foco de la diferenciación del comercio local en la experiencia de compra. En ese momento, las personas con las que estoy hablando suelen compartir historias similares basadas en sus vivencias.
Algunas de estas historias son de pequeños comercios de su pueblo o de tiendas que han visitado en sus viajes. Otras, cada vez más, son experiencias que han visto en algún vídeo o en televisión.
Seguramente habrás estado en una conversación parecida y está genial, porque descubres que, en muchas ocasiones, las grandes experiencias surgen donde menos lo esperas. Además, suelen ser buenos ejemplos del potencial increíble que tiene el comercio físico.
Sin embargo, cuando estas conversaciones se producen entre profesionales que trabajamos con el comercio local, aparece un peligro. Este peligro es el de terminar pensando que debemos orientar la actualización del comercio local a conseguir este efecto WOW en los clientes, y esto es un gran error. Al menos, es un error plantearlo como fórmula para todos. Un error que trataré de evitar en este episodio.

Qué es el efecto WOW
Si buscas la definición de efecto WOW o de experiencia WOW vas a encontrar muchas distintas. Estas definiciones las verás enfocadas a distintas áreas de un modelo de negocio y a una gran variedad de sectores.
Muchas de estas definiciones son bastante rebuscadas y otras poco acertadas. Pero, si tuviera que explicarlo de manera sencilla, diría que el efecto WOW es una técnica que busca sorprender positivamente al cliente. Esta sorpresa buscaría provocar un gran impacto en la percepción que hará el cliente del valor de su experiencia de compra.
El objetivo último del efecto WOW, a través de esta mejora de la percepción de valor de la experiencia, es el de facilitar la fidelidad del cliente y las recomendaciones a terceros. Otro objetivo que suelen conseguir algunos comerciantes a través de estas experiencias memorables es el de diferenciarse de sus competidores.
Es muy habitual que, teniendo varias opciones similares para comprar un mismo producto, el motivo de la elección sea ese toque WOW que diferencia a un negocio de sus competidores. Por ejemplo, un comercio que hace envoltorios de regalo espectaculares.
Aunque suele haber menos ejemplos, el efecto WOW también se aplica a la experiencia interna, es decir, la experiencia que tienen los trabajadores del negocio. Por ejemplo, he visto algún comercio que ha colgado una publicación en redes sociales de uno de sus vendedores recibiendo un regalo por su cumpleaños.
Qué es la experiencia de compra WOW
Antes hemos dicho que el efecto WOW es una técnica que busca sorprender positivamente al cliente. También que esta sorpresa busca provocar en el cliente una mejora en la percepción del valor de su experiencia de compra. Por si acaso, vamos a recordar también qué es la experiencia de compra.
Llamamos experiencia de compra a cada experiencia puntual que un cliente vive en un proceso de compra, independientemente de si termina o no en una compra. La experiencia abarca todos los puntos de contacto entre el cliente y la marca antes, durante y después de la compra.
Por otro lado, la experiencia de cliente es la suma de las acciones potenciales que un comerciante pone a disposición de su clientela. Estas acciones serán las que permitan que se desarrollen esas experiencias de compra y serán la manera de trasladar su propuesta de valor a su clientela.
Uniendo los dos conceptos, la experiencia de cliente es lo que el comerciante diseña y la experiencia de compra lo que vive el cliente.
Cuando un cliente vive una experiencia de compra que iguala o supera sus expectativas, la catalogará como una experiencia satisfactoria. Cuando las expectativas se superan ampliamente, podemos hablar de una experiencia de compra WOW.
Para entender mejor el concepto de experiencia de compra y la importancia de las expectativas, puedes escuchar el episodio 27. En él, comparaba dos experiencias de compra similares, una buena y una mala, y detallaba las impresiones como consumidor y las consecuencias para cada negocio.
Como ya explicaba en el episodio dos, que dediqué a explicar en profundidad qué es la experiencia de cliente, hace años que se utiliza el término experiencia para cualquier cosa. Por eso, es habitual encontrar muchas acciones que se llaman experienciales sin serlo, o que son experiencias de otra categoría.
Principales tipos de experiencia WOW
Si lo que buscas es utilizar el efecto WOW en el comercio local, creo que es importante diferenciar algunos tipos de experiencia WOW. Esto te permitirá elegir bien las referencias y tener más claro por dónde podrías enfocar la tuya.
Uno de los tipos de experiencia WOW más habituales son las experiencias de marca. En estos casos, una marca pone en marcha una acción para sorprender a sus clientes actuales o potenciales.
Por ejemplo, hace ya unos años, Samsung obsequió durante cuatro días con un café y un snack a los pasajeros de Iberia que volaban desde Madrid a Barcelona, Bilbao, Granada y Jerez. También regaló un Samsung Galaxy 8 a los ocupantes del primer vuelo de la compañía a A Coruña. Luego se supo que una parte importante de los pasajeros de ese vuelo eran influencers y que el motivo del regalo era la promoción del último modelo de la marca.
Otra aplicación bastante habitual del efecto WOW es la que se basa en la utilización de una acción de marketing sensorial. Quizás el ejemplo más conocido, aunque ya no nos sorprenda tanto, sean los restaurantes que hay en muchas de las tiendas IKEA. La posibilidad de hacer un parón en las compras, a veces para tomar ciertas decisiones, es la que facilita esas largas jornadas de compras.
También es frecuente encontrar experiencias WOW basadas en un modelo de atención muy especializado o personalizado. Sería el caso de los Genius Bar de las tiendas Apple, donde un experto resuelve las dudas que tengas sobre el uso de sus productos. También hay tiendas de moda que cuentan con un servicio de personal shopper para sus clientes o talleres mecánicos que recogen tu coche y lo entregan una vez reparado.

Acercando el efecto WOW al comercio local
Como habrás comprobado en los ejemplos anteriores, algunas de las experiencias WOW más conocidas están fuera del alcance del comercio local. Otras, sin embargo, ya se están replicando con ciertas modificaciones. Incluso, como veremos luego, hay aplicaciones del efecto WOW que son exclusivas del comercio local.
Pero, ahora que vamos teniendo más claro el concepto de efecto WOW, vamos a ver cuáles son los peligros para el comercio local de los que hablaba en la presentación.
El primero de los peligros no tiene que ver directamente con el comercio local, sino con esa idea que se transmite cuando hablamos de experiencias memorables. Me refiero a que consolide la idea de que el objetivo de los comercios locales tiene que se conseguir este efecto WOW en sus clientes.
En realidad, un comercio local tiene que tener como objetivo satisfacer a sus clientes. Es decir, cumplir sus expectativas. Sería injusto que el listón de las expectativas de los comercios locales estuviese más alto que el de las franquicias que llenan las calles comerciales de nuestras ciudades.
No es que no se pueda hacer, pero casi todo lo que suponga superar esas expectativas aumentará los costes y puede perjudicar la percepción de valor que hacen los compradores. Por eso, habrá que hilar fino y, por un lado, asegurarse de que cumplimos las expectativas más habituales y, por otro, elevar el listón con acciones que no supongan un gran aumento de costes.
Efecto WOW en el comercio local: Así sí, así no
Como decía antes, no puede haber efecto WOW si hay expectativas básicas que no se cumplen.
Por ejemplo, no serviría de mucho ofrecer un servicio de personal shopper en una tienda de moda en la que no gestionamos adecuadamente las devoluciones. En realidad, cuando se dan estos contrastes, suele ser peor porque el cliente ya se habrá situado en un nivel de expectativas más alto. Es decir, en las tiendas que ofrecen el nivel de servicio que incluye un personal shopper, reintegran el dinero si se devuelve el producto.
Sin embargo, puede ser asumible ofrecer un café a las clientas de una peluquería mientras esperan a que actúen los tintes. Esto hará que el tiempo de espera sea percibido como de calidad, y premiará a las clientas que utilizan los servicios de precio más alto. En este caso, además, el coste del café, incluso de algún acompañante dulce o salado, es bastante asumible.
Aunque me salga de los ejemplos aplicables a una tienda, voy a compartir un ejemplo propio. Cuando tengo que impartir un taller presencial que ocupa toda una mañana, me gusta poner un rincón con dos boles: uno con fruta y otro con bollos. Al inicio del taller, les digo a los asistentes que pueden servirse en cualquier momento, sin esperar al descanso.
Las intenciones de este ofrecimiento son varias. Por experiencia propia, sé que es bastante habitual que llegues justo de tiempo a un taller y, antes que llegar tarde, optes por no desayunar. También sé que, por muy interesante que sea, es muy duro estar sentado dos horas en un aula, especialmente si no conoces a tus compañeros.
En todos los casos, la posibilidad de comer algo antes del descanso y el pequeño paseo de ida y vuelta dentro del aula, relajan mucho el nerviosismo.
Efecto WOW en el comercio local: acciones puntuales
Como hemos visto en el ejemplo de Samsung, un tipo de efecto WOW se basa en una acción puntual. La elección de la acción más adecuada dependerá del objetivo que busques con ella. Algunos de los objetivos más habituales son el de llegar a clientes nuevos, fidelizar a los ya existentes o, simplemente, que se hable de tu negocio. Por supuesto, cualquiera de estos supuestos es compatible con vender.
Por ejemplo, en La Manducateca, una tienda de quesos artesanos en Bilbao, organizan catas de producto. Esto hace que sus clientes puedan conocer más quesos. Además, suelen maridar estos quesos con vinos o cervezas, así que tienen oportunidad de vender más productos.
Otro ejemplo es el de Supersonido, con tiendas en Bilbao y Barcelona especializadas en electrónica audiovisual de las mejores marcas. En ellas organizan eventos en los que hacen demostraciones de sus productos y a las que invitan a ingenieros de sonido de las marcas con las que trabajan.
Dependiendo de la tienda que tengas, puedes contratar a un fotógrafo para regalarles una sesión de fotos a las clientas de tu tienda. O puedes organizar un pequeño desfile de modelos privado para tus mejores clientas.
No todo tiene que ser en tu tienda. También puedes patrocinar una actuación en la fiesta del colegio de tu pueblo o las camisetas de la carrera popular. Este tipo de acciones tienen un gran potencial de impacto que no se suele aprovechar bien.

Efecto WOW en el comercio local: marketing sensorial
Vamos ahora con las opciones para aplicar el efecto WOW en el comercio local basadas en el marketing sensorial.
Antes he presentado una de las más sencillas: invitar al cliente a un café mientras espera. Otra de las más clásicas es la de ofrecer pruebas de producto o entregar muestras.
Algo más sofisticado sería la utilización de contenidos audiovisuales para presentar productos. Se puede hacer con sistemas de reproducción espectaculares o llevando esos mismos contenidos al teléfono móvil del cliente. Una manera sencilla de hacerlo es a través de un código QR.
Otro de los recursos habituales en el marketing sensorial es la utilización de la música y el sonido. Recuerdo especialmente una visita a la Roca Madrid Gallery en la que el sonido del agua hacía que tuvieras una sensación de inmersión al avanzar dentro de la tienda.
Efecto WOW en el comercio local: modelo de atención
Antes hemos dicho que casi todo lo que suponga superar las expectativas aumentará los costes y puede perjudicar la percepción de valor que hacen los compradores. Esto se producirá si el cliente entiende que el valor añadido no compensa el aumento del precio final.
Así que lo ideal sería superar las expectativas de los clientes sin elevar los costes. Esto, que suena muy bien, no es tan fácil, porque casi todas las acciones que podamos poner en marcha implicarán un coste. Sin embargo, hay una manera de evitar estos costes o que sean mínimos, a través del modelo de atención.
El modelo de atención es el conjunto de procedimientos y técnicas que utilizamos para facilitar el avance del cliente dentro del proceso de venta. Estos procesos se recogen en un manual en el que se definen las personas que los llevarán a cabo y los roles que asumirán. También se definen las zonas de la tienda en las que se desarrollará cada proceso y los elementos físicos que deberán utilizarse.
Si piensas en tus mejores experiencias de compra, seguro que en muchas de ellas el protagonista es una atención excelente. Casi siempre, una atención excelente no tiene más coste que una mala, excepto cuando requiera más tiempo, servicios adicionales o muestras. Todos estos supuestos implican sobrecoste que habrá que tener en cuenta.
De todas formas, el principal reto para utilizar el modelo de atención para generar un efecto WOW en el comercio local es el de la homogeneidad. Muy a menudo, es un vendedor en concreto o el propietario el que es capaz de añadir valor con su proceso de atención. Pero, si no lo pueden hacer todas las personas que están en contacto con el cliente, el efecto WOW de un día se transformará en una enorme decepción.
Efecto WOW en el comercio local: marketing experiencial
Como ves, muchas opciones de aplicación son bastante sencillas de implementar, ya sean acciones puntuales, de marketing sensorial o de modelo de atención. Esta misma razón es la que hace que el impacto del efecto WOW no sea muy grande si se basa principalmente en ellas.
Sin embargo, hay una manera de conseguir un gran impacto a través de la aplicación del efecto WOW. Además, es una opción que comienza a verse cada vez más en el comercio local y que integra muchas de las opciones que he comentado anteriormente. Me refiero a las tiendas que hacen una apuesta integral por la experiencia.
Seguro que tienes cerca una panadería artesana que ofrece panes especiales que los vendedores conocen perfectamente y que hornean casi delante de tus ojos. O tiendas de juguetes en las que comprar es como entrar en un mundo de fantasía. Incluso tiendas de viajes que consiguen que la visita a la tienda sea el inicio del viaje.
Crear una tienda experiencial no es fácil ni barato, y es un proceso para el que el comerciante necesitará ayuda profesional. Pero el retorno de esa inversión será mucho mayor, ya que estas tiendas atraen más clientes, venden productos de precios más altos y fidelizan más a su clientela.
De hecho, al ofrecer un valor añadido más alto, muchas de estas tiendas pueden vender productos que sus competidores ni se plantean vender. Es el caso del lujo o de las gamas altas de cada marca. Una buena muestra es Supersonido, que ya he citado antes, donde, por ejemplo, puedes encontrar altavoces que superan los cien mil euros.

