12 claves para gestionar novedades y tendencias en tu negocio

Hay pocas cosas que tengan en común los consumidores actuales, que cada vez son más complejos. Pero si hubiese que elegir un denominador común, no hay duda:

El consumidor actual está aburrido

Y es que, con las necesidades básicas cubiertas, la mayoría de consumidores buscan vivir nuevas experiencias con sus compras, lo que llamamos experiencias de compra memorables, y una de las maneras más habituales de hacerlo es a través de nuevos productos o tendencias.

Debido a la enorme desproporción entre la (abundante) oferta y la (decreciente) demanda, el ritmo que marca el mercado es frenético, y es tal la aparición de nuevos productos, marcas y servicios, que el consumidor no puede (ni quiere) asumir el bombardeo de propuestas que le llegan a diario. Es por ello que, aproximadamente, el 85% de los nuevos productos fracasan.

Sin embargo, son los productos nuevos los que atraen al público a nuestra tienda, por lo que se hace obligatorio plantearse una estrategia de detección, estudio, adopción y abandono de estos productos.

Para ayudarte a crear esta estrategia, paso a listar una serie de recomendaciones, que dependiendo del tipo de comercio, el público objetivo y otros muchos factores, serán aplicables a ciertos casos y no a otros:

  • Salvo excepciones, las marcas de tendencia, o más extremas, tienen unos ciclos de vida más cortos, aunque, en algunos casos, más intensos que las marcas generalistas, que tienen ciclos de vida largos y sin demasiados sobresaltos. Por tanto, con las marcas de tendencia es muy importante “subirse al tren” en el momento adecuado y “bajarse” a tiempo.
  • No puedes esperar a que un cliente te pida algo, cosa que cada vez se hace menos por miedo a comprometerse, para comenzar a pensar en introducir una marca o producto. Debes tener tus propios medios para acceder a esa información en el mismo momento que el más avanzado de tus clientes. Esto te dará margen para hacer una correcta valoración.
  • Las marcas de tendencia, salvo que alguna circunstancia del mercado lo cambie, frecuentemente son marcas pensadas para un perfil de cliente muy concreto. Por ello, debes estar muy seguro de tener a este tipo de cliente en tu clientela y en cantidad suficiente. Tener el producto no te asegura la venta.

  • Tener el producto tampoco te asegura la experiencia de compra. Además del producto, el cliente necesitará una instalación comercial acorde con su perfil y, sobre todo, coherente. Esto implica que hay productos o marcas “satélites” que pueden reforzar la experiencia y otros que pueden debilitarla, anularla o hacerla negativa.
  • En ciertos productos muy esperados, será de vital importancia que acortes al máximo el tiempo necesario para la recepción, facturación, codificación y presentación del producto. Para los casos más espectaculares será necesario que te plantees una acción que permita al cliente hacer una reserva.
  • Los productos estrella nunca pueden faltar de tu exposición (escaparate). En función de la rapidez de la reposición del producto, debes considerar la posibilidad de tener varias unidades de dicho producto para no privar a las exposiciones en el escaparate de los modelos más emblemáticos y hacerlas incoherentes. Cada día que pase que te falte un producto estrella, perderás en ventas y en imagen.
  • Ser el primero en tener lo nuevo es un importante valor añadido, que te hará vender más en el presente y en el futuro por un doble motivo: hay no pocos clientes que buscan tener lo nuevo antes que nadie y hay otros que no pasan a la acción tan pronto pero valoran este aspecto.
  • A veces el producto más nuevo te sirve para llamar la atención y terminar vendiendo el producto de al lado, que tampoco está nada mal.
  • Existe la (antigua) creencia de que se puede “rejuvenecer” un producto colocándole un rótulo que diga “nuevo”. Mucho cuidado con estas técnicas de “marketing mezquino”: El cliente caza-novedades notará el engaño y al resto no le importa demasiado.
  • Si un producto es nuevo o resuelve una necesidad nueva, explícalo. En los productos nuevos la información es vital: si tu cliente no sabe para qué le servirá, no esperes que lo compre.
  • A veces la novedad no es el producto, si no la manera de venderlo. Un buen ejemplo lo encontramos en los restaurantes wok o en tiendas como Happy Pills, una nueva manera de enfocar la venta de "chuches".
  • Si un producto o una marca son nuevos, deben tener un tratamiento diferenciado en el escaparate, debe apreciarse desde la distancia que son especiales…

Por último, como siempre me gusta mirar las cosas desde varios ángulos, os dejo con unas frases que pueden ayudar a reflexionar:

“El que da primero, da dos veces”

“A veces, acertar antes de tiempo es equivocarse”

Foto: Celestino Martínez 


Un cliente: un argumento y una venta.