Efecto WOW en un área comercial urbana
Si hablamos en clave de área comercial urbana, todas estas opciones son perfectamente trasladables al colectivo de comercio, hostelería, servicios, ocio y entretenimiento.
Por ejemplo, las acciones puntuales serían las acciones de animación. Desde los clásicos sorteos a las ferias de stock, son acciones que pueden sorprender a los clientes. Cuanto más nueva y diferente sea la acción mayor será también potencial de producir el efecto WOW. Lo cierto es que muchas de estas acciones de animación, por repetitivas, terminan produciendo el efecto contrario.
De hecho, algunas de las acciones de animación con más éxito están basadas en el marketing sensorial o, al menos, se basan en la sensorialidad. Desde una Ruta de Pintxos hasta un festival de música en los escaparates, son muchas las opciones para explotar la sensorialidad. En el episodio 20, en el que hablé de escaparatismo con Helia de San Nicolás, encontrarás ejemplos de estas acciones de animación comercial.
En cuanto a la aplicación del efecto WOW basado en el modelo de atención, tenemos ejemplos claros en acciones recientes. Una de las más extendidas desde la pandemia es el servicio colectivo de entrega a domicilio. Otra podría ser la instalación de taquillas en las que los clientes pueden recoger sus pedidos en el horario que mejor les convenga.
Eso sí, lo que es mucho menos habitual es encontrar planteamientos experienciales a nivel de área comercial urbana. Acciones sueltas, sí, pero experiencias diseñadas integralmente, no. O, al menos, yo no las he encontrado. Si tú conoces alguna, me encantará que me la traslades en los comentarios.
El listón del efecto WOW para el comercio local
Después de este recorrido por el efecto WOW y sus posibles aplicaciones tanto en el comercio local como en las áreas comerciales urbanas, toca hacer balance.
En primer lugar, creo que es importante ser conscientes de la importancia que tiene sorprender positivamente a nuestros clientes. Estas sorpresas mejoran la percepción del valor de la compra, pero también aumentan la fidelidad y las posibilidades de ser recomendados.
Por otra parte, el primer listón que hay que rebasar es el de los mínimos. No puede haber efecto WOW si faltan los básicos.
También hay que recordar que no tenemos ninguna obligación de superar las expectativas del cliente. Satisfaciéndolas de manera repetida en el tiempo es más que suficiente. El reto será actualizar esas expectativas, porque son muchos los factores que las pueden cambiar.
Otro punto a destacar es que el propio nombre de efecto WOW y los ejemplos que vamos a encontrar para ilustrarlo, pueden jugar en nuestra contra. Una pequeña sorpresa o un detallito son más que suficientes, a veces, para superar las expectativas de nuestros clientes. No necesitamos literalmente el WOW del cliente para diferenciarnos.
Por último, aunque hay pocos ejemplos, el efecto WOW también se puede aplicar en un área comercial urbana y convertirse en un valor añadido de esta. La decisión de un cliente de quedarse a comprar en el pueblo o subirse al coche para ir a otro lado puede desequilibrarse con alguna acción WOW.
En fin, espero que algo de lo que he contado en este episodio sirva para que surjan nuevas historias de grandes experiencias de compra vividas en comercios pequeños.

Actualiza Retail con Celestino Martínez
Mi nombre es Celestino Martínez y soy director y consultor en la consultora Actualiza Retail donde trabajo con instituciones y universidades poniendo en marcha proyectos de actualización, dinamización y formación del comercio de ámbito nacional.
Cuento con más de 20 años de experiencia en el mundo del retail y soy autor en varios libros, como “Cien comercios vascos con los que aprender” . Dirijo y presento el podcast Actualiza Retail. También soy requerido como conferenciante y divulgador tanto por eventos profesionales como por medios de comunicación de España y Latinoamérica.
Si quieres poner en marcha un programa de actualización y dinamización del comercio local o buscas webinars, cursos y talleres online específicos para comercio local, tanto online como presenciales, puedes contactar conmigo aquí.
Si quieres más contenidos sobre la actualización de tu negocio de retail, el podcast Actualiza Retail está disponible en iVoox, en Apple podcasts, en Spotify y en otras plataformas de podcasting.
Agradecimientos
El episodio del podcast correspondiente a este post está patrocinado por Bolsalea, una empresa especializada en confeccionar y personalizar embalaje sostenible. Sus bolsas, guardatrajes y fundas se fabrican en España para empresas de retail de todos los tamaños, desde pequeñas tiendas de barrio hasta las marcas más grandes y conocidas.
La música y los efectos de sonido utilizados en el episodio son de Epidemic Sound. Las fotografías del post son de Unsplash, excepto la fotografía de Celestino Martínez de la bio, cuyo autor es Iban Montero.
Gestión del cambio en el comercio local, con Carmen Burguete
Hace unos días estuve charlando con Carmen Burguete sobre la gestión del cambio en el comercio local y cómo enfrentar los bloqueos que frenan la acción. Era una nueva edición de Conversaciones Retail, las charlas sobre comercio local que tengo con colaboradores y amigos y que me gusta compartir contigo.
¿Quieres escuchar la conversación?
Puedes escuchar la conversación en la que hablamos sobre el impacto de la pandemia en el comercio local. Solo tienes que clicar en el reproductor.
Gestión del cambio en el comercio local
En los últimos meses, dentro y fuera del comercio local, todo ha cambiado. La forma en que vivimos, el modo de relacionarnos y, por supuesto, la manera de comprar ha cambiado.
Partiendo de este punto, tiene sentido pensar que, más allá de las medidas de prevención provocadas por el covid, el comercio local tiene que adaptarse. Esto supone la puesta en marcha de acciones de mejora. Pero esta gestión del cambio se está encontrando en muchos casos con un freno: la situación de bloqueo en la que se encuentran muchos comerciantes.
Resulta sorprendente que en uno de los momentos en los que esta gestión del cambio es más necesaria y urgente, haya programas de ayuda que no se puedan poner en marcha por este bloqueo. Por eso, muchas instituciones se van a tener que plantear que el inicio de los programas de reactivación del comercio tendrá que afrontar el desbloqueo y la gestión del cambio. Si no lo hacen, los programas de dinamización comercial de cualquier tipo no tendrán mucho recorrido.
No podemos plantear estrategias de reactivación del comercio local si no conseguimos la implicación de los comerciantes y su compromiso para poner en marcha acciones de mejora. El futuro del comercio local está en juego.
Por ello, he invitado Carmen Burguete a charlar de cómo enfrentar los bloqueos, de la gestión del cambio en el comercio local y de lo importancia de cambiar en los marcos mentales de los comerciantes.
Carmen Burguete
Carmen Burguete es trainer en comunicación y desarrollo del talento. Desde hace seis años es socia y coach en Coaching Factory, donde entrenan a personas y equipos para potenciar su talento y sus habilidades de comunicación.
En estos entrenamientos, desarrollan en sus clientes habilidades de liderazgo, comunicación, productividad y alto rendimiento. Están especializadas en formaciones a grupos, en formatos presenciales, in company y on line.
Habitualmente colaboran con otros profesionales de distintas disciplinas para ofrecer servicios más completos en el ámbito de la empresa: formaciones para el desarrollo de habilidades, eventos de team building, dinámicas grupales o business storytelling, tanto en castellano como en inglés.
Está especializada en comunicación efectiva y oratoria.

Actualiza Retail con Celestino Martínez
Mi nombre es Celestino Martínez y soy director y consultor en la consultora Actualiza Retail donde trabajo con instituciones y universidades poniendo en marcha proyectos de actualización, dinamización y formación del comercio de ámbito nacional.
Tengo más de 20 años de experiencia en el mundo del retail y soy autor en varios libros, como “Cien comercios vascos con los que aprender” . Dirijo y presento el podcast Actualiza Retail. También soy requerido como conferenciante y divulgador tanto por eventos profesionales como por medios de comunicación de España y Latinoamérica.
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Agradecimientos
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La música y los efectos de sonido utilizados en el episodio son de Epidemic Sound. Las fotografías del post son de Unsplash, excepto la fotografía de Celestino Martínez de la bio, cuyo autor es Iban Montero
Especial TEDx: El futuro del comercio local
Hoy hablamos del futuro del comercio local y de discursos. De cómo he creado un discurso para trasladar al público general que el comercio local tiene futuro si se actualiza. Que hay una manera de hacerlo, que ya lo hemos hecho antes y que tenemos aliados en los que apoyarnos. Pero, antes, quiero contarte una historia...
¿Prefieres escuchar la versión podcast?
Si quieres escuchar el episodio que se corresponde con este post, puedes clicar en el reproductor a continuación y, si no, puedes seguir leyendo.
El palo que servía para todo
Tendrían que pasar muchos años hasta que pudiese entender lo que me quiso decir Pablo, el conserje de mi colegio, en una tarde de verano de principios de los 80. “Eres como un palo, que sirve para todo y no vale para nada”
Pablo era un señor mayor, rudo y gruñón, pero buena gente, así que lo tomé por otra de las regañinas que nos dedicaba a diario a los niños del colegio. Pero, por alguna razón, aquella frase se quedó en mi memoria y apareció años después.
Eres como un palo, que sirve para todo y no vale para nada.
Dicho de otra manera, Pablo quería decir que, a pesar no ser especialmente brillante en nada, siempre estaba en todos los eventos. En todos los saraos, que se decía entonces. En el club de atletismo, organizando la fiesta de fin de curso, participando en actividades para recaudar fondos para el viaje de estudios...
Pablo tenía razón, y la frase era un cumplido.
Muchas de estas actividades tenían algo en común: necesitaban que te expusieras. Interpretando una obra de teatro. Pidiendo ayuda económica a extraños o ideando actividades. Tenías que salir de la comodidad del grupo y exponerte. Subirte a un estrado o aun escenario y hacer algo que aterroriza a muchísima gente: hablar en público.
El palo que se subió a un escenario
Hace unos diez años sentí la necesidad de aprender a hablar en público. Mejor dicho, a comunicar. A ser capaz de transmitir una idea de una manera tan efectiva que llegue a inspirar a la audiencia y a provocar un cambio.
Asistí a muchas charlas, me documenté todo lo que pude y, en cuanto surgió la oportunidad, me lancé. Por supuesto, mi primera charla fue un desastre.
Y la siguiente también, pero un poco menos.
Hace ahora siete años, me uní a un club de oratoria, el Club Toastmasters de Bilbao. En este tiempo he perfeccionado mis habilidades de comunicación con la ayuda de muchos compañeros. También he ayudado y mentorizado a otros miembros.
No llevo la cuenta, pero en estos años me he subido a un escenario presencial o virtual en decenas de ocasiones y nunca he dejado de perfeccionar la técnica. Así que cuando mi amiga Cristina me ofreció presentar una charla para el TEDx Vitoria Gasteiz solo pregunté la fecha y el tema.
Como sabes, los eventos TED se celebran por todo el mundo y están compuestos por charlas que tienen un tema en común y que parten de la premisa de que tienen ideas dignas de difundir. En mi caso lo tenía claro, la idea digna de difundir era que el comercio local tiene futuro, y que ese futuro depende de que se actualice correctamente.
Así que hoy, sobre todo, me gustaría compartir este discurso contigo y contarte que Pablo tenía razón. Que, hasta un palo, con mucho trabajo y dedicación, puede tener una utilidad.

¿Qué es una charla TED?
Es muy probable que ya conozcas lo que es una charla TED y que hayas visto unas cuantas, pero, por si no es así, vamos a ver lo que es.
Los TED son eventos anuales que tienen como objetivo servir como altavoz de ideas que merecen ser difundidas. Alrededor de este formato se han creado otros, como el TEDx, que son más locales o específicos de un área de conocimiento.
En mi caso, el evento era un TEDx, que se celebraba en Vitoria - Gasteiz, una localidad del norte de España que, además, es la capital del País Vasco. En cuanto a la idea que merece ser difundida, se trataba de hablar del futuro del comercio local. Más concretamente, quería lanzar la idea de que el comercio local tiene futuro si se actualiza de una manera determinada.
Una de las señas características de las charlas TED es su duración y calidad, y una puesta en escena bastante sobria. Si buscas en Youtube, verás que algunas llegan hasta los 18 minutos y otras no duran mucho más de tres, pero la media suele estar alrededor de los 10 minutos.
La puesta en escena suele consistir en un fondo negro, con las letras del evento a gran tamaño, y una pequeña alfombra roja en el centro del escenario. Esta alfombra, que ya es un icono de las charlas TED, marca los límites en los que el orador se puede mover. Es decir, que no se puede salir de ella.
Respecto a los apoyos, es decisión del orador servirse de algún apoyo visual, de un instrumento musical o una presentación. Sin embargo, una gran mayoría de charlas TED solo tienen a un orador hablando en la alfombra, y esa fue mi elección.
La importancia de una charla TED
Con el paso del tiempo, las charlas TED han ido ganando en popularidad y son un formato respetado hasta el punto de que algunas se proponen como material de estudio. Además, un grupo selecto de charlas TED tienen varios millones de visualizaciones.
Por eso, una charla TED es una oportunidad increíble de hacer llegar un mensaje de cualquier tipo a una audiencia global. Así que tenía una oportunidad de hacer llegar mi mensaje sobre el futuro del comercio local a una audiencia global y había que aprovecharlo.
Esto también implica una gran responsabilidad porque, pase lo que pase, te lo juegas todo a una carta. Esto supone que hay que prepararlo todo muy bien porque sabes que lo que pase en esos diez minutos será lo que se quede en el vídeo por años.
Contar algo relevante en diez minutos no es fácil y hay que trabajar mucho en el discurso para conseguirlo. Con tan poco tiempo, además, no puede fallar nada, así que es muy frecuente que los discursos de un TED sean memorizados y recitados palabra por palabra por el orador.
Así que mi objetivo era construir un discurso de diez minutos sobre el futuro del comercio local, que funcionase sin ayudas. Después, debía memorizarlo y ensayarlo para salir con garantías a la alfombra roja.
En este punto es importante que sepas que cuentas con ayuda. La organización del evento pone a tu disposición un coach para ello, que en mi caso fue Cristina Juesas. Además, conté con el apoyo de miembros del club de oratoria como Xabi del Campo y Carmen Burguete. También me ayudó mi amigo Guillem Recolons, que ya tenía experiencia en un TEDx.

Construyendo el discurso sobre el futuro del comercio local
Partiendo de la idea central, lo primero era decidir a quién iba dirigido el mensaje. Aquí comenzaron las dificultades, porque tendría que hablarles a los comerciantes, a los técnicos de las instituciones y a los consumidores.
Además, tenía que rebajar la complejidad de los argumentos, porque todos ellos debían entenderlo. También tenía que compensar la parte técnica con otra más emocional, para que no resultase un discurso frío. Para ello, era fundamental encontrar ejemplos que todos sintiesen cercanos, un hilo argumental y una apertura cautivadora.
No quiero adelantarte nada porque me gustaría que disfrutases del discurso como si estuvieras en tu asiento del evento. Pero sí me gustaría compartir el proceso, que consistió en recopilar decenas de ideas escritas en post its, agruparlas y ordenarlas para ver cómo funcionaban.
Las primeras versiones no me convencieron, así que busqué una estructura que me ayudase. Para ello me fue de mucha ayuda un episodio del podcast Presento, de mi amigo Xabi del Campo, en el que hablaba de la estructura del viaje del héroe. En este enlace puedes saber cómo es esta estructura. Si lo consultas, te llevarás una sorpresa descubriendo que los guiones de tus películas favoritas están hechos con esta técnica.
Una vez aplicada la estructura, conseguí llegar a una primera versión que me gustaba y, a partir de ella, me dediqué a pulir el texto una y otra vez. Para ello, grababa y escuchaba el discurso una y otra vez, intentando detectar lo que no funcionaba.
Hasta que no escuches el discurso no vas a entender lo que te voy a decir ahora, pero un paso importante fue encontrar una historia inicial y un hilo conductor. Este hilo conductor que me iba a ayudar a explicar mi visión sobre el futuro del comercio local, además, tenía un icono.
La brocheta de nubes de azúcar.
El día del TEDx Vitoria - Gasteiz
No quiero contarte más sobre el discurso, prefiero que lo escuches, pero sí me gustaría contarte cómo fue el evento, para que lo puedas imaginar.
El día antes del evento, hubo un ensayo general en el mismo auditorio en el que se celebraría el evento. Era un punto importante porque llevaba semanas ensayando el discurso y, si salía bien, saldría al evento más tranquilo.
Así fue, gracias a las muchas horas de ensayo. El discurso sobre el futuro del comercio local ya estaba listo para presentarlo a la audiencia.
El día del evento llegué muy pronto para tener tiempo de ensayar por última vez y concentrarme antes de salir. Mi discurso era el tercero, así que no me podía despistar. Ya con el micrófono puesto, seguí ensayando hasta que solo quedaron unos pocos minutos.
Hacia la mitad del segundo discurso, subí al escenario y esperé en la penumbra mientras terminaba y escuchaba cómo me presentaban. En ese momento salí al escenario en dirección a la alfombra roja. Al fin, había llegado el momento de compartir en público el discurso sobre el futuro del comercio local.
Colocado en el centro de la alfombra roja, esperé a que terminasen los aplausos, tomé aire y comencé a hablar...

La brocheta de nubes de azúcar
Cuando mi hija era pequeña, nos gustaba ir a comprar el pan a una diminuta panadería de mi pueblo. Además de buen pan y buena conversación, tenían dulces y golosinas, así que no era raro que saliésemos por la puerta con alguna chuche.
Una de las visitas que más recuerdo coincidió con el cumpleaños de mi hija, que entró corriendo a decirle a la panadera que ya era mayor, que tenía seis años. Al oírlo, la panadera salió del mostrador y, en unos segundos, preparó una brocheta con seis nubes de azúcar de diferentes formas y colores. Mientras lo hacía, le contaba a mi hija que ese era un día muy especial y que había que celebrarlo, así que le deseó un cumpleaños feliz y le regaló la brocheta de nubes de azúcar.
Mi hija se quedó impactada y solo pudo decir gracias. Pero unos minutos después, de vuelta a casa, me preguntó: “Aita, ¿nosotros somos especiales?”
Estábamos en el año 2010 y comenzaba a hablarse del Apocalipsis del Comercio, la reconversión del comercio físico que muchos relacionan con la digitalización y el crecimiento del comercio electrónico.
Quizás en aquel momento era exagerado hablar de apocalipsis, pero tras el impacto del covid, ahora sí que empezamos a temer que la catástrofe sea real para el pequeño comercio. No hace falta más que pasear un poco por nuestras ciudades para ver la otra epidemia: la de las persianas cerradas.
El futuro del comercio local
Por eso, creo que estamos en un momento crítico: el momento en el que el comercio local debe decidir si se resigna a intentar sobrevivir en un futuro que otros diseñan a sus espaldas o si deciden competir en un futuro que ellos mismo van a ayudar a construir.
Este futuro depende de que cada gestor de un comercio local y de un área comercial urbana entiendan que esto ya no va de comprar productos a un precio y venderlos más caros. Esto va de aportar algo valioso a la vida de las personas a través de la experiencia de compra de los productos, el equivalente para cada negocio a la brocheta de nubes de azúcar.
Esto no va a ser fácil porque requiere un gran cambio, y porque supone admitir que lo que conocíamos ya no sirve y que lo que ha funcionado hasta ahora será lo que nos lleve al cierre. Porque, ahora que podemos comprar cualquier cosa desde nuestro teléfono móvil en cualquier momento, el producto ya no es lo más importante de una tienda. Además, la tienda física ya no es el primer lugar al que acudimos para conocer un producto o para informarnos, así que necesitamos ofrecer un atractivo, un valor añadido para que los clientes vengan.
Ese valor añadido, esa brocheta de nubes de azúcar que va a hacer inolvidable cada compra, será distinto para cada negocio. Puede ser una atención excepcional, como la de mi panadera. Puede ser una manera distinta de comprar, como la tienda de alimentación en la que haces catas de producto o en la que te enseñan a cocinar lo que compras. Las posibilidades son infinitas.
Actualización del comercio local y brochetas de nubes de azúcar
El objetivo de la actualización del comercio es que el máximo de comercios de un área comercial urbana y el área comercial en su conjunto, aporten experiencias de compra valiosas a sus clientes. El éxito de la actualización del comercio local será que llenemos nuestras tiendas de brochetas de nubes de azúcar.
Y si no afrontamos correctamente esta actualización, entonces sí que podemos encontrarnos frente al Apocalipsis del Comercio que, en su mayoría será, el Apocalipsis del Comercio local.
Pero, antes de venirnos abajo, conviene recordar que el pequeño comercio siempre ha tenido que enfrentarse a grandes amenazas: desde el comercio de la capital hasta el Corte Inglés, pasando por los centros comerciales.
Todos estos monstruos, en su momento, iban a acabar con el comercio local, y lo cierto que cada una de ellos se llevó una buena cantidad de pequeños negocios por delante. Pero muchos otros se actualizaron y sobrevivieron, y por cada negocio que se cerró, se abrió otro nuevo. El cambio los hizo más fuertes.
¿Y cómo lo consiguieron? Encontrando su propia brocheta de nubes de azúcar. La librería de Patricia, sabiendo siempre qué libro necesitas leer, la peluquería de Iñaki, entendiendo por dónde irá tu nueva imagen o la pastelería de Manu, presentando sus pasteles como si fuesen joyas.
Como decía, la actualización no es una tarea fácil, pero el comercio local no está solo. Con mayor o menor acierto, las instituciones están tratando de ayudar a los comerciantes que tienen un comercio y a los emprendedores que quieren abrirlo. Pero si quieren ser útiles, las instituciones también tienen que cambiar: tienen que ayudar a los negocios de sus áreas comerciales urbanas a actualizarse, tienen que ayudarles a encontrar su brocheta de nubes de azúcar.

Un plan para el futuro del comercio local
Para encontrar eso que ya tienen Patricia, Iñaki y Manu, las instituciones tendrán que facilitar el trabajo de los comerciantes en tres ámbitos: personas, tecnología y condicionantes.
Por un lado, debemos investigar profundamente a las personas para conocer quiénes somos, cómo vivimos y cómo nos relacionamos. Ahora mismo, resulta curioso que Adidas, Decathlon o Zalando sepan más de la vida deportiva de una persona que el dueño de la tienda de deportes que está al lado de su casa.
A partir de la información que salga de la investigación, el comerciante tiene que decidir qué puede aportar su negocio a la vida de sus vecinos. Y esto implica centrarse en algún grupo de clientes, porque no se puede ser valioso para todo el mundo. Por ejemplo, será más fácil resultar valioso para un runner desde una tienda especializada en running que desde una tienda de material deportivo.
Por otro lado, la tecnología es importante porque añade nuevas formas de conexión entre clientes y comercios y facilita la construcción de esas experiencias valiosas. Un buen ejemplo es la adopción de muchos comercios de whatsapp business y bizum para poder hacer pedidos y pagos a distancia durante el confinamiento. Pero también hay muchos malos ejemplos, como los marketplaces locales, en los que la tecnología se convierte en un fin en sí misma y termina decepcionando a clientes y comerciantes.
En cuanto a los condicionantes, son fundamentales porque marcan gran parte de las expectativas que los comercios deben cumplir. Por ejemplo, saber cómo y porqué compramos; conocer bien quiénes son nuestros competidores y cómo cambian, o tener claro las oportunidades y las amenazas que hay en nuestro entorno.
La recompensa de la actualización
El trabajo en los tres ámbitos (personas, tecnología y condicionantes) será lo que nos permita actualizar el negocio o crear uno nuevo. Esto supondrá revisar los productos y las marcas que ofrece cada comercio, sus instalaciones, la comunicación, la marca o el modelo de atención... Es mucho trabajo que el comerciante no puede hacer solo.
Además, es un trabajo para el que se necesitan conocimientos que un comerciante no tiene por qué tener y que no tiene sentido que adquiera. Por eso, las instituciones deben facilitar que los comerciantes puedan trabajar de manera personalizada con profesionales especializados en el diseño de su experiencia de compra valiosa, de su brocheta de nubes de azúcar.
Por su parte, los comercios deben implicarse y esforzarse en poner en marcha las acciones de actualización que hayan salido del trabajo con los profesionales.
Y el ciclo no puede parar, porque las necesidades y las expectativas de los consumidores no van a dejar de cambiar, y la competencia tampoco.
Pero si lo hacemos bien, a cambio, tendremos un comercio local actualizado, más fuerte y atractivo, que aumentará la diversidad de la oferta y que facilitará la mejora de la calidad de vida de nuestras ciudades. Un comercio local que podrá competir en un futuro que habrá ayudado a cambiar.
El papel de los consumidores en el futuro del comercio local
¿Pero qué pasa con los consumidores? ¿Los consumidores no tenemos que hacer nada?
Los consumidores deberíamos ser conscientes de que cada compra que hacemos es una piedra que construye el tipo de ciudad y el futuro que queremos. De manera directa e indirecta, cada compra hace posible que tengamos un colegio cerca de nuestra casa, que el ambulatorio siga abierto y que se mantenga limpio el parque en el que juegan nuestros hijos.
Dicho así, parece que estoy planteando una obra social, pero no es tan difícil. Al final, se trata de elegir esos comercios que hacen nuestra vida un poco mejor, esos que nos hacen sentirnos especiales: la librería de Patricia, la peluquería de Iñaki, la pastelería de Manu.
Es tan fácil como salir a las calles de nuestras ciudades a disfrutar de nuestras brochetas de nubes de azúcar.

Repercusión del discurso
Tras esta última frase, llegaron los aplausos, que me quedé a recibir durante unos segundos. Diez minutos exactos después de comenzar la charla, salí de la alfombra roja hacia la parte trasera del escenario con una sensación difícil de describir. Por una parte, de satisfacción por el resultado. De cierta liberación por haber llegado al final del camino. Y también de cansancio, un cansancio que se presentaba de golpe.
Quizás por esa razón no salí corriendo a quitarme el micrófono. En su lugar, me quedé un rato sentado en la misma silla en la que había esperado mi turno. Ayudado por la penumbra, dediqué un rato a recorrer mentalmente el camino y a saborear la llegada al destino. Después, me concentré en disfrutar del resto de las charlas, de los amigos que me habían acompañado y de los comentarios que empezaban a llegarme.
En los días siguientes he recibido decenas de felicitaciones y de reacciones en redes sociales, especialmente a partir de la publicación del vídeo en youtube, que puedes ver a continuación. Varias de estas felicitaciones resaltaban la importancia, especialmente en este momento, de un discurso que confiaba en el futuro del comercio local.
Solo con esto, ya me doy satisfecho y, a partir de aquí, todo el recorrido que tenga el discurso será bienvenido.
Ahora, cada uno con su parte, nos toca trabajar para que el mensaje no quede ahí, en un discurso más o menos efectivo. Tenemos que llenar las calles de nuestras ciudades de brochetas de nubes de azúcar.
Comercio local: ¿tiene futuro? | Celestino Martínez | TEDxVitoriaGasteiz

Actualiza Retail con Celestino Martínez
Mi nombre es Celestino Martínez y soy director y consultor en la consultora Actualiza Retail donde trabajo con instituciones y universidades poniendo en marcha proyectos de actualización, dinamización y formación del comercio de ámbito nacional.
Cuento con más de 20 años de experiencia en el mundo del retail y soy autor en varios libros, como “Cien comercios vascos con los que aprender” . Dirijo y presento el podcast Actualiza Retail. También soy requerido como conferenciante y divulgador tanto por eventos profesionales como por medios de comunicación de España y Latinoamérica.
Si quieres poner en marcha un programa de actualización y dinamización del comercio local o buscas webinars, cursos y talleres online específicos para comercio local, tanto online como presenciales, puedes contactar conmigo aquí.
Si quieres más contenidos sobre la actualización de tu negocio de retail, el podcast Actualiza Retail está disponible en iVoox, en Apple podcasts, en Spotify y en otras plataformas de podcasting.
Agradecimientos
El episodio del podcast correspondiente a este post está patrocinado por Bolsalea, una empresa especializada en confeccionar y personalizar embalaje sostenible. Sus bolsas, guardatrajes y fundas se fabrican en España para empresas de retail de todos los tamaños, desde pequeñas tiendas de barrio hasta las marcas más grandes y conocidas.
La música y los efectos de sonido utilizados en el episodio son de Epidemic Sound. Las fotografías del post son de Unsplash, excepto la fotografía de Celestino Martínez de la bio, cuyo autor es Iban Montero y la fotografía en el escenario del TEDx, que es de Fernando Clavijo.
Cómo plantear la fidelización en el comercio local
Hoy hablamos de la fidelización en el comercio local. De cómo poner en marcha una estrategia que nos ayude a tener más clientes fieles y a hacerlo de una manera activa. También veremos cómo poner en marcha un club de fidelización. Pero, antes, quiero contarte una historia…
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Si quieres escuchar el episodio que se corresponde con este post, puedes clicar en el reproductor a continuación y, si no, puedes seguir leyendo.
Los niños que soñaban con campos de hierba
Es curioso cómo, para algunas cosas, se dulcifica la historia. Utilizando el lenguaje de hoy, te diría que, cuando era un chaval de diez años, vivía en un pueblo de la periferia industrial de Bilbao. Sin embargo, en los años 70, decíamos que vivíamos en un pueblo obrero.
Los chavales de mi edad llegábamos corriendo a casa del colegio, agarrábamos un bocadillo y desaparecíamos hasta que caía el sol. Si alguien nos buscaba, nos encontraba siempre dando patadas a un balón en algún descampado hasta que cayese la noche.
Tampoco es que hubiese mucho más que hacer. Casi no había parques ni instalaciones deportivas, y el abanico de deportes que se practicaban era muy limitado.
Como ya puedes imaginar, para la mayoría de los niños de aquellos tiempos, el fútbol era el deporte rey. Acostumbrados a jugar en lodazales, cualquier campo de fútbol nos parecía un santuario y, entre todos, destacaba uno: San Mamés, el campo del Athletic Club de Bilbao. O, simplemente, el Athletic, como le llamamos aquí.
Todos soñábamos con ir algún día a San Mamés, a ver un partido y a ver cómo era un estadio en el que los futbolistas jugaban sobre hierba de verdad. Desgraciadamente, para la mayoría de nosotros, ir a ver un partido a San Mamés estaba fuera de nuestro alcance.
Pero, con suerte y paciencia, había un modo de ir…

Las estrategias de fidelización que surgieron del fútbol
En aquellos tiempos había en mi pueblo una joyería tan pequeña que apenas cabían tres o cuatro personas en ella. Sin embargo, era uno de los negocios que más vendía, y era bastante habitual encontrar frente a su fachada una pequeña cola de personas esperando en la calle.
Con los ojos de hoy, diríamos que uno de los secretos del éxito de aquel pequeño comercio estaba en su estrategia de fidelización. Pero, en aquel momento, nadie sabría de qué estábamos hablando.
Por ejemplo, cualquiera que organizase un evento o una fiesta en el pueblo, sabía que contaría con el apoyo de los dueños de la joyería. Ya fuese una carrera popular o las fiestas del pueblo, nunca faltaba el logotipo de la joyería en el cartel.
Pero lo más sorprendente era otra acción de fidelización dirigida a los chavales y que ya te adelanto que, en la época actual, sería imposible de hacer.
A partir de cierta edad, los niños podíamos apuntar nuestro nombre en un cuaderno que, en cada hoja, tenía la fecha de uno de los partidos que se jugaría en San Mamés. Como las páginas se iban llenando, tu nombre podía quedar apuntado en una fecha lejana. Para un niño, un par de meses puede ser mucho tiempo, pero siempre te quedaba la esperanza de que el día llegaría.
Pues bien, cada quince días, cuando tocaba jugar en casa, los dueños de la joyería fletaban un autobús y lo llenaban de niños ilusionados por ver jugar a su equipo en San Mamés, la Catedral del Fútbol. Por supuesto, cada niño tenía su entrada, generalmente acompañada de alguna chuche.
Cada quince días, cuarenta niños volvían entusiasmados a sus casas y contaban a sus padres la experiencia inolvidable que habían vivido gracias a los dueños de la joyería. Cada quince días, cuarenta familias se hacían clientes fieles de por vida a la diminuta joyería del pueblo obrero.