“Las opiniones son como los culos: todo el mundo tienen uno diferente”
Harry El Sucio

Hace muchos años que me llamó la atención esta frase escuchada en boca del famoso inspector Callahan, encarnado por el genial Clint Eastwood y doblado por el inconfundible Constantino Romero.

Recordé la frase hace un par de semanas mientras conversaba con un amigo, tratando el monográfico “¿Es mejor un Iphone o una Blackberry?”. Mi amigo tiene una Blackberry y trataba de convencerme de que era mejor que mi iPhone. Como he escrito en otras ocasiones, no existe un producto perfecto.

El mejor producto será aquel
que se ajuste mejor a las necesidades y prioridades
del consumidor.

Volviendo a la discusión, los perfiles de usuario de mi amigo y mío son totalmente diferentes: él es un usuario muy técnico y yo un usuario medio. Por lo tanto, él valora funciones que yo no usaré jamás y, sin embargo, para mí son importantes algunas otras que para él no son relevantes como la facilidad de uso, el diseño o el amplio catálogo de accesorios disponible. Así que, posiblemente, los dos tengamos el mejor teléfono para nuestro perfil de usuario.

En el proceso de venta debes detectar estos diferentes perfiles y adaptar tu argumentario a ellos, resaltando en cada caso los argumentos, el lenguaje y la profundidad de ciertas explicaciones, que deben ser diferentes para cada tipo de cliente.

Así que olvídate de usar discursos estándar,
a no ser que trabajes en una tómbola,
porque el discurso único solo funciona para un cliente.

Utilizar palabras técnicas con quien no las entiende no te hace parecer más profesional si no más desconsiderado. El resultado será que el cliente, que quizás pida que le aclares algún término, se cansará de no entender de lo que le hablas y se marchará en cuanto pueda porque a nadie le gusta sentirse ignorante. Además, tu cliente difícilmente comprará algo que no entienda.

Estos mismos criterios los debes aplicar a la hora de seleccionar los productos que vas a vender en tu tienda. Piensa que tú sólo representas a un perfil de cliente, así que si no detectas los diferentes perfiles de cliente a los que quieres llegar y seleccionas productos para llegar a ellos, estarás limitando enormemente tus posibilidades de venta.

No olvides que tu cliente, no compra productos, compra marcas. Y esto supone que, en muchos casos, habiéndose cumplido todos los puntos anteriores, el producto debe ser de una marca que sintonice con la manera de entender la vida de tu cliente.

Por último, hazle caso a Harry El Sucio: tu gusto está muy bien para ti pero, al final, el éxito de tu negocio depende de que conectes con los gustos de las personas que pasan a diario por delante de tu puerta. En tu mano está conseguir que, en lugar de pasar de largo, entren y tengan una experiencia de compra memorable.

Foto: Elsie esq. (flickr)


Libro recomendado: Martin Lindstrom "buyology"

Ocho de de cada diez nuevos productos fracasan.

La mayoría de las empresas invierten miles de euros en estudiar el mercado antes de lanzar un producto. Estos estudios incluyen entrevistas a consumidores, catas a ciegas y pruebas de todo tipo. Sin embargo, aún hoy, estas inversiones siguen sin ser garantía de éxito. ¿Cómo es esto posible?

Hace ya unos años que está prohibido anunciar marcas de tabaco en televisión o en eventos deportivos, pero todos recordamos la publicidad de Marlboro en el alerón de los Ferrari de F1. ¿Pagaría esta empresa 100 millones de euros si esta publicidad no fuese efectiva?

¿Qué nos impacta más a la hora de comprar: un olor, un sonido, un sabor?
¿Por qué tenemos esa tendencia a imitar a nuestros congéneres?
¿Serán las neuronas espejo las responsables de este comportamiento,
y, por tanto, la base de la publicidad?

Estas y otras preguntas son las que intenta responder Martin Lindstrom en “buyology”, un libro que aborda de manera sencilla y con una narración de lo más amena, una rama del marketing no muy conocida, y que, a priori, pudiera parecer densa y compleja: el neuromarketing.

Tres años de investigación, dos mil voluntarios y millones de dólares han sido necesarios para llevar a cabo los experimentos que se recogen en el libro y que desmontan varios tópicos como el de la publicidad subliminal, el efecto del sexo en la publicidad o el de las advertencias en las cajetillas de cigarros.

Martin Lindstrom es un tipo curioso. En la actualidad es una de las grandes figuras del marketing, y está detrás del éxito de una gran cantidad de productos de todo tipo. Elegido en 2009 por la revista TIME como una de las 5 personas más influyentes del mundo, Lindstrom es un apasionado del LEGO desde niño.

Esta afición le llevó a montar un parque temático en su jardín, a ser demandado por LEGO y, a la edad de 12 años, a trabajar en el departamento de diseño de la empresa de los bloques de colores.

En la actualidad es asesor de varias de las más grandes empresas mundiales, formando parte de la Junta Directiva de algunas de ellas, y conferenciante de merecido prestigio.


ideas-escaparate-dia-de-la-madre

Cómo mejorar tu escaparate del Día de la Madre

mejorar-escaparate-dia-de-la-madre

El Día de la Madre es una buena campaña de ventas, especialmente en ciertos sectores, como perfumería, cosmética, complementos, floristería, joyería, bisutería, telefonía… Para el resto de sectores es una buena excusa para cambiar el escaparate y llamar la atención a los clientes.

Comunica en tu escaparate del Día de la Madre

Además de presentar sugerencias a tus clientes para que obsequien a su madre o esposa, tu escaparate del Día de la Madre debería comunicar algo. Si te limitas a poner un letrero que diga “Día de la Madre” y no haces nada más, será peor que no hacer nada. Recuerda que sólo dispones de unos segundos para llamar la atención de tu cliente.

Por ejemplo, si seleccionas productos relacionados con el descanso y el relax, puedes tratar de comunicar la necesidad de reservar un tiempo propio.

Sé coherente

Es importante no ser previsible en la elección del producto, en la ambientación o la decoración. Ambientación y producto deben tener coherencia y adaptarse al cliente objetivo: por ejemplo, producto clásico, ambientación clásica.

Habría que evitar que el destinatario del regalo se sienta ofendido por él (y, por extensión por tu tienda). Un escaparate del Día de la Madre no debería proponer “regalos” que sirvan para trabajar: planchas, cacerolas, etc. No es una exageración, lo he visto en varios escaparates y dice muy poco de la tienda que lo propone.

Si el producto de la tienda no es muy adecuado para ser elegido como regalo para una madre, es mejor no forzarlo.

Sé realista

Sé realista y selecciona productos en un escalonado de precios ajustado al momento del mercado. Si no lo haces, tu cliente te descartará al pensar que tu producto queda fuera de sus posibilidades.

Elige, por tanto, los productos que interesen a tu cliente, no los que a ti te gustaría vender. De hecho, muchos de los productos más ajustados a la demanda del mercado pueden servir como aliciente para que los clientes entren a la tienda y, una vez dentro, pueden elegir otros.

Utiliza fotografías

Para conseguir una buena ambientación, te puedes ayudar de fotografías, con las que podrás evocar en tu cliente alguno de los momentos inolvidables vividos con su madre. Por motivos obvios, las fotos de madres con bebés son muy utilizadas en los escaparates del Día de la Madre. Sin embargo, al ser muy tópicas, es mejor encontrar otras fotos que despierten las mismas emociones.

En Internet puedes encontrar bancos de imágenes gratuitos en los que encontrar fotografías que imprimir en cartón pluma o vinilos para ambientar el escaparate. Yo uso Stock.Xchng o Flickr (Creative Commons).

Cartelería

Cuida la rotulación, y utilízala para comunicar tu mensaje y las principales características de tus productos. Indica los precios. Si no ofreces una mínima orientación de cuáles son los precios de los productos, tu cliente pensará que no lo haces porque son caros.

También será útil añadir pequeñas indicaciones con características o, mejor, beneficios que el producto ofrecerá al cliente.

Orden

No te limites a colocar productos sin orden. Agrupa los productos en relación a su uso o con cualquier otro criterio que creas conveniente. Hilando este punto con el de la coherencia, sería recomendable que los grupos de productos  también tuvieran entre sí alguna relación y una compatibilidad estética.

Por ello, no es conveniente tratar de "colar" en uno de estos escaparates algún producto obsoleto o claramente antiguo, ya que podría arruinar la exposición.