Qué es la fidelización de clientes
Posiblemente te parezca que no sea necesario explicar qué es la fidelización de clientes en el comercio local. Después de todo, se trata de tener clientes fieles, ¿no? Y puede que también pienses que tener clientes fieles es tener una clientela que te compra recurrentemente.
Lo cierto es que no es tan sencillo. Un cliente puede comprar recurrentemente y no ser fiel. Incluso puede que no esté demasiado satisfecho con sus compras. Esto puede darse porque no tenga a su alcance una oferta que sea claramente mejor que la que le ofreces. Y cuando digo oferta, no me refiero a un precio ventajoso, hablo de la experiencia de compra en general. Esto abarca desde el surtido de productos a la manera en la que atiendes o las instalaciones de la tienda, por poner solo unos ejemplos.
Un ejemplo que ilustra bastante bien esta situación es el de las compañías de telefonía. En este sector, el nivel de insatisfacción suele ser alto y los clientes no tienen una percepción clara de que una compañía ofrezca más valor que el resto. Por ello, es bastante habitual que los clientes vayan migrando de una compañía a otra, atraídos por una promoción concreta.
Así que podríamos considerar que tenemos un cliente fiel cuando elige comprar nuestros productos y servicios porque considera que son la opción más valiosa de entre todas las que tiene a su alcance. Los elementos que aporten ese valor serán muy distintos según el sector, la competencia, la marca, el segmento del mercado al que se dirija, la localización y muchos otros factores.
Condiciones para la fidelización en el comercio local
Cuando buscas información sobre fidelización de clientes, a menudo encuentras cosas que no van esta línea. Tanto los programas de fidelización basados en puntos como las estrategias de email marketing son solo herramientas para activar al cliente fiel y hay que utilizarlas con una estrategia.
Pero antes de hablar de estrategias o herramientas, hay que poner un requisito previo encima de la mesa. Para que podamos hablar de posibilidades de fidelización, tiene que existir una experiencia de compra valiosa. Tenemos que ofrecer algo mejor que la competencia, lo que solemos llamar propuesta de valor.
Para que se pueda dar este valor, tendrá que haber un cierto grado de especialización en la vida de un grupo de clientes, el mercado objetivo. Para ello, debemos obtener información útil sobre los clientes y utilizarla con una estrategia adecuada.
A partir de estos dos puntos, la propuesta de valor y el mercado objetivo, será cuando se puedan crear las experiencias valiosas de las que hablaba antes. Dicho de otra manera, sin experiencias valiosas, ninguna estrategia de fidelización va a llevar clientes a tu comercio.
De hecho, muchos de los programas que se llaman de fidelización, en realidad solo son acciones que compran esta fidelidad. Porque si las ventas dependen de enviar descuentos y cupones a los clientes, veo más adecuado hablar de compra de clientes que de fidelización.
Además, cuando conseguimos los clientes a base de descuentos, el riesgo es que siempre habrá quien pueda ofrecer mañana un precio más bajo. En estos casos, el valor que pueda aportar la experiencia será fundamental para salvar diferencias de precio.
Por qué es tan importante la fidelización para el comercio local
Para la mayoría de comercios locales resulta muy difícil captar clientes nuevos. También resulta caro, porque supone invertir en campañas de publicidad, hacer promociones y descuentos y acciones similares.
Al contrario, perder clientes es muy sencillo, porque otros competidores pueden invertir en campañas de publicidad, promociones o descuentos para captarlos. Además, si un cliente no está fidelizado, es fácil que nos olvide entre los cientos de opciones que tiene a su alcance.
Por eso, los clientes fieles son uno de los activos más importantes de un comercio y las estrategias de fidelización son tan importantes. Ese grupo de clientes fieles son la base de un negocio, dan estabilidad y facilitan la planificación.
Pero si hablamos de fidelización en el comercio local, también tenemos que hablar de la fidelidad al área comercial urbana.
Un área comercial urbana será fuerte cuando cuente con una buena proporción de comercios con clientes fieles. Esto es así porque conseguirá centrar el consumo y controlar la fuga a otras poblaciones y otros canales. Por eso, las áreas comerciales urbanas también tienen que poner en marcha sus propias estrategias de fidelización.
Esto implicará que exista una experiencia de compra global que aporte valor a los compradores, y que se haga partiendo del conocimiento de los clientes y con una estrategia adecuada.
Dedicaremos un episodio a este tema en otro momento, pero doy unos ejemplos de aportación de valor desde la gestión de un área comercial urbana. Desde facilitar servicios como la entrega a domicilio y las consignas. Pasando por organizar acciones de animación como espectáculos en las zonas comerciales y acciones coordinadas con la hostelería o el ocio. Incluso promoviendo la dinamización de la actividad comercial, el emprendimiento de comercio y la creación de una marca para el comercio local.

Nuevas oportunidades de fidelización para el comercio local
Una de las pocas cosas buenas que ha traído la pandemia al comercio local es la oportunidad de fidelizar a nuevos clientes.
Por un lado, las restricciones y el teletrabajo han propiciado que las compras se hagan en zonas más próximas a las áreas residenciales. Esto ha hecho que muchas personas descubran el comercio que tienen cerca de sus casas. Según me han trasladado muchos comerciantes, han ganado muchos nuevos clientes en estos meses.
Además de la necesidad, creo que hay otro factor que ha hecho cambiar la sensibilidad hacia el comercio local. En mi opinión, el efecto de ver cerrados los pequeños negocios de nuestras ciudades durante el confinamiento ha impactado a muchos consumidores. Este impacto ha hecho más por la concienciación de la importancia del comercio local que todas las campañas de sensibilización los últimos años.
Sean cuales sean las razones, lo cierto es que muchos estudios recientes reflejan esta nueva sensibilidad hacia el comercio local. Por ejemplo, algunos de los datos de estos estudios dicen que 3 de cada 5 clientes quieren ayudar al comercio físico.
Esta tendencia va unida a la preferencia de los consumidores por los productos de proximidad. En otro estudio, señalan que para un 46% de los encuestados las opciones de compra prioritarias son los productos de proximidad y los comercios de proximidad.
Hay muchos otros estudios que muestran esta nueva oportunidad de fidelización de clientes para el comercio local. Por eso, creo que es bueno reconocer esta oportunidad y plantear cómo la podemos aprovechar.
Gestión de la fidelización en el comercio local
Hemos dicho antes que los clientes fieles son uno de los activos más importantes de un comercio porque son la base de un negocio, dan estabilidad y facilitan la planificación. Gracias a los clientes fieles, un comerciante puede saber, más o menos, cuánto facturará el mes que viene o qué pedidos tiene que hacer.
Además, los clientes fieles compran más a menudo, y sus compras suelen incluir más productos que la media y de un precio medio más alto.
Las ventajas de tener clientes fieles parecen claras, pero, si lo pensamos bien, no parece que haya mucho que hacer para aprovecharlas. De hecho, muchos comercios locales tienen altos niveles de fidelización de su clientela gracias a una buena experiencia de compra, pero no van más allá.
Con ir más allá me refiero a tener una estrategia que permita profundizar en la fidelidad de los clientes y que ayude a vender más. Es decir, pasar de una gestión de la fidelización pasiva a una gestión activa.
La gestión pasiva sería la que se limita a actuar sobre la experiencia de compra. Mientras tanto, la activa sería la que, además, pone en marcha acciones y estrategias para interactuar con los clientes. Estas acciones y estrategias, que se apoyarán en el uso de herramientas específicas, buscarán, como decía antes, profundizar en la fidelidad de los clientes y vender más.
Esto es posible porque hay otra ventaja importante de los clientes más fieles. También son más receptivos a interesarse por nuevos productos y servicios, recomendaciones, promociones o cualquier otra comunicación que reciban. Por ejemplo, los clientes más fieles de una tienda de running van a agradecer que les envíen un artículo en el que se prueba el último modelo de su marca favorita.
Ventajas de la gestión activa de la fidelización en el comercio local
Cuando el cliente recibe esta información, suceden varias cosas interesantes para el comerciante.
La primera es que, aunque el cliente decida no consultarla, la marca del comercio va a aparecer por su mente, con lo que será más fácil que la recuerde cuando piense en comprar sus próximas zapatillas. Esto es lo que llamamos en marketing activación del recuerdo de marca.
Siempre que la frecuencia de envíos no sea molesta, el cliente valorará como positivo recibir información de temáticas que le interesen. Por ejemplo, otro día puede recibir un plan de entrenamiento o unas recomendaciones para mejorar la técnica de carrera.
Si, por el contrario, el cliente decide leer el artículo de la prueba de las zapatillas, el comerciante puede haber inspirado al cliente para su próxima compra. Esto puede activar el proceso de compra sin que el cliente pase por la tienda. Incluso puede adelantar este proceso porque el cliente podrá llegar a un nivel de información alto, quizás mayor del que se le pueda dar en la tienda.
En el mejor de los casos, y en aquellos comerciantes que tengan servicio de entrega a domicilio, el cliente puede pedir las zapatillas y recibirlas en casa.
Seguro que estás pensando que ese envío puede haber activado un deseo de compra que el cliente vaya satisfacer en otra tienda, por ejemplo, una tienda online. En este punto, precisamente, es donde se explica la importancia de tener una propuesta de valor y una experiencia de compra potente. Cuando no la hay, quedamos expuestos al precio.
Sin embargo, cuando es fuerte, incluso puede salvar diferencias de precio. Por eso, cuanto más fuerte y diferencial sea la propuesta de valor y más valiosa la experiencia de compra, más efectivas serán las estrategias de fidelización en el comercio local.

Estrategia de fidelización en el comercio local
Hay muchas más posibilidades y ventajas que ofrece la gestión activa de fidelización en el comercio local, pero no vamos a profundizar en ellas. Ahora vamos a ocuparnos de la estrategia.
Poner en marcha una estrategia de fidelización de clientes es bastante más que ponerse recopilar direcciones de email o números de teléfono. Y no sirve de mucho si nos limitamos luego a enviarles cupones de descuento o fichas de producto.
Por eso, antes de comenzar, hay que dar los siguientes pasos:
Definir los objetivos. Lo primero es decir cuál es el objetivo principal de la estrategia de fidelización de clientes. Puede que sea aumentar la frecuencia de compra o el importe de las compras o, simplemente, que tus clientes no te olviden.
Será importante tener en cuenta que algunas opciones son más adecuadas para unos sectores que para otros. Por ejemplo, en muchos sectores no se puede aumentar la frecuencia de compra porque los productos o servicios no se pueden consumir más rápido.
Analizar a los clientes. Conociendo profundamente cómo viven tus clientes, cómo compran tus productos y servicios y cómo los utilizan. A partir de ese conocimiento aparecerán las oportunidades para enfocar la estrategia en la dirección adecuada.
Escoger la estrategia más adecuada. Para escoger la estrategia más adecuada puedes inspirarte en las acciones y los programas de fidelización de otras marcas y escoger la que creas que mejor se adapta a tus objetivos, tus clientes y tus posibilidades.
Muchos de los programas de fidelización más conocidos utilizan medios y herramientas que, probablemente, pueden quedar fuera de tu alcance. Pero puedes conocer cómo son para adaptarlo y hacer tu propia estrategia de fidelización.
Poniendo en marcha la estrategia de fidelización
A partir de la definición de los objetivos y el análisis de los clientes, se pueden generar estrategias de fidelización muy distintas. También saldrán las herramientas más adecuadas.
En muchos programas de actualización nos hemos encontrado con comerciantes locales que tenían bases de datos de emails de clientes. Sin embargo, habían puesto en marcha esa técnica sin una reflexión previa, ni objetivos ni conocimiento del cliente. Por supuesto, con resultados escasos.
Para una gran parte de estos casos, bastó con hacer una mínima investigación de sus clientes para llegar a una interesante conclusión: no utilizaban el correo electrónico. Como se les había pedido, habían dado una dirección, a menudo la de otra persona, como un hijo. Y esa persona, sistemáticamente, borraba todos los mensajes que no le parecían importantes o urgentes.
En esa misma investigación, a menudo descubríamos que la herramienta de comunicación universal para una mayoría de clientes era WhatsApp. Por ello, aconsejábamos a estos comercios desplazar sus estrategias de fidelización a la plataforma WhatsApp Business y no tardábamos en ver buenos resultados.
Por ejemplo, para los comercios que buscaban aumentar la frecuencia de visitas a la tienda, les sugeríamos hacer envíos a sus clientes con capacidad de inspirarles. Es lo que llamamos vender un plan en lugar de vender productos. Desde sugerir planes para practicar deporte el fin de semana a proponer un picnic en familia o premiarse con un tratamiento relajante, las posibilidades son enormes.
La creatividad, la variedad y la personalización en estas comunicaciones, serán decisivas en el éxito de estas acciones. Por eso es fundamental conocer bien a los clientes y segmentarlos en función de sus afinidades.
Profundizando en la fidelización de clientes
Las promociones suelen ser una de las acciones de fidelización más frecuentes en el comercio local. Con ellas se busca ofrecer unas ventajas a los clientes habituales o tener un argumento para captar a los nuevos. Pero no siempre se utilizan con una estrategia.
Por ejemplo, conozco comercios que adelantan las rebajas para los clientes que tienen en sus bases de datos o les ofrecen algunos productos a un precio especial. También hay quien les ofrece algún servicio o garantía especial. En estos casos, los clientes aprecian las ventajas de ser clientes fieles, lo que hace que estos aumenten en número y en vinculación.
En estas estrategias se ve cómo una misma acción, planteada de una manera estratégica, puede generar múltiples beneficios. Por un lado, la propia de la acción planteada a toda la clientela, por otro un beneficio mayor para los clientes más fieles y, además, un aumento en la fidelización.
Por ello, los canales a través de los que podemos hacer llegar estas acciones a todos los clientes serán varios. Las más habituales serán la propia tienda, las redes sociales y los canales específicos que utilicemos con los clientes fieles, como WhatsApp o el email.
Como ves, hay unas acciones o unos momentos de cada acción que están reservadas a los clientes más fieles y otras para el resto. Así que creo que es un buen momento para explicar qué es un club de fidelización de clientes.