Bolsa y papel de regalo

En realidad, este capítulo escapa a lo que serían las recomendaciones para el escaparate, pero es de gran importancia. Un buen envoltorio será fundamental al valorar la compra, aumentará el valor percibido de ésta y predispondrá al cliente a volver a comprar otros regalos. Cuida la calidad de los materiales que utilices para envolver el regalo, considéralos una inversión y, a no ser que sea realmente imprescindible, no cobres por ello.

¡Que vendas mucho y que tus clientes disfruten de una experiencia de compra memorable!

Otros artículos relacionados con Escaparates

Foto: footlosiety (flickr con licencia Creative Commons BY-2.0) 

Nos vemos en:

[button link="https://twitter.com/CelestinoMz" color="silver" newwindow="yes"] Twitter[/button]          [button link="http://www.linkedin.com/in/celestinomz" color="silver" newwindow="yes"] Linked In[/button]          [button link="https://www.facebook.com/Comunicolv" color="silver" newwindow="yes"] Facebook[/button]          [button link="http://instagram.com/celestinomz" color="silver" newwindow="yes"] Instagram[/button]          [button link="http://eepurl.com/D6can" color="silver" newwindow="yes"] Newsletter[/button]


El declive del comercio tradicional y "La Solución Mágica"

magia

Hoy se han conocido unos datos del INE (Instituto Nacional de Estadística), correspondientes al mes de febrero, que constatan un descenso en las ventas en el comercio tradicional de, redondeando, un 5%. Este descenso no afecta de igual manera a las ventas efectuadas en dos de los tres enemigos del comercio tradicional: los centros comerciales, que pierden aún más ventas, o al comercio electrónico, que registra importantes crecimientos.

¿Quién es el tercer enemigo del comercio tradicional?

El principal enemigo del comercio tradicional es él mismo, y, en su apellido, tradicional, está el responsable de la delicada situación que atraviesa este canal. Estos negocios, apegados a la tradición, apenas han cambiado en las últimas décadas. Como ejemplo, sorprende ver un capítulo de la serie “Cuéntame” ambientado en la transición y comprobar lo mucho que ha avanzado la sociedad y lo poco que han cambiado algunos comercios.

Una gran parte del comercio tradicional está intentando afrontar los cambios del siglo XXI con negocios más propios del siglo XIX.

Cada vez queda más claro que la crisis ha provocado, o acelerado, una serie de cambios en la sociedad que han afectado, entre otros comportamientos, a la manera en que el consumidor  entiende las compras, habiéndose modificado la valoración e importancia de aspectos como calidad, cantidad, nivel de exigencia, objeto de la compra o comportamiento ante ella. Ni estos cambios, ni otros anteriores, han tenido respuesta en la mayoría de los planteamientos comerciales tradicionales, más acostumbrados a mirarse a sí mismo y a sus productos que a sus clientes.

¿Cuál es la solución?

Ahora, cuando la situación se encuentra, en muchos casos, en fase terminal, es cuando algunos comerciantes se preguntan qué hacer. En los últimos meses he tenido varias conversaciones acerca de estos temas, y, en algunos casos, algún cliente o amigo me ha pedido opinión acerca de los pasos necesarios para salir de la situación actual, adaptarse al entorno o contactar con un público objetivo más joven.

Entonces le hablo de definir un público objetivo y orientar hacia éste las marcas, productos, instalaciones, escaparates, filosofía de venta, ambientación, comunicación… para pasar de vender productos a proporcionar experiencias de compra memorables. Llegados a este punto, suele terminar aquí el interés y comenzar las excusas: es difícil, no tengo tiempo, esto es para grandes empresas, otros han tenido suerte...

Y aquí me pregunto: ¿y qué esperaban que les fuese a contar?

La "Solución Mágica"

La triste respuesta es: “La Solución Mágica”. Casi nadie quiere oír hablar de esfuerzo, de replantearse cosas, de asumir riesgos, de hacer un plan de negocio, de pasar a la acción… de salir de su “zona de confort”. La mayoría preferirían que sacase un remedio milagroso de una chistera, que tocase sus productos con una varita mágica, incluso que les hablase de un conjuro mágico o de un amuleto.

No existe “La Solución Mágica”. Existe el esfuerzo y la voluntad de mejorar las cosas. Aplicar recetas de ayer a problemas de hoy, o no hacer nada, esperando “a que la cosa mejore”, es una irresponsabilidad que pagará muy caro aquel que decida seguir ese camino.

Así que haz algo o no hagas nada, pero no te sigas engañando a ti mismo.

Puedes encontrar contenidos relacionados en mi página de Facebook ,en Twitter o Google+.
Otros contenidos de Estrategia

Foto: Celestino Martínez 


¿Tratas a tu cliente como culpable o como inocente?

Uno de los principales derechos recogidos la Declaración Universal de los Derechos Humanos es la presunción de inocencia, que viene a decir algo así:

Toda persona es inocente, mientras no se demuestre lo contrario.

Sin embargo, esto no es así en muchos comercios. Podríamos empezar comentando las incomodidades que tenemos que sufrir en algunos locales comerciales por las medidas anti robo: alarmas que suenan sin motivo, productos con desperfectos provocados por los dispositivos de alarma, imposibilidad de tocar o de probarse ciertos productos, seguimiento excesivo de vigilantes de seguridad…

Pero, esta vez, quería hablar de otro tipo de culpabilidad. En otro post hablé de consumidores y vendedores toreados, pero, en esta ocasión, quiero centrarme en los vendedores, ya que he tenido un par de experiencias de este tipo en los últimos días.

Cuando un cliente se acerca a una tienda, puede hacerlo por diversos motivos. De todos ellos, muy pocos son perjudiciales para el comerciante, más allá de dedicar un tiempo a ese cliente, del que nunca sabe si comprará. Lo haga o no, podría volver en otro momento. Para que vuelva, será imprescindible que en la visita previa el trato hay sido bueno, y esta sensación difícilmente se producirá si el vendedor está a la defensiva.

El vendedor que pone en práctica la “venta defensiva”, está más preocupado por su rentabilidad a corto plazo que por dar a su cliente un buen servicio, y sus principales temores son:

  • Perder el tiempo (porque el cliente esté curioseando, pasando el rato o porque la apariencia del cliente no transmita el perfil adecuado para darse la venta). En este caso, hay que recordar que muchas de las ventas lo son por impulso y, precisamente, muchas de ellas se pueden dar por la exposición a nuestros mensajes que recibe el cliente mientras está curioseando. Además, todos recordamos casos en los que hemos hecho ventas a clientes de los que no esperábamos nada.
  • Tener problemas en futuras reclamaciones. Es cierto que algunas reclamaciones son muy desagradables de gestionar, sobre todo cuando el cliente se comporta de manera desconsiderada, pero estas reclamaciones sólo son un pequeño porcentaje de las ventas, y, bien gestionadas, son una gran oportunidad para fidelizar a un cliente, que no está acostumbrado a que le escuchen ni a que le resuelvan sus problemas.
  • Pedir un artículo determinado, en lugar de vender el que está en stock. Entendiendo la molestia que supone hacer este tipo de pedidos, y que, según la política comercial de cada marca o sector puede ser más  o menos gravoso, una pequeña diferencia de color o diseño, para nosotros intrascendente, puede suponer la pérdida de la venta.
  • Tener que gestionar cambios o abonos. A nadie le gusta, después de haber hecho una venta, tener que empezar de nuevo para atender un cambio o, mucho menos, para hacer un abono o extender un vale. Sin embargo, para el cliente es un importantísimo aliciente tener la seguridad de que aquello que compra soluciona sus necesidades. Todos hemos hecho compras de artículos que prometían lo que luego no cumplían.

Estos pueden ser los factores más importantes que desencadenen este comportamiento, aunque no los únicos. Estas barreras impiden la comunicación fluida con el cliente, y, si no hay comunicación, no hay venta. Entiendo, porque lo veo a diario, que algunos clientes se comportan de manera tan desconsiderada que merecerían esta “venta defensiva”, pero ante el riesgo de “criminalizar” a todos los clientes por culpa de unos pocos, creo que merecería la pena replantearse alguna de estas medidas y, dado que pueden suponer la pérdida del cliente, creo que deberíamos formularnos la siguiente pregunta, cuya respuesta es clara:

¿Quién necesita más a quién? ¿El cliente a nosotros, o nosotros al cliente?

Foto: Creationc (Stock.Xchng)


El "Síndrome de Google" y el escalonado de precios

¿Esto es todo lo que tienes? ¿No tienes más?

Este tipo de preguntas, cada vez más frecuentes, sientan como una bofetada al comerciante. Generalmente, la respuesta suele estar guiada por un indisimulado enfado y aquí suele terminar la visita del cliente, muchas veces para no volver.

El caso es que este final abrupto deja tan desconcertado al comerciante como al consumidor, por no entender ninguno de ellos la razón de la actuación del otro, es un ejemplo claro de falta de empatía.