Qué es un club de fidelización de clientes
Un club de fidelización de clientes o un club de clientes, es un grupo de clientes que han aceptado unirse a un programa a cambio de unas ventajas o recompensas. Algunos son muy formales y requieren que se genere una tarjeta física y compartir muchos datos. Para otros, incluso, hay que pagar una cuota anual.
Sin embargo, los clubes de fidelización más frecuentes últimamente y los más habituales en el comercio local son los que consisten en una base de datos con unos pocos datos de los clientes. Esta cesión de datos suele ser el único requisito para pertenecer al club.
En cuanto al tipo de ventajas o recompensas, la variedad es enorme. Pero en el comercio local, las más habituales son el acceso a promociones exclusivas y novedades. Por ejemplo, hay quien ofrece un descuento fijo, quien sortea productos y vales de compra o quien ofrece un precio exclusivo en una selección de productos.
Como hemos dicho antes, los clubes de fidelización suelen consistir en una base de datos con unos pocos datos de los clientes, así que vamos a ver cómo empezar a construirla.
Daremos por supuesto que ya tenemos claras las ventajas que ofreceremos en el club. También que tenemos la información suficiente para obtener, utilizar y custodiar los datos de los clientes de acuerdo a la LOPD, la Ley Orgánica de Protección de Datos.
Este último punto es muy importante. Si tienes dudas, consulta con tu asociación o cualquier institución para que te asesoren, porque las sanciones son muy altas si no se cumple esta legislación.
Construyendo la base de datos del club de fidelización
Para construir una buena base de datos es imprescindible conocer bien a la clientela y haber desarrollado un buen trabajo de definición de perfiles de clientes. A partir de ese conocimiento podrás crear la base de datos de clientes y segmentarla de manera más eficaz.
Como sabes, una base de datos es un gran conjunto de datos, que se para que se pueda consultar y utilizar fácilmente.
La segmentación de la base de datos es la manera en la que estructuramos esos datos según los criterios que nos parezcan más oportunos. Por ejemplo, podríamos agrupar a los clientes por franjas de edad, por los tipos de producto que compran, por sus aficiones o por cualquier otro criterio que nos ayude a personalizar las acciones.
Después, al ir añadiendo datos, podremos reagrupar a los clientes en subgrupos. Por ejemplo, los que no hayan comprado en los últimos seis meses.
Tanto para construir una base de datos como para consultarla y hacer estos filtros, se utilizan un tipo de programas conocidos por el acrónimo CRM. Estas son las siglas de Customer Relationship Management y podríamos traducirlas como “Gestión de Relaciones con el Cliente”.
Un CRM es una plataforma para recopilar y gestionar la información de nuestros clientes y de sus interacciones con nuestro negocio. La principal ventaja de un CRM es que permite realizar, de manera sencilla y automática, procesos complejos de gestión de la información que serían muy difíciles de hacer a mano.
Uno de los CRM más conocidos, con versión gratuita y en español, es Hubspot. Este CRM permite gestionar muchos contactos y su versión gratuita incluye un buen número de opciones.
Segmentando la base de datos del club de fidelización
Dependiendo del tipo de negocio que tengas y de la complejidad de los datos que necesites manejar, puede que no necesites un CRM. Conozco a comerciantes que les basta con unas pocas listas de difusión en WhatsApp Business y otros que le sacan un gran rendimiento a un CRM. Por eso lo mejor es que busques asesoramiento profesional antes de tomar una decisión.
Con CRM o sin él, una vez que comiences a recopilar datos, tienes que segmentar a los clientes porque el objetivo de la estrategia de fidelización es el de buscar la personalización. Es decir, si mandas siempre todos los mensajes a todos los clientes, no lo estarás haciendo bien.
Para evitarlo, tienes que utilizar los datos para crear grupos de clientes con patrones de compra similares. Esto hará que las acciones de marketing sean más efectivas al conectar mejor con sus necesidades y expectativas. Por eso, antes de empezar a recoger datos, debes pensar bien qué datos necesitarás.
A menudo se suelen utilizar datos sociodemográficos para segmentar una base de datos. Según el sector y el tipo de negocio, datos como el género, la edad o el lugar de procedencia, pueden ser poco eficaces para detectar patrones de compra. Al contrario, serán los datos que tengan que ver con los gustos del cliente, su comportamiento de compras o sus opiniones, los que sean más útiles para segmentar la base de datos.
Por ejemplo, podemos tener una lista con clientes que compran zapatillas para andar, para correr en ciudad, para el monte o para vestir. Además, puede que un mismo cliente esté en varias de estas listas.

Poniendo en marcha el club de fidelización
Una vez segmentada la base de datos, hay que crear los mensajes más adecuados para cada segmento. Pueden ser mensajes distintos o puede ser el mismo, ligeramente adaptado a cada grupo.
Por ejemplo, cuando recibamos productos nuevos, podemos presentar una selección a cada grupo. Sin embargo, cuando presentemos las rebajas, será el mismo mensaje para cada uno.
También podemos hacer otras agrupaciones y diseñar acciones específicas. Por ejemplo, podemos plantear una promoción específica para los clientes que no hayan comprado en los últimos seis meses.
Otra opción es crear una acción específica para los clientes que hayan comprado productos de una línea concreta. Por ejemplo, puedo enviarles información sobre sillas de ordenador a los clientes que han comprado un ordenador en los últimos meses.
La personalización en estas acciones es clave para que los clientes perciban que la comunicación no es indiscriminada. Esto evitará que resulte molesta y aumentará la efectividad de las acciones.
Algunas marcas aprovechan estos canales para conocer el nivel de satisfacción del cliente que ha hecho una compra o sus necesidades. Incluso he visto quien consulta ciertos aspectos del diseño de sus próximos productos.
Como vemos, la dinámica admite muchas posibilidades y cada comercio local puede elegir su propio camino para trabajar en la fidelización de sus clientes de manera activa.
Pensemos ahora en clave de área comercial urbana. ¿Se puede trabajar de manera activa en la fidelización de sus clientes? La respuesta es que se puede y se debe trabajar en ello. En algunos aspectos ya lo tratamos en el episodio 18, en el que hablamos con Raúl García Serapio sobre la dinamización del comercio local.
Pero es bastante sencillo plantear una adaptación del planteamiento de la fidelización en el comercio local para un área comercial urbana, así que vamos allá.
Estrategia de fidelización para un área comercial urbana
Decíamos antes que un área comercial urbana con clientes fieles conseguirá centrar el consumo y controlar la fuga a otras poblaciones y otros canales.
Para plantear algo parecido a un club de fidelización, se necesitará la creación de una marca para el comercio local. Esto es así porque facilitará que nos podamos fidelizar a algo menos abstracto que al conjunto del comercio local.
De hecho, puede ser una marca que aglutine el comercio, la hostelería, el ocio y el entretenimiento. Esto facilitará la creación de propuestas más interesantes y diversas.
Este punto es más importante de lo que parece. Mientras que los centros comerciales invierten en crear oferta de ocio y entretenimiento, muchos municipios no sacan partido a las actividades que organizan. De hecho, muchas de esas actividades pasan inadvertidas, y son oportunidades perdidas que el área comercial urbana puede aprovechar para atraer clientes o retenerlos.
Esta marca les sirve de paraguas para hacer una gestión activa de la fidelización y, como para los comercios, debe partir de uno o varios objetivos. En este caso, es probable que una marca que englobe al área comercial en su conjunto tenga que marcar objetivos distintos para clientes diferentes. Por ejemplo, en la mayoría de las áreas comerciales urbana s que conozco hay un reto importante en captar a los clientes más jóvenes.
A partir de esta segmentación, los pasos son los mismos que para los comercios, pero adaptados a su escala. Dentro de las estrategias se puede y se debe dar a conocer los comercios y los negocios del área comercial urbana a sus vecinos. Incluso, proveer de contenidos a los comercios y promover su participación en las acciones que organicen.
En fin, parece que tenemos una oportunidad en el comercio local y en las áreas comerciales urbanas de fidelizar a nuevos clientes. No sé si tendremos muchas más, así que toca trabajar de manera seria y profesional para aprovecharla.

Actualiza Retail con Celestino Martínez
Mi nombre es Celestino Martínez y soy director y consultor en la consultora Actualiza Retail donde trabajo con instituciones y universidades poniendo en marcha proyectos de actualización, dinamización y formación del comercio de ámbito nacional.
Cuento con más de 20 años de experiencia en el mundo del retail y soy autor en varios libros, como “Cien comercios vascos con los que aprender” . Dirijo y presento el podcast Actualiza Retail. También soy requerido como conferenciante y divulgador tanto por eventos profesionales como por medios de comunicación de España y Latinoamérica.
Si quieres poner en marcha un programa de actualización y dinamización del comercio local o buscas webinars, cursos y talleres online específicos para comercio local, tanto online como presenciales, puedes contactar conmigo aquí.
Si quieres más contenidos sobre la actualización de tu negocio de retail, el podcast Actualiza Retail está disponible en iVoox, en Apple podcasts, en Spotify y en otras plataformas de podcasting.
Agradecimientos
El episodio del podcast correspondiente a este post está patrocinado por Bolsalea, una empresa especializada en confeccionar y personalizar embalaje sostenible. Sus bolsas, guardatrajes y fundas se fabrican en España para empresas de retail de todos los tamaños, desde pequeñas tiendas de barrio hasta las marcas más grandes y conocidas.
La música y los efectos de sonido utilizados en el episodio son de Epidemic Sound. Las fotografías del post son de Unsplash, excepto la fotografía de Celestino Martínez, cuyo autor es Iban Montero.
Cómo ayudar a los emprendedores de comercio
Hoy hablamos de los emprendedores de comercio. De su papel en la actualización de la oferta comercial de las áreas comerciales urbanas y de cómo podemos ayudarlos a emprender con éxito. Pero, antes, quiero contarte una historia…
¿Prefieres escuchar la versión podcast?
Si quieres escuchar el episodio que se corresponde con este post, puedes clicar en el reproductor a continuación y, si no, puedes seguir leyendo.
De talento, inicios y emprendimiento
La hija pequeña José Manuel y Pilar empezó a cantar cuando tenía siete años. Como se le daba bien, sus padres la llevaron a estudiar música a la edad de diez años y, ya entonces, su talento llamó la atención de los profesores.
Pero el talento no fue suficiente para llegar a la final de un concurso de talentos y, de vuelta a casa, en su cabeza no dejaba de sonar una de las frases del jurado. “Tienes mucho potencial, pero aún no sabes sacarlo”
Otros hubieran abandonado, pero ella decidió dedicar todo el esfuerzo necesario para sacar ese potencial que sabía que tenía dentro. Así que siguió estudiando, aprendiendo de los mejores y rodeándose de talentos complementarios al suyo.
Diez años después de su fracaso en el concurso de talentos, Rosalía publica “El mal querer”, que incluye canciones como “Malamente”. En solo unos meses, se convierte en una estrella mundial.
Quizás te sorprenda que hable de Rosalía en un capítulo dedicado a los emprendedores de comercio, pero me parece un buen punto de partida. Por ejemplo, para que un emprendedor acepte que el talento no es suficiente para tener éxito. También para que entienda que adquirir los conocimientos adecuados y rodearse de buenos profesionales es determinante en el éxito del proyecto.
Hay quien dice, de manera despectiva, que el éxito de Rosalía se debe al marketing. Pero los que nos dedicamos al marketing, sabemos que no se puede hacer marketing sin un buen producto. Y no se puede tener éxito si ese producto no significa algo en la vida de otras personas. Así que igual tienen razón y los emprendedores debieran enfocarse en crear un proyecto que haga algo mejor la vida de las personas.
Después de todo, va a resultar que el éxito de Rosalía es marketing…
Nueva ola de emprendedores de comercio
Aunque el emprendimiento comercial no ha parado en los últimos años, podríamos pensar que el panorama actual ha desanimado a los emprendedores.
Como en cada una de las crisis anteriores, es razonable esperar que se produzca una nueva ola de emprendedores de comercio. Esto es algo que he podido observar ya en alguna de las últimas actividades que he desarrollado.
Quizás podríamos pensar que la situación actual del comercio es un freno para los emprendedores. Mientras tanto, en las calles de nuestras ciudades, unos negocios se cierran y otros se abren. A pesar de ello, es muy probable que vayamos a ver en un primer momento más cierres de negocios que aperturas.
Por lo que he visto, muchos de los nuevos negocios nos llevarán a asumir una visión más amplia del concepto de comercio y de tienda. Esta visión es más próxima a lo que englobamos cuando utilizamos el término retail.
Yo suelo llamar retail a todas las actividades que impliquen la venta de un producto o servicio entre un vendedor y un cliente, tanto si se hace en un entorno físico u online. En esta definición incluyo a una tienda de ropa o de alimentación, pero también a una peluquería, un restaurante y un gimnasio. Y es importante tener esta visión más abierta porque vamos a ver cómo nuestras calles se van a llenar de negocios de servicios y muchos formatos híbridos.
Cómo serán los nuevos comercios de los emprendedores
Lo de la hibridación en el comercio no es una novedad. Ya teníamos restaurantes en los que podíamos comprar productos y tiendas de alimentación en las que podemos comer y beber. Ahora, vamos a ver cómo las combinaciones de negocios y de formatos se van a hacer cada vez más diversas.
Por ejemplo, habrá muchos negocios en los que un mismo producto se pueda comprar para cocinarlo en casa, para calentarlo o para consumirlo en el mismo local. O negocios en los que te enseñarán a cocinar algo y te lo podrás comer allí mismo. La explotación de la sensorialidad es una gran oportunidad para plantear negocios atractivos y diferentes.
Pero si hay un tipo de negocio que va a proliferar entre los emprendedores de comercio es el que se basa en ofrecer un servicio. Muchos emprendedores eligen este tipo de negocio por vocación o por ser menos sensibles a la competencia online.
Además, la previsible bajada de los alquileres y la, por desgracia, amplia oferta de locales vacíos, facilitará la rentabilidad de proyectos que hasta ahora eran inviables.
De hecho, se espera que esta misma circunstancia haga que muchos negocios de servicios que solían ubicarse en los primeros pisos de zonas comerciales, “bajen” a la calle. Por esta razón, vamos a ver más clínicas dentales, consultas de fisioterapeutas, asesorías y negocios similares sustituyendo a tiendas y oficinas bancarias.