El comerciante interpreta esta pregunta como si el consumidor le recriminase lo corto de su oferta comercial y por ello su reacción es justificarse, ofenderse y no contestar adecuadamente a la pregunta. Este comportamiento no sólo puede llevar a la pérdida del cliente si no de algo igualmente valioso: información.

Y es que el consumidor hace esta pregunta por dos razones fundamentalmente:
porque busca algo concreto, y no siempre sabe explicar qué es,
o porque sufre de “Síndrome de Google”

Lo que he bautizado como “Síndrome de Google” es un tipo de ansiedad que experimentamos los que estamos acostumbrados a movernos por la red y encontrarnos con miles de resultados para cualquier búsqueda. Esta ansiedad nos lleva a leer más y más páginas, con la creencia de que en cualquier momento encontraremos el producto o la oferta perfecta, “la solución mágica”, de la que hablaré otro día.

Es por ello que, a la pregunta de si esto es todo lo que tenemos, la respuesta debiera ser un inocente “sí”, seguido de una pregunta en la que debes interesarte por el producto que el cliente está buscando.

En unos casos descubrirás que sólo era una “pregunta de control”, y en otras, obtendrás una valiosa información: saber lo que el cliente quiere comprar. De todas formas, necesitarás desarrollar tus dotes intuitivas porque, en muchas ocasiones, el cliente te dirá que busca tal o cual cosa para “salir con honor” de la tienda, habiéndote trasladado a ti la responsabilidad de su no-compra, en lugar de reconocer que sólo quería mirar, saber el precio o pasar el rato.

En los casos de “pregunta de control”, el cliente sólo necesitaba saber que ya ha visto todas las opciones para comenzar a elegir, pareciéndole razonable el número de artículos ofrecidos. De hecho, a muchos clientes les agobia el exceso de oferta de algunos grandes comercios. Para la mayoría, lo más interesante será una selección bien estudiada de productos adaptada a los gustos del perfil de cliente de la tienda.

No hay que olvidar que el escalonado de precios de esta selección es tanto o más importante que los productos en sí y debe ajustarse con realismo a la clientela. De no ser así, corremos el riesgo de producir en el cliente dos efectos desagradables:

  • Exceso de oferta en la parte baja del escalonado de precios. Si tu cliente tiene muchas opciones por debajo del precio medio, el precio del producto “adecuado” a él le parecerá alto.
  • Exceso de oferta en la parte alta del escalonado de precios. Si son mayoría las opciones por encima del precio medio, el peligro es que, después de ver opciones mejores, aunque fuera de su presupuesto, el producto “adecuado” habrá perdido atractivo.

Lo cierto es que, a no ser que tengas una tienda con un grado de especialización muy alto, con una gran superficie de exposición y una clientela potencial enorme, tendrás que afinar bien la puntería: es malo quedarse corto y es peor aún, pasarse de largo. Y es que concentrar la oferta muy por encima del precio medio real, te dará una imagen de elitismo que, si no es intencionada y no te la puedes permitir, pagarás muy caro en los tiempos que corren.

Foto: Celestino Martínez


¿Necesitas ideas para tu escaparate de primavera?

La primavera es una estación con una gran carga simbólica: salimos del invierno, del frío, de ponernos varias capas de ropa y pasamos al calor y a vestirnos de manera más ligera y colorida. Esta época del año está asociada al crecimiento, a la regeneración, y rompe la tendencia descendente (de luz, de temperatura, de energía…) que se inicia en otoño.

Por tanto, es interesante que utilices este simbolismo positivo y ascendente para presentar en tus escaparates una propuesta que haga reaccionar a tus clientes, “adormecidos” tras el invierno.

Los productos que deberás seleccionar para el escaparate, si tu sector no tiene colecciones de temporada, serán todos aquellos que se puedan usar al aire libre o que puedan sugerir la alegría, el colorido y la fuerza positiva que encierra la primavera.

Una de mis recomendaciones siempre que hablo de escaparates consiste en no ser previsibles, no caer en el tópico. La primavera siempre sugiere flores y color verde, pero puedes evitar el tópico utilizando tonos menos frecuentes de verde, como el turquesa, o colores claros, como el azul celeste y, siempre, combinarlos con blanco. El blanco es el color de la luz, una de las señas de identidad de la primavera. Para evitar las manidas flores, puedes sustituirlas, o combinarlas, con mariposas, pájaros, etc.