Cómo es el perfil del emprendedor de comercio
Cuando oímos hablar de emprendedores, enseguida nos viene a la mente la imagen de una persona joven, trabajando con un ordenador en un proyecto tecnológico. Hay otro estereotipo que es el de una persona de edad media, casi siempre un hombre con traje y corbata, relacionado con un proyecto empresarial.
Si quieres comprobar estos tópicos, no tienes más que hacer una búsqueda en Google a partir de la palabra emprendedor y seleccionar los resultados de imágenes. Como verás, te va a costar encontrar fotografías que puedas identificar con emprendedores de comercio.
En mi experiencia, el perfil del emprendedor de comercio tiene unas características muy heterogéneas, que podemos agrupar según ciertos criterios.
El primero es el del momento vital. Este punto divide a los que emprenden como primera opción y a los que lo hacen para dar un giro a su carrera profesional. Esta circunstancia, en sí misma, no marca diferencias. Lo que sí lo hace es cómo llegan al momento de emprender y cuánta relación tiene el emprendimiento elegido con su experiencia o sus estudios.
Porque resulta desconcertante encontrar todavía emprendedores sin experiencia ni conocimiento de la actividad a la que quieren dedicarse. Si a ello sumamos el desconocimiento de la gestión de un negocio en general, y de los aspectos más específicos de la gestión de un comercio, el desastre está asegurado.
A pesar de ello, lo más frecuente es encontrar a emprendedores que tienen experiencia o estudios relacionados con el sector en el que quieren emprender.
Además del momento y de la experiencia, otra característica es el grado de desarrollo del proyecto. En este punto encontramos de todo, desde proyectos muy avanzados, que solo hay que pulir, a proyectos apenas esbozados, que hay que ayudar a construir.
¿Es el comercio un buen sector para emprender?
Cuando hablamos de emprendimiento, enseguida pensamos en start ups y negocios digitales, pero el comercio sigue siendo uno de los sectores preferidos por los emprendedores.
Así lo refleja un estudio del Termómetro del Emprendedor en 2015, que concluye que el comercio es el sector más atractivo para los emprendedores. En el caso de las mujeres, esta opinión la compartían casi el 40% de las encuestadas. Quizás tras el impacto de la pandemia en algunos sectores estos porcentajes hayan cambiado, pero lo cierto es que sigue habiendo interés por emprender en comercio.
En muchos casos, los emprendedores de comercio buscan una opción de autoempleo. De hecho, aproximadamente la mitad de los participantes en los programas de emprendimiento comercial suelen ser desempleados.
Lo cierto es que tanto las barreras de entrada como las curvas de aprendizaje o la dificultad para facturar son más bajas que otros sectores que aparecen en el estudio, como la publicidad, el marketing o la construcción.
Sin embargo, se necesitan inversiones importantes y un nivel de profesionalización alto para tener oportunidades de éxito. Para cubrir estas dos necesidades suele haber programas de ayuda, formación y consultoría, pero sería recomendable que profundizasen en la profesionalización. Luego abordaré este punto, pero necesitamos que los emprendedores salgan al mercado con proyectos mejor preparados.
¿Hay espacio para los emprendedores de comercio?
Llevamos muchos años tratando de actualizar el comercio local, trabajando con más o menos acierto en la mejora de los comercios existentes. Tras el impacto de la pandemia en el comercio, son muchas las áreas comerciales urbanas en las que la situación está cerca de ser crítica.
Por un lado, están los cierres, que han afectado de manera distinta según el sector, la población o, incluso, el barrio. Estos cierres merman el atractivo comercial de calles y zonas enteras y empeoran la oferta básica que necesitan los vecinos para hacer sus compras.
Respecto a los comercios abiertos, una parte importante están gestionados por personas que están cerca de la jubilación. Por ello, muchos de estos negocios no van a cambiar nada, y tampoco tendría sentido que afrontasen grandes cambios. Además, aunque muchos de estos negocios son rentables y serían un buen punto de partida para un emprendedor, lo cierto es que los programas de transmisión de negocios no terminan de dar resultados. Por lo tanto, muchas de estas tiendas se irán cerrando en los próximos meses sin encontrar un relevo.
Otro buen número de comercios está a cargo de gestores que no se van a jubilar, pero se encuentran en una situación crítica. Muchos de estos negocios han empalmado las consecuencias de la crisis de 2008 con las de la pandemia del covid y solo están pensando en cómo aguantarán un mes más. En esta situación, tampoco van a cambiar nada, y muchos de ellos cerrarán durante los próximos meses.
Por último, hay un grupo de comercios que, en principio, no están en riesgo de cierre inminente. Entre ellos distinguiremos tres tipos de comercio, en los que veremos el papel que pueden cumplir los emprendedores de comercio.

Por qué necesitamos más emprendedores de comercio
Separaremos estos comercios entre actualizados y actualizables.
Como imaginas ya, los comercios actualizables son aquellos que ya no satisfacen adecuadamente las necesidades y expectativas de la clientela. En muchos casos, han ido reduciendo su cifra de negocio en los últimos años y sobreviven gracias a la clientela más clásica, la proximidad y el consumo más militante.
Dentro de los comercios actualizables, hay dos actitudes distintas, independientemente de que sean conscientes o no de la situación: los que quieren actualizarse y los que no.
Por otro lado, tenemos a los comercios actualizados, de los que una parte son lo que suelo llamar comercios tractores. Estos comercios suelen ser los que dan brillo y carácter a las áreas comerciales urbanas. Son los que traccionan la actividad y suelen convertirse en espejo y referencia para los comercios que quieren actualizarse. La mayoría de ellos son innovadores, van por delante y, por ello, no suelen encontrar atractivo en las actividades que organizan las instituciones ni las asociaciones de comercio.
Como vemos, el futuro de un área comercial urbana depende casi exclusivamente de que unos pocos comercios se mantengan y de que otros pocos se actualicen. Mientras tanto, el atractivo depende en gran medida de los comercios tractores.
Y aquí es donde entran en juego los emprendedores de comercio porque los mejores proyectos de emprendimiento comercial suelen convertirse en comercios tractores desde el inicio. Para ellos es más fácil convertirse en tractores que para un comercio actualizable, que está condicionado por su estructura actual, el local o el stock acumulado.
Así que cuando ayudamos a los emprendedores de comercio a salir mejor preparados al mercado, estamos invirtiendo en el futuro y en el valor del área comercial urbana.
Cómo fomentar el emprendimiento comercial
Con alguna que otra excepción, la forma más habitual de ayudar a los emprendedores ha sido a través de programas de formación y consultoría. Sin embargo, son pocas las instituciones que han puesto en marcha programas o acciones para fomentar el emprendimiento.
Para fomentar esta actividad emprendedora hay que plantearse casi una venta, tenemos que encontrar al emprendedor potencial y ayudarle a imaginar su futuro negocio. Para ello, en algunas ciudades, como Murcia o Santurtzi, han utilizado locales vacíos para lanzar mensajes que sugieran el negocio que podría iniciarse en ellos.
En el caso de Murcia, se trataba de instalaciones artísticas que llamaban la atención de los transeúntes y que se combinaban con visitas guiadas en las que se presentaban los locales. Si quieres saber más de esta acción, puedes escuchar el capítulo 20 en el que hablaba de escaparatismo con Helia de San Nicolás, que fue quien la diseñó.
En el caso de Santurtzi, han optado por vinilar los escaparates y mostrar una combinación de diseño y mensajes para transmitir la idea de que el local “está abierto a nuevas ideas y oportunidades”. Esta campaña se complementará con otra en la que se trasladará a los interesados las ventajas de desarrollar su negocio en la localidad.
Esta parte informativa es esencial porque hay que animar a los emprendedores potenciales, pero también tienen que conocer la parte más compleja de la gestión de un comercio. Sobre todo, tienen que poder visualizar cuál será el camino que tengan que recorrer y cómo se les va a ayudar y acompañar en ese trayecto.
Importancia de la especialización de los programas de ayuda
Hay muchos programas de ayuda a los emprendedores, pero pocos específicos para el emprendimiento comercial. Esto se nota en el contenido de muchos programas, que dejan fuera aspectos específicos que pueden ser determinantes para el proyecto. Por ejemplo, una mala elección del local puede hacer que fracase un buen proyecto de comercio.
Pero, claro, para elegir bien el local es imprescindible tener bien definida la estrategia del negocio o haber hecho una pequeña reflexión sobre el mercado. Incluso sería recomendable tener una idea aproximada de cómo será la experiencia de compra que se va a ofrecer.
Estos aspectos, y otros más específicos como el branding o el visual merchandising, suelen quedar fuera de la mayoría de programas de ayuda a los emprendedores. Además, se suele poner mucho foco en el uso de herramientas tecnológicas y se dedica poco tiempo a la parte más estratégica del negocio. Así que luego nos encontramos que, sin un modelo de negocio bien definido, es muy difícil tomar decisiones acertadas respecto a la elección del local, del mobiliario o de los equipos informáticos.
Por otro lado, algunos programas de ayuda que sí están más focalizados en los emprendedores de comercio, tienen una concepción del comercio un tanto tradicional. Debido a ello, ciertos negocios relacionados con los servicios o la hostelería quedan fuera de estos programas o de sus contenidos.
Curiosamente, esto va en contra de dos de las tendencias más fuertes del mercado: la hibridación y la proliferación de negocios de prestación de servicios. Por ello, quizás sería mejor hablar de empresas comerciales urbanas en lugar de comercios.

Qué tener en cuenta para diseñar los programas de ayuda
Como decía antes, en todos los programas de ayuda en los que he participado he encontrado proyectos con distinto grado de desarrollo. Ya sean talleres o cualquier otro formato, en estos programas coinciden emprendedores con proyectos avanzados con otros que participan simplemente para asegurarse de que quieren emprender. Por otro lado, dentro de los avanzados suelo encontrar proyectos que parecen realizables y otros claramente inviables.
Lo curioso es que unos y otros consumen los mismos recursos, y no parece la manera más eficiente de emplearlos. Por eso, una primera fase de cualquier programa de ayuda a los emprendedores de comercio debiera crear dos itinerarios: uno básico y otro avanzado.
El objetivo principal del itinerario básico sería el de ayudar a los emprendedores a decidir si el emprendimiento comercial es la salida profesional que realmente les conviene. A partir de este punto, habrá quien continúe y quien no, y los que decidan continuar podrían pasar al avanzado.
Por otro lado, el objetivo principal del programa avanzado debiera ser el de facilitar que los proyectos que lleguen al mercado sean exitosos. Esto supondrá trabajar en la viabilidad del proyecto, y debe hacerse tanto desde lo teórico como a través del prototipado.
Como se adivina, esta primera fase o fase previa de un programa de ayuda a los emprendedores de comercio, serviría como un primer filtro. Con este filtro, se ayudaría a los emprendedores indecisos a tomar la decisión de emprender o no y se facilitaría la viabilidad de los proyectos avanzados.
En algún programa en el que he participado, se planteaba esta fase previa como un concurso para acceder a los programas de ayuda. Es una buena idea porque hace que los emprendedores trabajen con objetivos, ya que, además, el concurso tenía una dotación económica.
Cómo deben ser los programas de ayuda a los emprendedores de comercio
Si la fase previa está bien hecha, los proyectos que lleguen a un programa de ayuda a los emprendedores de comercio deberían estar avanzados y ser viables. Esto implicaría tener claro el modelo de negocio, y lo cierto es que pocas veces he encontrado este punto de partida bien resuelto.
Por ejemplo, he encontrado a muchos emprendedores que no conocían los márgenes comerciales de los productos que van a vender. La mayoría no habían contactado con posibles proveedores y, por supuesto, no sabían cuánto tendrían que facturar al mes para cubrir los gastos. Sin embargo, ya estaban buscando un local y alguno lo tenía reservado.
A partir de tener claro el modelo de negocio, y aunque sea a un nivel básico, hay que bocetar la experiencia de compra que se va a ofrecer al cliente. Si no sabemos cómo vamos a vender, es muy fácil elegir mal el local o que sea el local el que condicione la experiencia.
Además, los programas de ayuda tienen que incluir aspectos básicos de branding, que tendrán un gran peso en la credibilidad de la propuesta comercial. Desde la elección de los colores corporativos y el diseño del logotipo hasta el diseño del tono de la comunicación, todo son decisiones de branding.
También son imprescindibles los contenidos introductorios en visual merchandising. Por ejemplo, los básicos del escaparatismo, la organización y presentación del producto en tienda o el uso de cartelería informativa.
Además, hay una serie de habilidades blandas como el conocimiento del comportamiento del consumidor y los básicos de atención al cliente.
Como vemos, más allá del plan de negocio y del uso de herramientas digitales, hay muchos otros aprendizajes que van a facilitar el éxito de los emprendedores de comercio.
Quiénes deben ayudar a los emprendedores de comercio
Quizás lo que voy a decir parezca una obviedad, pero la realidad me obliga a decirlo. En los programas dirigidos a emprendedores de comercio debe haber profesionales con experiencia en comercio.
Digo esto porque, a menudo, he encontrado a profesionales que conocen la materia que imparten, pero desconocen la realidad del comercio local. Así que, partiendo de ejemplos de grandes multinacionales, no dimensionan correctamente las necesidades reales de los futuros comerciantes.
El resultado de este tipo de asesoramiento es el sobregasto de recursos del proyecto en ciertos aspectos del negocio mientras que otros se descuidan. Suelo decir que es como comprar un camión de 16 ruedas para repartir pan por el pueblo.
La visión transversal de un profesional con experiencia en comercio ayudará al proyecto a trabajar de manera consistente en todas las áreas del negocio. Además, esta visión transversal también ayudará al emprendedor a distinguir en que áreas debe formarse y en cuáles debe contratar un servicio especializado.
De esta manera evitaríamos que los emprendedores caigan en “el síndrome del gestor supertendero”, que tanto ha perjudicado a los comerciantes locales en los últimos años.

La importancia de ayudar a los emprendedores de comercio
Como decía antes, el futuro de un área comercial urbana depende casi exclusivamente de que unos pocos comercios se mantengan y de que otros pocos se actualicen. Y el atractivo depende principalmente de los comercios tractores.
Por tanto, la manera más eficiente de asegurar el futuro de un área comercial urbana y de aumentar su atractivo pasa por aumentar el número de comercios tractores. La manera de conseguirlo es, por un lado, actualizando los comercios existentes y, por otro, ayudando a los emprendedores de comercio.
Para ello, necesitaremos programas de fomento y de ayuda del emprendimiento comercial. Programas adecuados a la situación actual con los que, de verdad, se impulsen los proyectos de nuestros emprendedores.
Porque cuando ayudamos a los emprendedores de comercio a salir mejor preparados al mercado, estamos invirtiendo en el futuro y en el valor de nuestras áreas comerciales urbanas.

Actualiza Retail con Celestino Martínez
Mi nombre es Celestino Martínez y soy director y consultor en la consultora Actualiza Retail donde trabajo con instituciones y universidades poniendo en marcha proyectos de actualización, dinamización y formación del comercio de ámbito nacional.
Cuento con más de 20 años de experiencia en el mundo del retail y soy autor en varios libros, como “Cien comercios vascos con los que aprender” . Dirijo y presento el podcast Actualiza Retail. También soy requerido como conferenciante y divulgador tanto por eventos profesionales como por medios de comunicación de España y Latinoamérica.
Si quieres poner en marcha un programa de actualización y dinamización del comercio local o buscas webinars, cursos y talleres online específicos para comercio local, tanto online como presenciales, puedes contactar conmigo aquí.
Si quieres más contenidos sobre la actualización de tu negocio de retail, el podcast Actualiza Retail está disponible en iVoox, en Apple podcasts, en Spotify y en otras plataformas de podcasting.
Agradecimientos
El episodio del podcast correspondiente a este post está patrocinado por Bolsalea, una empresa especializada en confeccionar y personalizar embalaje sostenible. Sus bolsas, guardatrajes y fundas se fabrican en España para empresas de retail de todos los tamaños, desde pequeñas tiendas de barrio hasta las marcas más grandes y conocidas.
La música y los efectos de sonido utilizados en el episodio son de Epidemic Sound. Las fotografías del post son de Unsplash, excepto la fotografía de Celestino Martínez, cuyo autor es Iban Montero.
Mala experiencia de compra: Cuánto le cuesta a tu negocio
Hoy hablamos del coste que tiene una mala experiencia de compra en tu negocio y en tu área comercial urbana. Lo haremos comparando dos experiencias, una buena y otra mala, desde la óptica del cliente. Pero, antes, quiero contarte una historia...
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No es tiempo de vestidos
Nunca imaginamos que en aquella tienda diminuta encontraríamos la solución a nuestro problema. Pero ya no nos quedaban más opciones, así que decidimos entrar.
Llevábamos toda la mañana de aquel sábado de agosto, buscando un vestido para una boda entre todas las tiendas de Bilbao. El final de agosto no es un buen momento para comprar ropa porque ya casi no queda nada de rebajas, pero todavía no ha llegado lo nuevo. Además, en esas fechas son las fiestas de Bilbao, y muchas tiendas aprovechan para cerrar.
Decididamente, no era un buen momento para comprar un vestido, pero no teníamos otra opción. Un amigo nos había invitado a su boda en el último momento y apenas teníamos tiempo para prepararnos.
Así que nuestra última esperanza era aquella tienda diminuta, con poco más de tres docenas de vestidos repartidos en dos percheros. Al entrar, una señora nos dio la bienvenida desde la puerta de los probadores. Llevaba un alfiletero en la muñeca y atendía a la única clienta que había en la tienda.
Mientras lo hacía, revisamos uno a uno los vestidos de los dos percheros. No tardamos demasiado en comprobar que, a pesar de que había alguno que nos gustaba, todos eran de tallas más grandes de la que necesitábamos. Tras una nueva decepción, nos despedimos al mismo tiempo que avanzamos hacia la puerta.
La magia de Amelia
En ese momento, la vendedora miró hacia nosotros y dijo:
- Si podéis esperar dos minutos, creo que tengo algo para vosotros.
Nos miramos encogiendo los hombros y esperamos. No teníamos nada que perder.
En cuanto dejó a la clienta en el probador, la vendedora, que luego se presentaría como Amelia, nos acompañó a uno de los percheros. De allí sacó un vestido y le dijo a mi mujer:
- Desde que has entrado, sabía que este vestido era para ti.
Efectivamente, el vestido nos había gustado, pero era varias tallas más grande de lo que necesitábamos.
- No te preocupes - dijo Amelia - aquí todos los vestidos son grandes porque los desmontamos, los cortamos y los volvemos a coser para ajustarlos a cada clienta. Pruébatelo. Verás, en cuanto lo ajuste con unos alfileres, lo bien que te va a quedar.
En cuanto mi mujer salió del probador, Amelia comenzó a colocar alfileres en zonas estratégicas, mientras moldeaba la tela con sus manos. Como si hiciese magia, en unos segundos había transformado un vestido grande y sin forma en la solución que buscábamos.
Después, con la misma habilidad que tenía poniendo alfileres, ajustó los plazos a nuestra situación.
- Si vienes el lunes con los zapatos que vas a llevar, te ajusto el vestido y lo preparo para la primera prueba. Una vez hilvanado, hacemos la segunda prueba y, aunque algo fuese mal, lo tendrías antes de quince días.
Así fue: en el último momento, encontramos un vestido que nos gustaba, con un servicio que no esperábamos y un precio sorprendentemente razonable para la calidad de producto y servicio.
Desde entonces, y hasta que cerró el negocio, no hubo un evento en el que mi mujer no llevase un vestido de la diminuta tienda de Amelia.

¿Cuánto me cuesta dar una mala experiencia de compra?
Cuando somos compradores, solemos tener claro el riesgo para un negocio de dar una experiencia mediocre o mala a sus clientes. A no ser que no tengamos otra elección, no solemos dar demasiadas oportunidades a los negocios que han defraudado nuestras expectativas.
A veces somos capaces de darles otra oportunidad si entendemos que la mala experiencia que hemos vivido está ocasionada por una situación puntual. Pero no solemos arriesgarnos, especialmente en la compra de servicios y sobre todo si el resultado es irreversible. Por ejemplo, si la mala experiencia de compra ha sido en una cena de celebración en un restaurante o ha finalizado con un corte de pelo defectuoso en una peluquería. En ambos casos, el resultado es irreversible. Los recuerdos de una celebración no se pueden cambiar y el pelo necesitará su tiempo para crecer.
En estos ejemplos podemos imaginar que la probabilidad de perder a un cliente será muy alta. Sin embargo, si le ponemos números a esta probabilidad lo vamos a entender mejor.
Según un estudio reciente, el 73% de los consumidores dejan de ser fieles a una marca después de tres malas experiencias de compra.
Quizás esta cifra te pueda parecer razonable. Incluso puede que pienses que es muy difícil que llegues a dar tres malas experiencias a un cliente. Pero el mismo estudio nos da otro dato preocupante: el 44% de los clientes no se queja de una mala experiencia de compra. Esto significa que más de la mitad de las malas experiencias de compra de tus clientes van a ser invisibles para ti. Y si no sabes que existen, mucho menos podrás saber qué es lo que ha fallado.
Qué es la experiencia de compra
Para saber si estamos ofreciendo una mala experiencia de compra a nuestros clientes, lo primero que debemos saber es qué es la experiencia de compra.
Llamamos experiencia de compra a cada experiencia puntual que un cliente vive en un proceso de compra, independientemente de que termine en una compra.
Como decía en el episodio dos, en el que hablaba de la experiencia de cliente, no hay dos experiencias de compra iguales. Incluso el mismo cliente en el mismo negocio vivirá una experiencia distinta en cada visita. Esto es así porque cada cliente tiene necesidades, expectativas y vivencias diferentes. Además, hay muchos factores que cambiarán de una visita a otra. Por ejemplo, la experiencia de compra será diferente si el cliente va solo o acompañado. También será distinta si visita la tienda entre semana o en fin de semana o si últimamente ha conocido otros negocios con experiencias mejores.
Por tanto, las experiencias de compra son las vivencias individuales que cada cliente experimenta en cada proceso de compra. Este proceso incluye las fases que se dan antes, durante y después de la compra y el disfrute del producto o servicio.
Detrás de las buenas experiencias de compra hay un proceso de diseño. Según el comerciante, este proceso es más o menos consciente y abarca distintos aspectos del negocio. En muchas marcas de retail este diseño se hace siguiendo una serie de metodologías y respondiendo a una serie de estrategias y recibe el nombre de experiencia de cliente.
Por resumir, podríamos decir que la experiencia de cliente es un proceso de diseño que facilita la prestación de buenas experiencias de compra.

Experiencia de compra memorable
En los últimos años se ha hablado mucho de experiencia en el comercio y se ha aplicado en muchos ámbitos. Esto ha hecho que se hayan asentado ciertas visiones en el sector que son confusas y peligrosas.
Una de ellas es la de la experiencia de compra memorable, que algunos llaman experiencia WOW. Esta experiencia tiene como objetivo superar las expectativas del cliente y la historia que he contado en el inicio puede ser un buen ejemplo.
Pues bien, a pesar de lo atractivo que parezca este tipo de experiencias y salvo excepciones, no suelen ser muy recomendables. Y no lo son por dos razones.
La primera razón es que suelen estar basadas en un nivel de servicio muy alto. Esto hace que solo sean amortizables en negocios puramente de servicios o que vendan productos de precios y márgenes altos.
La segunda razón es que no suelen ser fácilmente replicables. Esto es así porque se basan en la capacidad de una o muy pocas personas de prestar un servicio de gran valor. Esto implica grandes inversiones en formación, y no siempre se consigue el objetivo.
Mala experiencia de compra vs buena experiencia
Esto no quiere decir que las experiencias memorables sean imposibles de rentabilizar para un negocio. Pero lo cierto es que no es fácil porque en la mayoría de sectores la competencia deja poco margen de maniobra. Sin embargo, lo que sí es asequible es ofrecer una experiencia de compra que esté a la altura de las expectativas del cliente.
Para conseguirlo, tienes dos tareas. Primero tendrás que conocer profundamente a tu cliente y, después, saber qué aspectos de la experiencia tienes que alinear con sus expectativas.
Para la primera de ellas, puedes repasar el episodio 13 en el que hablaba de la definición del mercado objetivo. También te ayudará saber cómo escuchar al cliente, como te contaba en el episodio 23.
Para facilitarte la segunda tarea, hoy te voy contar dos experiencias, una mala y una buena. En este relato, mi intención es que aprecies las diferencias en cada uno de los puntos de contacto de cada experiencia. Además, me gustaría que lo vieras desde el punto de vista del cliente. Por ello, he elegido dos experiencias propias que he vivido en dos peluquerías.
En lugar de contarte una experiencia y luego otra, te iré contando como resuelve cada una un mismo punto de contacto. Así podrás ver cómo unas pequeñas diferencias en cada punto, suponen una gran diferencia en la experiencia global. Tanta diferencia que, como puedes imaginar, la mala experiencia de compra hizo que cambiase de peluquería mientras que la buena me fidelizó.
Utilidad para tu experiencia de compra
Si eres un comerciante, esta visión debería ayudarte a repensar la experiencia que ofreces en tu tienda y ayudarte a mejorarla. Si eres un técnico de comercio, te servirá para evaluar mejor la calidad de las experiencias de compra que se están ofreciendo en tu área comercial urbana.
Pero, independientemente de que seas comerciante o técnico, vas a darte cuenta de algunas cosas relacionadas con la experiencia de compra. La primera es que tu cliente va a tener en cuenta muchos más puntos de su experiencia de los que crees para decidir si esta es buena o mala. Además, muchos de los puntos que considere más importantes no van a coincidir con los que tu piensas. Es probable, incluso, que alguno de estos puntos importantes haya sido invisible para ti.
También verás que ni siquiera un precio más bajo compensa una mala experiencia de compra. A pesar de ello, son muchos los comerciantes que siguen descuidando sus experiencias. En muchos casos, porque no han recibido ni la formación ni el asesoramiento adecuado. Y cuando han escuchado hablar del tema, es para que les cuenten experiencias memorables de marcas multinacionales con recursos casi infinitos.
Mientras tanto, muchos clientes terminan abandonando ciertos comercios, aburridos de experiencias malas o muy pobres. Porque no deberíamos olvidar que son las buenas experiencias las que hacen que los clientes vayan a las tiendas.

Punto de partida
Bien, pues ahora que ya tenemos claro el contexto y los objetivos, vamos a repasar las dos experiencias. Lo haremos comparando los puntos de contacto de una y de otra agrupados por escenas. Para facilitar las cosas, llamaremos Peluquería 1 a la que pondré como ejemplo de mala experiencia de compra y Peluquería 2 a la buena.
Por otro lado, sería muy fácil comparar una única experiencia de uno y otro negocio, pero no sería muy justo. Por eso, como he sido cliente de los dos negocios durante tres años, trataré de hacer una media entre las aproximadamente 15 experiencias que habré vivido en cada negocio.
Escena 1/ Teléfono - Web: Reserva de cita
Como todos los puntos de contacto de la experiencia, la reserva de cita es una ocasión en la que se pueden marcar diferencias y anticipar el tipo de experiencia posterior. Aquí entran en juego la disponibilidad, la flexibilidad y la comodidad para el cliente.
Uno de los aspectos que más valoraba de la Peluquería 1 era que casi siempre podía encontrar una hora disponible el día que lo necesitaba. Solo tenía que llamar con uno o dos días de antelación. Además, abría los lunes y estaba situada en una zona donde el acceso era fácil y el aparcamiento gratuito.
En la Peluquería 2 encontré la misma disponibilidad. No era difícil reservar una cita y, además, podía elegir a mi peluquero o peluquera habitual. Esto no era posible en la Peluquería 1, entre otras razones, porque el personal cambiaba muy a menudo. Iremos viendo las implicaciones que tiene este punto.
Hay otra diferencia en el procedimiento de la reserva de la Peluquería 2, y es que puedo hacerla por teléfono o a través de su web. Como estoy registrado, recibo un email con los datos de la reserva en el momento de hacerla y otro email de recordatorio el día de la cita.
En cuanto a la accesibilidad, puedo llegar en metro en unos pocos minutos si estoy en Bilbao, así que aprovecho cuando tengo algo que hacer allí. También puedo ir en coche, pero no es un trayecto rápido y el aparcamiento en la zona no es sencillo.
Escena 2/ Fachada - web - RRSS: Primeras impresiones
Uno de los primeros puntos de contacto con cualquier negocio físico es la fachada. Los materiales, el rótulo, la información y la parte del negocio que se ve desde fuera generan unas percepciones determinadas.
En los dos casos las impresiones eran buenas y trasladaban la imagen de una peluquería moderna, unisex y con toques de lujo y diseño. Esta última percepción es mejor en la Peluquería 2, en la que destaca el diseño del espacio y la utilización de la luz.
Si tuviera que buscar un punto a mejorar, en los dos negocios faltaba una referencia de precio que permitiese sacar una conclusión rápida desde el exterior. Es decir, que muchos clientes potenciales podrían pensar que un negocio con unas instalaciones y un diseño tan cuidado podría tener un precio más alto.
En cuanto a las primeras impresiones digitales, no puedo hacer comparaciones porque la Peluquería 1 cerró unos meses después de que decidiese dejar de ser cliente. Pero, como estamos repasando los puntos de contacto por los que pasa el cliente, destacaré este aspecto de la Peluquería 2.
Cuando un cliente potencial busca información y opiniones en internet o en determinadas redes sociales, trata de despejar una serie de dudas para asegurar su elección y evitar una mala experiencia de compra. Para una peluquería, querrá conocer los servicios que ofrecen, su coste y, sobre todo, ciertas garantías. Las principales garantías que necesita un cliente potencial de una peluquería suelen ser la capacidad los estilistas para entenderle y las referencias de otros clientes satisfechos.
En todos estos casos, la Peluquería 2 aprueba con nota muy alta. Destacan especialmente las valoraciones de los clientes que, además de su profesionalidad y precio ajustado, subrayan el aspecto humano del equipo.