Debes buscar el equilibrio. Si el producto elegido ya es muy colorido o contiene estampados, como sería el caso de un escaparate de moda, los fondos deben compensarlo y ser más sobrios. Si, por el contrario, el producto es más sobrio, como pudiera ser cualquier tipo de aparatos electrónico, busca el equilibrio jugando con más color y más formas, y evita llegar a quitar el protagonismo al producto.

Para el primer caso puedes pintar de franjas de color o de color sólido el fondo y también utilizar papeles pintados. En el segundo caso puedes utilizar fotografías de gran tamaño pero ampliadas o encuadradas de tal manera que más que mostrar, sean capaces de sugerir la primavera.

En Internet puedes encontrar bancos de imágenes gratuitos que te facilitarán la elección. Hay muchos, pero citaré aquí el que uso habitualmente: Stock.Xchng, en el que encontrarás, como en casi todos, las fotografías agrupadas por temas: Gente, agua, ordenadores, joyas, niños…

En el caso de que utilices maniquíes, debes colocarlos en posturas que sugieran actividades al aire libre y actitudes desenfadadas. Es importante que las posturas sean naturales, no hay nada peor que un maniquí haciendo contorsiones, para ello busca fotos en revistas, en Internet o saca fotos en la calle para que te sirvan de referencia.

Por último, quiero insistir en la importancia de renovar los escaparates cada dos o tres semanas, por la imagen que se transmite de dinamismo y porque es la única manera de dirigir la atención hacia tu escaparate de un consumidor saturado de impactos publicitarios de todo tipo. Esto es aún más importante si tus competidores no lo hacen.

Si necesitas más ideas, puedes encontrarlas en la primera  y segunda parte  de una entrada anterior donde daba unas recomendaciones generales para mejorar los escaparates.


Ejemplos inspiradores: Mikel y Mentxu (Walk On Project)

La inspiración se encuentra donde menos la esperas.

Cuando escribí la primera entrada de Ejemplos inspiradores, dedicada a Bere Casillas , mi idea era continuar narrando historias de otros comerciantes que, a través de su historia, nos mostrasen un camino a seguir, que nos transmitiesen esperanza y motivación.

Hace algo más de una semana estaba en una cafetería escribiendo en mi libreta el post “Difícil, difícil…Nunca ha sido fácil”, en el que intentaba provocar una reflexión a todos aquellos que, ante la adversidad, permanecen quietos alegando que la solución a sus problemas es difícil. Pocos minutos después, cosas del destino, cobrarían para mí un nuevo sentido palabras como difícil, adversidad, tenacidad y muchas más, después de conocer la extraordinaria historia de la familia que forman Mikel, Mentxu y sus tres hijos.

Mikel y Mentxu son una encantadora y joven pareja con tres hijos: Andoni, Jon y María. Como otras parejas, tenían un proyecto vital que parecía encarrilado y perfecto hasta que un fatídico 13 de Octubre de 2008, la vida les enfrenta a una prueba terrible: a Jontxu, con 6 años y medio, le es diagnosticada una enfermedad poco común llamada Adrenoleucodistrofia.

Esta terrible enfermedad, tratada en la película “El aceite de la vida”, ocasiona un irreparable daño neurológico cuya evolución podemos imaginar por las palabras del médico:

“En un plazo de dos años, Jontxu irá desapareciendo. Lo único que podéis hacer es quererle mucho”.

Aquí habría terminado esta historia, de no ser porque el médico dijo a continuación: “…pero, dejadme mirarlo”. Estas tres palabras fueron el pequeño rayo de luz al que Mikel y Mentxu se agarraron con desesperación. Comenzaría entonces una carrera contra reloj, en la que, con la ayuda de familiares, amigos y redes sociales, estudian miles de documentos hasta llegar al especialista de referencia en Europa, al que deben convencer para intentar un transplante de médula, procedente de su hermana María, en París.

Fieles a su promesa de “ser felices en el camino” aprovechan la estancia en París para visitar Eurodisney con los pequeños y, “con el alma rota”, aprovechar cada minuto, y es que Jontxu podía morir en la operación de transplante.

Sin embargo, Jontxu superó la operación y ahora toca esperar hasta que el transplante se estabilice y consiga detener el avance de la enfermedad. Mientras, hay daños irreparables que han afectado gravemente a la movilidad, audición, vista y habla de Jontxu. A pesar de la dureza de la situación y del camino recorrido, Mikel y Mentxu deciden ser felices y guiarse por esta hermosa máxima:

“Amor al presente y Lealtad al pasado”

Mientras, no olvidan a otros afectados por este tipo de enfermedades y crean una ONG, próximamente fundación, a la que dan el nombre de Walk On Project.