Escena 3/ Recepción: Primer contacto y acogida
A todos se nos ocurre que el primer contacto con un cliente es crucial. Esto es así porque el cliente llegará todavía con ciertas dudas y, sobre todo, con muchas expectativas que habrá que cumplir.
En mi caso, prácticamente he olvidado mis primeros contactos en las dos experiencias. Sin embargo, recuerdo que durante la primera reserva de cita de la Peluquería 2 detectaron que era un cliente nuevo y lo tuvieron en cuenta para la primera acogida. Esto lo hizo la persona que estaba en recepción que, después de recoger mi chaqueta, me presentó a la que sería mi peluquera.
En las siguientes acogidas, es mi peluquera o peluquero quien me recibe y, llamándome por mi nombre, me invita a pasar al sillón o a esperar en la zona de espera. Quizás parezca un detalle pequeño, pero me llamó la atención que en la Peluquería 2 me llamasen por mi nombre desde el primer día. En tres años como cliente de la Peluquería 1 nadie me había llamado por mi nombre. Esto era porque el personal cambiaba mucho, lo que acababa haciendo que el trato fuese más impersonal.
De la misma manera, casi desde el primer día tenía una ficha de cliente en la Peluquería 2, lo que me facilitaba hacer las reservas y hacía posible que me llegase una felicitación de Navidad. Al contrario, en la Peluquería 1 siempre tuve que repetir mis datos en cada visita y, por supuesto, nunca me llegó ninguna felicitación ni otro tipo de comunicación.
Escena 4/ Zona de espera: Espera
En cuanto a la zona de espera, la de las dos peluquerías era frente a recepción, donde había unos asientos y unas revistas, pero aquí acaban los parecidos. Como veremos, la mala experiencia de compra de la Peluquería 1 comenzaba ya en este punto.
La diferencia estaba en la comodidad, especialmente en horas punta. La zona de espera en la Peluquería 1 estaba situada en el mismo pasillo de entrada, que no era muy ancho. Esto hacía que, a menudo, coincidiesen los clientes que esperaban, los que estaban pagando, los que llegaban y los que pasaban a reservar cita.
Hay que recordar que el proceso de pago en una peluquería implica que te devuelvan tu chaqueta y tu bolso, por lo que se necesita espacio y tiempo para desarrollarlo cómodamente.
Esto está mejor resuelto en la Peluquería 2 por dos motivos. El primero es que cuenta con una zona específica de espera y recepción, de buen tamaño e independiente de los pasillos de acceso a las zonas de servicio. Además, estas zonas están repartidas en dos alas, así que cada una tiene un pasillo propio desde la entrada. Esto evita aglomeraciones y facilita una buena acogida y un proceso de pago cómodo.
Escena 5/ Zona de corte: Acomodo
La zona de corte marcaba otra diferencia importante entre las dos peluquerías. En la Peluquería 1, los sillones estaban dispuestos en dos filas paralelas a lo largo del local. Además, estaban bastante juntos entre sí y no había distinción entre las zonas de corte de mujer y de hombre.
Sentado en el sillón, era muy fácil escuchar y ver todo lo que pasaba a tus lados y detrás de ti. Esta situación no era muy relajante, ni visual ni acústicamente. Otro punto más para sumar a la mala experiencia de compra.
Al contrario, en la Peluquería 2 hay una zona de barbería y otra de peluquería. En las dos hay una única fila de sillones y detrás de cada fila solo hay un fondo neutro. Esto hace sea más fácil ver tu proceso de corte en el espejo y ver a tu estilista mientras hablas con él, ya que tú no te puedes mover. También es más relajado visual y acústicamente, al haber menos personas en el espacio.
Y ya que hablo de acústica, voy a resaltar otra diferencia importante: la ambientación musical, imprescindible en una peluquería para hacer que los clientes se sientan relajados.
Resumiré la importancia de la ambientación musical en dos aspectos: proporciona intimidad y, si se hace bien, potencia ciertas sensaciones.
Hacerlo bien supone utilizar una música concreta, con una calidad mínima y a un volumen adecuado. Esto lo hacen muy bien en la Peluquería 2 y lo hacían fatal en la Peluquería 1. Como tenían altavoces de poca calidad, necesitaban subir mucho el volumen para proporcionar intimidad, consiguiendo un sonido estridente y desagradable. Además, utilizaban estilos musicales que, de por sí, ya eran estridentes. El resultado final era de todo menos relajante.

Escena 6/ Zona de corte: Comienza el corte
Una vez hechos los saludos, el corte comienza con una pequeña conversación en la que el estilista pregunta cómo queremos el corte. Bien con indicaciones más precisas o más generales, esta conversación es fundamental para evitar sorpresas.
En la Peluquería 2 casi siempre me corta el pelo la misma persona, así que ya sabe cómo es el corte. Yo solo tengo que decirle si lo quiero más o menos corto. Como las variaciones son muy pocas y como me ha cortado el pelo muchas veces, no suele haber sorpresas. El resultado final suele ser muy parecido a lo que llevo en mente.
Antes he dicho que el personal de la Peluquería 1 cambiaba muy a menudo y que esto tenía varias implicaciones. Una de ellas es que casi nunca me cortaba la misma persona que en la ocasión anterior. Esto suponía, por un lado, que en cada nueva visita tenía que explicar el corte. Por otro lado, como siempre empezábamos desde cero, las posibilidades de que el resultado final se pareciese a lo que yo quería, eran muy bajas. De hecho, en alguna de las peores experiencias de compra salí muy disgustado con el resultado final.
Había otra consecuencia de que el personal de la Peluquería 1 rotase tanto. Las conversaciones que se producían mientras duraba el proceso eran como las de ascensor, porque siempre empezaban desde cero. Así que solían ser aburridas y un tanto forzadas.
Sin embargo, en la Peluquería 2 hace tiempo que hay cierta familiaridad en las conversaciones porque, visita a visita, hablamos del trabajo, de aficiones o de algún tema de actualidad.
Pasando de un tema a otro, van cayendo los mechones de pelo y llega el momento del lavado de cabeza.
Escena 7/ Zona de lavado: Lavado de cabeza
Estarás de acuerdo conmigo en que el lavado de cabeza es uno de los momentos más relajantes y agradables de la experiencia en una peluquería.
Sin embargo, este era el gran punto negativo en la mala experiencia de compra de la Peluquería 1. Para empezar, según quién me cortase, me empapaba el pelo con un pulverizador y no me lavaba la cabeza. En otras ocasiones me lavaban la cabeza, pero no ajustaban bien el reposacabezas, así que acababa con dolor de cuello o con la ropa mojada.
Inexplicablemente, había un foco y un altavoz justo encima del reposacabezas. Así que, en lugar de estar relajado, me encontraba mirando al techo en una postura incómoda, con un foco apuntando a mis ojos y con una desagradable banda sonora. Por si no era suficiente, la persona que me lavaba la cabeza tenía que hablarme a gritos al encontrarse debajo de un altavoz.
El lavado de cabeza, al contrario, es uno de los puntos fuertes de la experiencia de compra de la Peluquería 2. Una vez que termina el corte, pasamos a la zona de lavado, en la que la iluminación es más baja que en la zona de corte. Tras ajustar el reposacabezas, mi estilista me pide que levante las piernas porque el sillón tiene reposapiés. Mientras se va ajustando la temperatura del agua, pulsa el botón que activa el masajeador de espalda.
Con el segundo enjabonado, comienza a masajear mi cabeza y pausa la conversación para que me concentre en el momento. Muchas veces he llegado a relajarme tanto que he estado a punto de quedarme dormido. Después de un cuidadoso secado con una toalla, volvemos a la zona de corte a hacer los ajustes finales.
Escena 8/ Zona de corte: Ajustes finales
Después del lavado, llega el momento de hacer pequeños ajustes, como igualar la medida de las patillas, secar el pelo y peinar. En este punto ya puedes valorar el resultado final, cuánto se parece a tu idea inicial.
En la Peluquería 1, este punto era muy variable, no había un término medio. Esta era otra consecuencia de la rotación del personal. En muchos casos quedaba suficientemente contento, pero en bastantes casos, el resultado final era bastante malo y el colofón a una mala experiencia de compra.
Mientras tanto, en la Peluquería 2, al ser siempre las mismas personas las que me cortan el pelo, no suele haber sorpresas en el resultado final. Incluso, de vez en cuando, me animan a probar un corte distinto o un peinado nuevo y aciertan.

Escena 9/ Recepción: Despedida y pago
Una vez terminado el proceso, solo queda despedirse y pagar.
En la Peluquería 1, la persona que me había hecho el corte, se despedía en el mismo sillón. Mientras yo iba a recepción a pagar, se quedaba limpiando el suelo y el instrumental. Ya en recepción, me devolvían la chaqueta y me cobraban el servicio.
La diferencia en este punto con la Peluquería 2 es que la estilista me acompaña a recepción y ella se encarga de hacer todo el proceso. En alguna ocasión ha aprovechado ese momento para darme alguna muestra de algún producto y, en Navidad, de algún obsequio.
Una vez hecho el pago, nos despedimos hasta la próxima visita.
Escena 10/ Redes sociales: Recuerdo de marca
En la venta de un servicio como es la peluquería, que no es de consumo diario, es importante que el cliente no te olvide. Esto es lo que en marketing llamamos recuerdo de marca.
La manera más sencilla de conseguirlo es a través de publicaciones en las redes sociales o de mensajes de correo electrónico o WhatsApp.
La Peluquería 1 nunca me pidió datos para contactar y nunca llegué a tener una relación con ellos que me hiciese interesarme por seguir sus redes sociales. Sin embargo, sí que sigo las redes de la Peluquería 2, y como he dicho antes, recibo mensajes de vez en cuando. Así me entero de nuevos servicios, promociones o sorteos.
Costes de una mala experiencia de compra
Ahora que hemos repasado todos los puntos de la experiencia de compra y hemos llegado al pago, creo que conviene hacer una precisión. En el momento en el que decidí probar el servicio de la Peluquería 2, el coste era un 20% superior al de la Peluquería 1.
A pesar de ello, si comparaba las experiencias de compra, la de la Peluquería 1 me parecía más cara que la de la Peluquería 2. En palabras técnicas, podría decir que la manera en la que estaba resuelto cada punto de contacto era claramente mejor. Otra manera de verlo es que la experiencia de la Peluquería 2 cumplía mejor mis expectativas.
Como ves, una mala experiencia de compra inutiliza el potencial comercial del precio y es el mejor camino para perder clientes. Al contrario, una buena experiencia de compra puede salvar diferencias de precio y captar y fidelizar a nuevos clientes.

Identificar la mala experiencia de compra en un comercio
Si eres un comerciante, seguro que después de esta comparativa te estás preguntando si la experiencia que das en tu tienda es buena o mala.
Para saberlo, tendrás que fijarte, por ejemplo, si tus clientes te piden condiciones o servicios que no tienes, como formas de pago y devolución o envío a domicilio. Otro indicador es que el grueso de tus ventas se concentre en los momentos de rebajas con más descuento.
Pero quizás el indicador más claro sea que los nuevos clientes no se fidelizan. Quizás compren una o dos veces, pero no repiten.
Para interpretar bien estos indicadores deberías tener bien segmentada a tu clientela. Así sabrías que las expectativas que no estás cumpliendo son las de tus clientes. Porque hay que recordar que no es posible ni rentable agradar a todo el mundo. Si no lo tienes claro, puedes repasar el episodio 13 para profundizar en la definición del mercado objetivo y el 23 para saber cómo escuchar al cliente.
Si estás seguro de que tu mercado objetivo no encuentra valiosa tu experiencia de compra, tendrás que conocer dónde estas fallando. Para ello, tendrás que conocer las expectativas que estás dejando insatisfechas y modificar la experiencia. En la comparativa ya has visto que son más un conjunto de pequeñas mejoras que un gran cambio.
Si no tienes muy claro cuáles pueden ser estas expectativas, te puede ser de ayuda el episodio 21 en el que hablo de las últimas tendencias de consumo. De todas formas, ahondaré en estos conceptos en próximos episodios.
Identificar la mala experiencia de compra en un área comercial urbana
Antes decía que, si eres un técnico de comercio, esta comparativa te servirá para evaluar la calidad de las experiencias que está ofreciendo tu área comercial urbana.
En algunos casos te resultará más fácil que en otros identificar una mala experiencia de compra. Pero, si haces una pequeña encuesta entre consumidores, hay un síntoma que te va a ayudar a hacer esta identificación.
Suele ser una respuesta que dice que tal o cual tienda es cara. En algunos casos será cierto, pero, en otros, tú sabes que los precios son los habituales en el sector. Entonces, lo que realmente quiere decir el comprador es que la experiencia no es lo suficientemente buena como para comprar ahí.
Si en un área comercial urbana hay un porcentaje alto de malas experiencias de compra, aparece un gran peligro. Este peligro también se puede identificar en las encuestas, y suele decir algo así como que comprar en el pueblo es caro. En este caso, es urgente la actualización de los negocios porque es más que probable que la actividad comercial se desplace a otras ciudades o a otros canales.
Si quieres profundizar en el conocimiento de la opinión de los consumidores, te interesará el contenido del episodio 23. En este episodio daba unas pinceladas de cómo investigar la opinión de los consumidores y diseñar una hoja de ruta de actualización del comercio local. También puedes contactar conmigo a través de mi web o en las redes sociales para estudiar la mejor solución a las necesidades de tu área comercial urbana.

Actualiza Retail con Celestino Martínez
Mi nombre es Celestino Martínez y soy director y consultor en la consultora Actualiza Retail donde trabajo con instituciones y universidades poniendo en marcha proyectos de actualización, dinamización y formación del comercio de ámbito nacional.
Cuento con más de 20 años de experiencia en el mundo del retail y soy autor en varios libros, como “Cien comercios vascos con los que aprender” . Dirijo y presento el podcast Actualiza Retail. También soy requerido como conferenciante y divulgador tanto por eventos profesionales como por medios de comunicación de España y Latinoamérica.
Si quieres poner en marcha un programa de actualización y dinamización del comercio local o buscas webinars, cursos y talleres online específicos para comercio local, tanto online como presenciales, puedes contactar conmigo aquí.
Si quieres más contenidos sobre la actualización de tu negocio de retail, el podcast Actualiza Retail está disponible en iVoox, en Apple podcasts, en Spotify y en otras plataformas de podcasting.
Agradecimientos
El episodio del podcast correspondiente a este post está patrocinado por Bolsalea, una empresa especializada en confeccionar y personalizar embalaje sostenible. Sus bolsas, guardatrajes y fundas se fabrican en España para empresas de retail de todos los tamaños, desde pequeñas tiendas de barrio hasta las marcas más grandes y conocidas.
La música y los efectos de sonido utilizados en el episodio son de Epidemic Sound. Las fotografías del post son de Unsplash, excepto la fotografía de Celestino Martínez, cuyo autor es Iban Montero.