Walk On es el nombre de la primera canción que Mikel compuso para dar salida al torrente de emociones que ha experimentado en estos meses. Mikel es un excelente guitarrista pero nunca había cantado ni compuesto una canción. La música le sirve como medio de comunicación con Jontxu, pero, además, ha editado un disco con cuatro temas y está preparando un CD con colaboraciones de importantes músicos. A través de la venta del disco y de la organización de conciertos y otros eventos musicales, recaudan fondos para promover proyectos de investigación de enfermedades poco comunes, mientras dan charlas y entrevistas de todo tipo para difundir el problema de estas enfermedades y tratar de unir personas al proyecto.

Cuando tienes la oportunidad de oír estas canciones y la historia a dos metros de sus protagonistas, es imposible que no se te encoja el corazón y, por otro lado, que no redimensiones lo que hasta ese momento considerabas problemas, dificultades, etc.

Así que agradezco profundamente a Mikel y a Mentxu el ejemplo inspirador que nos brindan, les deseo toda la suerte del mundo y os recomiendo a todos ampliar la información en el vídeo, en la web, haceros amigos en facebook y, si podeis, colaborad en la medida de lo posible.

Foto: Celestino Martínez

 

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=-Xelhp1AFlI]


Difícil, difícil... Nunca ha sido fácil

Difícil.

Esta es la palabra que siempre aparece cuando hablo con mis clientes de algunos de los temas que trato aquí, en el blog.

No es fácil asimilar los cambios que se han producido en la sociedad, en el mercado, en nuestro sector, en nuestro cliente y en nosotros mismos. Tampoco es fácil adaptar tu negocio a estos cambios y hacerlo a la velocidad que marca el mercado, sobre todo con el tiempo que, ya de por sí, requiere una tienda.

Sin embargo, si echas la vista atrás, nunca ha sido fácil. Y, si miras a tu alrededor, y piensas en las cosas que has hecho a lo largo de los años y las que haces a diario, te sorprenderás de la variedad de habilidades que manejas. Y, si analizas, las cosas que sabes que deberías mejorar en tu negocio, una por una, ninguna es de difícil ejecución. Se trata de elegir la primera y comenzar. La segunda será más fácil. Y la tercera aún más.

Nadie tiene soluciones mágicas, todos nos estamos intentando adaptar sobre la marcha a una nueva situación que cambia a diario y que lo seguirá haciendo.

Sería demasiado fácil prescribirte la “receta universal”: El Cambio. La solución no es sólo cambiar. La solución pasa por estar preparado para el cambio continuo, porque el mundo gira cada vez más rápido y hay días que te despiertas y parece que ha dado veinte vueltas mientras dormías.

No te sigas engañando. Mi abuela decía aquello de que “siempre que ha llovido ha escampado”, pero, en ocasiones, la lluvia ha sido tan persistente y tan fuerte que se ha llevado casas, personas y sueños, así que no puedes quedarte quieto y esperar “a que mejore la cosa”.

Es fácil buscar culpables. Siempre habrá alguien a quien culpar de lo que sea: a tus clientes, a los bancos, al Gobierno… Pero la cruda realidad es que no importa quién sea el culpable porque sólo tú puedes ayudarte a ti mismo.

El destino de tu negocio está, fundamentalmente, en tus manos.

Todos nos hemos equivocado antes y, seguramente, lo seguiremos haciendo. Y eso significa que estás en el camino, porque los que nunca se equivocan son los que no hacen nada. Es una historia muy conocida, y un poco gastada, pero Edison necesitó más de 1.000 intentos antes de hacer funcionar la primera bombilla. Y tú, sin ir más lejos, te caíste una media de 300 veces antes de comenzar a andar.

Como decía Henry Ford: deja ya de “dedicar más tiempo y energía a hablar de tus problemas que a solucionarlos”. Es hora de dejarse de excusas, establecer un nuevo rumbo y trabajar para no desviarnos de él.

Así que, mañana, cuando te levantes, despréndete de todo lo que te transmita negatividad, recuerda porqué decidiste dedicarte a esto, vuelve a disfrutar con tu trabajo, compra una libreta y escribe en la primera página:

No es tan difícil.

El resto de la historia la decides tú.

Foto: Celestino Martínez (Instagram)